Sanidad quiere fomentar los
biosimilares para ahorrar en la lucha contra el cáncer o las enfermedades raras
Se
estima que el uso de este tipo de medicamentos equivalentes, apenas utilizados
en España, puede llegar a suponer un ahorro de más de 800 millones de euros
hasta finales de 2020
Uno de los temas más
candentes dentro de la Sanidad
española es lo mucho que ha crecido en los últimos años
el gasto farmacéutico. Según los últimos datos disponibles
publicados por el Ministerio de Hacienda, en 2018 alcanzó los 17.482
millones de euros, un 4.63% más que el año
anterior. Desde entonces, se han puesto sobre la mesa múltiples medidas
para intentar reducir esta partida sanitaria.
La última se dará a
conocer esta semana, cuando el Ministerio de Sanidad haga
público su 'Plan de acción para fomentar la utilización de medicamentos
biosimilares y genéricos' con el que puede llegar ahorrar millones de
euros. La medida, muy esperada dentro del sector sanitario, consiste en
fomentar el uso entre los pacientes de fármacos biosimilares para abaratar la
lucha de enfermedades como el cáncer, la hepatitis C o la esclerosis
múltiple, entre otras.
Una decisión que
adelantó el jueves pasado María Luisa García-Vaquero, subdirectora Adjunta de
Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad,
durante la presentación de la Guía de Medicamentos Biosimilares para Pacientes
2019, elaborada por la Asociación de Medicamentos Biosimilares (BoSim),
una asociación que agrupa a los laboratorios que desarrollan este tipo de
fármacos. Según afirmó entonces García-Vaquero, se trata de una estrategia con
acciones directas que se pondrá en común con las comunidades autónomas en
el Consejo Interterritorial de Salud.
Según explicó, el plan
aspira a reducir los tiempos en los que un biosimilar o
genérico esté disponible en el mercado, incentivará a la industria para
que apueste por este tipo de productos e intentará fomentar su prescripción
entre los profesionales sanitarios.
Medicamentos biosimilares
Era una de las normativas
que más resonaba dentro del sector, ya que es una forma de abaratar
costes bastante sencilla y sin aparente perjuicio para el paciente.
Pero, ¿en qué consiste el uso de biosimilares? Un medicamento biosimilar es un
tipo de fármaco equivalente, por lo que se parecen a los genéricos,
pero no son lo mismo.
“El
uso de este tipo de medicamentos continúa siendo muy reducido en nuestro país.
La penetración de los biosimilares en España ronda el 30%, mientras que la
media de la Unión Europea está en un 50%.”
A diferencia de los
genéricos, cuyo principio terapéutico se obtiene por síntesis química,
es un medicamento biológico, lo que significa que se producen a partir de
organismos vivos, como células modificadas mediante biotecnología. Esto implica
que no son una copia química exacta del original, pero sí lo
suficientemente parecida para tener la misma eficacia que su fármaco de
referencia. Por otro lado, sólo pueden salir al mercado una vez haya
vencido la patente del medicamento de referencia, al igual que los
genéricos y en España, suelen introducirse en el mercado por un precio
mucho inferior.
Un ahorro de más de 500 millones en 2019
Según un estudio de la
Fundación Weber sobre el impacto económico de la introducción
de biosimilares en el Sistema Nacional de Salud, la apuesta por este tipo de
medicamentos supondrá un ahorro de unos 574 millones de euros sólo en
2019. De aumentarse los biosimilares financiados por la Seguridad Social en
nuestro país, este ahorro podría dispararse, ya que incluso con la poca introducción
existente a día de hoy, en 2020 el ahorro aumentará a 593 millones de
euros.
En total, los expertos
estiman que el ahorro derivado directamente del uso de
biosimilares entre 2009 y 2020 ascenderá a 2.443 millones de euros, lo
que supone un 1,5% del gasto farmacéutico total durante esos años. Este impacto
económico se produce por dos razones, principalmente.
Por un lado, como se
trata de medicamentos que se fabrican en base a conocimiento científico
ya existente, no es necesario repetir todos los estudios clínicos
realizados con el medicamento biológico original, son mucho más
baratos. En España, particularmente, se venden por un 30%
menos que su fármaco de referencia. Como consecuencia de la
introducción de este tipo de productos, el resto de medicamentos dentro de su
mercado también bajan de precio de manera automática para poder hacer frente a
su nuevo competidor.
Según la Fundación
Weber, el 78% del ahorro se produce por la bajada de
precios de los fármacos originales que provoca la llegada de los
biosimilares, mientras que el 22% restante es consecuencia de
la venta del biosimilar.
España, a la cola de Europa
Una de las cosas que
denuncian desde BioSim es que el uso de este tipo de medicamentos, a pesar de
su bajo coste y efectividad, continúa siendo muy reducido en nuestro país.
La penetración de los biosimilares en España ronda el
30%, mientras que la media de la Unión Europea está
en un 50%.
A día de hoy, en
nuestro país se han autorizado un total de 42 medicamentos biosimilares de
15 principios activos -o composición de los fármacos originales- lo que supone
un gran aumento en comparación con los siete fármacos autorizados que
había en 2013. Lo cierto es que todavía cuentan con muchas barreras de entrada
en el mercado español, caracterizado por “la particularidad” del paciente
nacional, que carece de información sobre los mismos y
desconfía tradicionalmente de las terapias alternativas.
El objetivo de elaborar
la guía en la que la García-Vaquero adelantó la decisión del Ministerio de
Sanidad, precisamente, tiene como objetivo informar sobre la existencia de
estos fármacos. Así se manifestaba durante el acto el presidente de BioSim,
Joaquín Rodrigo, que aseguraba que la guía "está hecha por y para los
pacientes. Además, se ha tenido en cuenta la particularidad del paciente
español". “Los biosimilares contribuyen a la sostenibilidad del
SNS. Son una herramienta para garantizar un mayor acceso por parte de los
pacientes a la salud”, concluyó.
Fuente documental:
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