S
Seguramente que más pronto que tarde, algunos se verán en la necesidad imperiosa de buscar un país que carezca de convenios de extradición, y eso debería de ocurrir, siempre y cuando la justicia decida sacarse el pañuelo que cubre sus ojos, para así poder ver lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
Seguramente que más pronto que tarde, algunos se verán en la necesidad imperiosa de buscar un país que carezca de convenios de extradición, y eso debería de ocurrir, siempre y cuando la justicia decida sacarse el pañuelo que cubre sus ojos, para así poder ver lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
Dicen que solo el tiempo da y quita razones, pero se hace
imprescindible que además de imperar la razón, lo haga el sentido común. Pero sobre todo, que los jueces y fiscales cumplan con el cometido que la sociedad les tiene
encomendado.
Por otra parte sería deseable recuperar para nuestra sociedad
cierto tipo de principios y valores ya olvidados, por lo menos por parte de algunos,
aunque esto ya suene a pedantería por mi parte, y se haga demasiado repetitivo en mis escritos.
La ética, la honestidad, e incluso el honor, creo que son hoy día especies en periodo de extinción, pero bien es verdad que la sociedad no hace nada para protegerlas, y mucho menos por recuperarlas, mientras que la justicia mira para el otro lado.
La ética, la honestidad, e incluso el honor, creo que son hoy día especies en periodo de extinción, pero bien es verdad que la sociedad no hace nada para protegerlas, y mucho menos por recuperarlas, mientras que la justicia mira para el otro lado.
Por eso que cuando nos encontramos con personas como el Dr.
Evaristo Vareo, que a día de hoy desarrolla su
labor asistencial en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago
(CHUS), y al cual avalan 40 años de servicio en la profesión. El cual en estos momentos ejerce también como portavoz de la Asociación Batas Blancas, deberíamos
de prestar no solo atención a sus palabras, si no que también al contenido de su denuncia. Al escuchar su voz, nos podemos dar perfecta cuenta, de hacia donde algunos están dirigiendo el futuro de nuestra sociedad, la cual cada día que pasa, se le nota más y más, la grave falta de valores que padece.
Cuando un profesional de la medicina alza su voz para
asegurar taxativamente que atendió a varios de los afectados,
pero que además se atreve a decir públicamente, seguramente cansado de ver
tanta negligencia administrativa en su entorno, que “… tras 40 años como médico nunca pensé que
una administración podría dejar morir a una persona por razones
económicas", deberíamos de echarnos a temblar, pues seguramente que no es un caso aislado.
La sociedad no solo debe de recapacitar, si no que como
vulgarmente se dice, debemos de atarnos los machos, y ponernos del lado de
estos profesionales. Que al igual que ocurre con otros en Asturias, son capaces de anteponer
los principios fundamentales que exige el ejercicio de su profesión, y el compromiso que un día asumieron al hacer su Juramento Hipocrático, a las torticeras iniciativas que desde la administración les están intenta imponerles.
Pero no solo eso, pues como podemos ver en el caso del Dr. Evaristo Varo entre otros, ellos llegado el momento, son capaces de anteponer principios como la ética médica y su
dignidad como profesionales, a esa otra medicina “estética”, carente de principios
de todo tipo, donde la moralidad no deja de ser más que una utopía, y que desde la administración se intenta imponer.
Todo esto ocurre en momentos como los actuales, donde la gestión esta manejada por un puñado de arrogantes, los cuales no dudan de anteponer sus intereses personales, a los generales que reclama la sociedad, aunque estos sean espurios.
Todo esto ocurre en momentos como los actuales, donde la gestión esta manejada por un puñado de arrogantes, los cuales no dudan de anteponer sus intereses personales, a los generales que reclama la sociedad, aunque estos sean espurios.
Por si todo esto fuera poco, y dentro de su necedad, son
capaces de hacer prevalecer las directrices políticas basadas en criterios estrictamente
economicistas, sin tomar en consideración algo que debería de ser para todos ellos ellos tan sagrado, como es la
dignidad humana y la vida de las personas.
FARO de VIGO – 19 de abril de 2016
Apertura de diligencias contra la sanidad gallega
"Se dejó morir a enfermos por razones económicas; es muy
grave y los culpables deben pagar"
La
denuncia por los retrasos que sufrieron los enfermos de hepatitis C en sus
tratamientos fue presentada por la Asociación Batas Blancas. Su portavoz,
Evaristo Vareo, trabaja como médico en el Hospital Clínico de Santiago y
atendió personalmente a varios de los afectados. "Llevo 40 años como
médico y nunca pensé que una administración podría dejar morir a una persona
por razones económicas", lamenta.
-¿Cómo
valora la decisión del juez de citar a declarar a dos altos cargos del Sergas?
-Es
algo fabuloso, buenísimo, sobre todo para los ciudadanos que ven como la
justicia está investigando como se negaron y retrasaron tratamientos a enfermos
de hepatitis C.
-¿Por
qué denunciaron?
-Sale
de los profesionales médicos porque los familiares estaban destrozados. Pedíamos
los fármacos y ni siquiera nos contestaban. Hasta el propio laboratorio te daba
el ok en 24 horas y la Xunta se demoraba hasta siete meses. En
un caso cuando llamamos a un paciente, de la provincia de Pontevedra, para
informarle de que finalmente teníamos la autorización del Sergas, resulta que
llevaba muerto una semana. Se dejó morir a enfermos por razones económicas.
-La
Xunta lo niega. Dice que solo aplicaron criterios médicos...
-Miente
descaradamente. Falta a la verdad. Había enfermos muy graves y llegamos a
enviar hasta tres peticiones para que autorizasen el tratamiento. Hubo un caso
en el que incluso remitimos una carta directamente a la conselleira
advirtiéndole que si no suministraba el fármaco tendría que cargar con la
muerte del paciente y la llevaríamos a los tribunales y surtió efecto porque
finalmente se lo autorizaron y se salvó.
-¿Cree
que deben dimitir estos dos altos cargos?
-Claro y hay que depurar responsabilidades a nivel político. Lo
que ha sucedido no tiene nombre. Si yo como médico me niego a suministrar un
fármaco y le cuesta la vida a mi paciente termino en la cárcel. Aquí pasó algo
anormal, muy grave. No se puede volver a repetir ni aquí ni en ningún país del
mundo y para eso debe haber un castigo ejemplar. Los culpables tienen que
pagar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario