viernes, 30 de octubre de 2020

SEÑORAS... de la limpieza.

Siempre tuve buena relación con las señoras de la limpieza y, aunque no sé muy bien la razón, resulta ser una magnífica estrategia cuando se trabaja en un hospital.

No existe mejor conseguidor y más informado que una limpiadora, capaz de solucionarte desde una cita médica hasta el desayuno de la mañana y eso que para muchos ojos, incluida las administraciones públicas, son prácticamente invisibles.

Hasta el punto de no considerarlas personal de riesgo, cuando están en primerísima línea, o cobrar menos o no cobrar por peligrosidad, como si el bicho supiera de carreras universitarias, si es por miedo y valentía deberían de ingresarles el doble.

Y digo limpiadora porque es una profesión tremendamente feminizada, en 25 años que llevo trabajando jamás me crucé con ningún hombre limpiador, sexismo y estereotipos que seguimos acarreando.

Aquí estoy con dos Rocío, más que compañeras, pero igualmente podría estar con Antonia, Estrella, Virtudes, Ana, Yolanda...o Tere, Nati, Amparo...a las que hace 15 años que no veo pero que sigo llevando en el recuerdo...compañeras que no limpian sino que previenen y curan enfermedades como estamos comprobando en esta pandemia.

Cuando llegó el caos a los hospitales las primeras guerreras fueron ellas y me emociono al recordar cómo se ponían a nuestra disposición trapo en mano, como cosieron en sus casas las escafandras, gorros y mascarillas que los hospitales buscaban.

Las menos reconocidas y las más generosas, curioso.

Ojalá el amor de estas mujeres sea la próxima pandemia, que se contagie toda la sociedad y no haya vacuna que frene tanta dignidad.

Mil gracias, señoras.

PD: A todo el personal sanitario, limpiadoras, administrativos y demás trabajadores que estáis al límite en los centros de salud y hospitales y esperáis todavía lo peor: ¡¡VAMOS !! vamos fuertes, como si fuese nuestro décimo Roland Garros, nuestro Mundial, nuestro GP, nuestra Olimpiada...

¡¡ VAMOS !!

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