domingo, 20 de octubre de 2019

Pero después del día 19 viene el 20, 21,22,.. y la lucha continua


«He tenido y aún tengo mil preguntas sin respuesta»
Tras ser operada, una gijonesa tiene que esperar más de un año por una cita en la Unidad de Mama para revisar su intervención
El día de su cumpleaños, en marzo de 2018, a M. C. T. le confirmaron los peores presagios: tenía un cáncer de pecho y había que practicar una mastectomía y vaciar la axila. El tumor era grande y, por ello, se decidió comenzar por la quimioterapia antes de proceder a la intervención para intentar rebajar su tamaño. Tras esa dura etapa, llegó la primera intervención a finales de agosto, pero tuvo que volver a entrar en quirófano un mes después «porque el bicho seguía dentro».
El siguiente paso fue la radioterapia. 30 intensas sesiones, la última el mismo día de Navidad. Tan intensas fueron que el 17 de enero, cuando tuvo la primera visita con la Unidad de Mama del Hospital de Cabueñes tras todo el proceso, «prácticamente no me pudieron tocar por las quemaduras que tenía». Por eso, la emplazaron a otra cita para valorar la evolución, y se la plantearon a tres meses vista, es decir, tendría que haber sido en abril. Sin embargo, el tiempo corrió, y a pesar de las numerosas veces que acudió a preguntar por ella a coordinación, no llegó. Pero no solo eso, sino que su sorpresa fue mayúscula cuando esta semana le llegó la cita: febrero de 2020. Es decir, un año y un mes después de aquella primera revisión: «Me he quedado sin palabras. ¿Un año entero sin que haya agenda para revisar a una recién operada de cáncer de mama? Entiendo que, por desgracia, somos muchas, pero no lo considero normal. Tendrán que reforzar el servicio ¿no?».
Esta gijonesa de 53 años transmite una mezcla «de resignación y rabia». «He tenido y aún tengo mil preguntas sin respuestas, muchas dudas. He pedido ayuda a mi médica de cabecera porque en ocasiones no me tenía en pie, y esperaba que en abril me miraran, me ayudaran, me dijeran algo. Pero en mis visitas para enterarme por mi cita, siempre obtenía la misma respuesta: la agenda está cerrada. Ya te avisarán», cuenta.
En este año, como suele suceder a todas las mujeres que pasan por esta traumática experiencia, M. C. T. ha tenido muchos altos y bajos. Ella es una mujer fuerte, pero el dolor, las curas, los terribles efectos secundarios del tamoxifeno han minado en muchas ocasiones su ánimo. En estos meses, ha sido su médica de cabecera quien más la ha ayudado. También pasó por el fisio, para rehabilitación a su brazo 'herido', el derecho, con posible linfedema. Incluso su siempre visión positiva de la vida se tornó negativa cuando hubo que hacer una resonancia a su hígado «porque vieron manchas en él». El diagnóstico fue 'bueno': hígado graso. Una complicación más a su ya maltrecha salud.
El único consuelo que le queda a M. C. T. es que a finales de este mes de octubre tiene cita con el oncólogo y lleva en una libreta un largo listado de dudas que han surgido durante todos estos meses. Mientras, seguirá esperando que la queja presentada en Atención al Paciente esta semana sirva para acortar el otro plazo para acudir a la saturada Unidad de Mama. «Lo he dejado claro en la queja. No tengo nada en contra de los profesionales de la unidad, porque me han tratado siempre muy bien. Lo que me quejo es, precisamente, de la falta de profesionales».
Porque para esta gijonesa, como para otras mujeres en su misma situación, estos meses son claves. Y todo son dudas y temores «y lo que necesitamos es que los profesionales que nos han visto anteriormente nos digan que todo va bien y que no ven nada raro». Sus miedos y sus preguntas tendrán que esperar, de momento, a febrero del próximo año.

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