viernes, 27 de mayo de 2016

La nueva Resonancia y las sorpresas que nos depara el HUCA








Fotografías de la Agencia INSITU - Hace unos días aportábamos una serie de fotografías, a través de la cuales se podía comprobar las obras que se realizaban en la planta “-2 “, justo por debajo de la zona donde se tenía pensado instalar una nueva resonancia. Por cierto, resonancia que según muestran las fotografías,  llego a el HUCA antes de ayer día 26.
Si algunas veces decimos que la calidad de los materiales empleados  para la ejecución de la obra dejan mucho que desear, en otras ocasiones podemos asegurar que ni los responsables de la infraestructura a día de hoy se fían ya de la consistencia del edificio.  Entonces seguramente que alguien se preguntara en que nos basamos. Pues como pueden comprobar en los documentos gráficos adjuntos, aportamos las pruebas de lo que decimos. No es de recibo que un edificio que tiene previsto albergar en su interior una serie de máquinas, no tengan ya calculado las resistencias que deben de soportar los forjados en las zonas que se van ubicar.

No estamos hablando como hace años del vetusto edificio del Cristo, aunque algunos gestores  continúan sin poderse desprender del síndrome de aquel ahora añorado hospital por muchos. Estamos hablando de un nuevo hospital, aquel que fue inaugurado por lo menos media docena de veces, según las necesidades electorales que el presidente del Principado tenía en cada momento, y del cual algunos iluminados decían sería todo un referente a nivel no solo nacional, sino que también europeo.

Un edificio que desde la finalización de las obras en el año 2013, hasta su puesta en funcionamiento en junio de 2014, y según reconocen algunas fuentes, se habrían llevado a cabo por lo menos 13 reformas. Entre las más significativas están las incluidas en áreas como Radiodiagnóstico, UCI, Farmacia, Admisión, Diálisis, Radioterapia, Esterilización, Medicina Nuclear y despachos varios. No obstante, la reformas de lo ya reformado continúan.

Hace apenas unas horas que el consejero de sanidad anunciaba el futuro gasto que desde su departamento se pretendía realizar, en los diferentes hospitales de la región. Y dada la cercanía del 26 J, ya están llegando las primeras inversiones a La Cadellada, sin ir más lejos, una nueva resonancia. Claro que si su descarga se hizo el día 26 a media mañana, continuamos sin tener claro, que fue primero, el huevo o la gallina.
Lo importante de la noticia, y que los medios de información no cuentan, es la situación que vive el personal en la zona donde se pretende colocar la resonancia, así como en sus aledaños. Si desde hace ya días que se venían observando las obras de reforzamiento con vigas de hierro de las estructuras desde la planta “- 2”, apenas 24 horas antes de la llegada al HUCA de la unidad de resonancia, se monto un entramado de puntales que sujetan los forjados de la planta “- 1”, justo  donde se pretende instalar la susodicha resonancia.
Ahora que ya están de obras, sería bueno que continúen instalando aparataje. Pues de los cinco bunker que se tiene previstos en el proyecto de La Cadellada para colocar otros tantos aceleradores lineales, solo están tres están ocupados. Es decir, en el servicio se trabaja con uno menos que en el viejo HUCA del Cristo, y encima los tres que están funcionando, no lo hacen al cien por cien de sus posibilidades, por motivos que la gerencia del HUCA debería explicar.
Mientras tanto las esperas para recibir tratamiento se van alargando, y las bajas desgraciadamente no cesan.


Claro que eso a quien le importa, a los gestores del SESPA, desde luego que no.

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