El caso ha permanecido alejado, casi olvidado, de los
focos mediáticos los últimos años. El revuelo e impacto público que generó a
comienzos de la pasada legislatura son un recuerdo lejano que sin embargo, tras
más de cinco años de larga instrucción judicial han vuelto a revivir tras
hacerse público el auto con el que la juez instructora pone fin a su
investigación del llamado “caso Margüello9”.
En sus conclusionesconsidera que existen indicios más
que suficientes para imputar a dos ex altos cargos de la consejería de Sanidad
que dirigió Gabriel Inclán, además de al facultativo y empresario, José Carlos
Margüello y una de sus socias por delitos cometidos presuntamente en la
adjudicación de contratos de la sanidad pública vasca para beneficiar a
empresas de Margüello y cuyo importe rondaría casi los siete millones de euros.
El auto judicial del 'caso Margüello'
describe un plan, que implica a ex altos cargos de Sanidad
Beneficiaban a empresas con la
derivación de pacientes de Osakidetza que esperaban ser intervenidos
Caso Margüello', ¿cinco delitos?
MIKEL SEGOVIA – Bilbao - 20/03/2016
El
caso, destapado por ELMUNDODELPAÍSVASCO en mayo de 2009, derivó en una
investigación de la recién estrenada consejería de Sanidad de Rafael Bengoa a
finales de ese mismo mes, en una investigación del Tribunal Vasco de Cuentas
Públicas y en una posterior comisión de investigación del Parlamento Vasco,
además de la instrucción judicial ahora concluida por el juzgado de instrucción
número 3 de Bilbao. En todas ellas se asegura que se produjeron numerosas
irregularidades e incumplimientos legales.
La
Fiscalía trabaja ya en la elaboración de su escrito de acusación para
pronunciarse sobre las penas y acusaciones precisas que presentará contra cada
uno de los investigados. Desde el Gobierno vasco, personado en la causa, por
ahora no se confirma si se formulará acusación alguna. El titular de Salud, Jon
Darpón, suscribió en su día, el 14 de marzo de 2011, un escrito presentado por
Gabriel Inclán en el que se negaban las acusaciones y se aseguraba que todo
respondía a un ataque y una campaña de desprestigio con acusaciones
«nauseabundas» de corrupción. La investigación llevada a cabo por la juez ve
indicios de cinco delitos: prevaricación, tráfico de influencias, malversación
de caudales público, fraude y negociaciones prohibidas a funcionarios.
JOSÉ
CARLOS MARGÜELLO
Este
médico fue hasta su suspensión jefe de Calidad del Hospital de Cruces. Durante
muchos años compaginó su actividad profesional con la empresarial. Figuraba con
cargos de responsabilidad en un importante número de empresas, muchas de ellas
del ámbito sanitario. Varias de ellas, como Medical Dom, -dedicada a prestar
servicios de urgencias domiciliarias-, Rehabilidom o Gestión de Servicios
Sanitarios XXI, -que gestionó las listas de espera de Osakidetza- cerraron
cuantiosos contratos con la consejería de Inclán durante el periodo 1999-2009.
La juez de instrucción reconoce ahora que estas empresas venían recibiendo
«importantes adjudicaciones públicas desde 1996».Tanto Margüello como el ex
consejero Gabriel Inclán reconocieron mantener una vieja amistad pero negaron
que ésta hubiera influido para beneficiar a sus empresas. La incompatibilidad
en la que Margüello incurrió como trabajador público al contratar sus empresas
con la Administración, así como las reiteradas ausencias de su puesto de
trabajo llevaron a la consejería de Rafael Bengoa a imponerle una sanción grave
que le inhabilito de su puesto.
JOSÉ
RAMÓN ELORRIAGA
Fue
durante una década uno de los más estrechos colaboradores de Gabriel Inclán.
Procedente de la gerencia de la Comarca Uribe-Kosta, Inclán lo fichó para
dirigir la delegación de la consejería en Bizkaia. La ocupó hasta su
destitución por parte de Bengoa en junio de 2009 tras estallar el caso
Margüello. Sobre él pesa la sospecha fundada, según detalla la juez, de que fue
uno de los enlaces esenciales entre las empresas de Margüello y la
administración pública para lograr contratos. Elorriaga ya fue acusado
anteriormente de prevaricación, pero el juzgado de instrucción número 7 de
Bilbao, que instruyó la causa consideró que no pudo quedar probada, pese a que
sí dio por constatado que empleó una normativa y procedimiento que no
«amparaba» la autorización de una de las empresas de Margüello, Gestión de
Servicios Sanitarios XXI que posteriormente se beneficio de contratos para
gestionar las listas de espera de Osakidetza. La juez señala que Elorriaga
llegó a presionar a los funcionarios y técnicos para que facilitaran los
informes y procedimientos necesarios para autorizar la empresa, pese a que
estos insistían en que no cumplía los requisitos al tratarse de una mera
intermediaria entre proveedores y no una empresa de servicios sanitarios. Ante
estas negativas, Elorriaga habría autorizado el 9 de junio de 2006 -el mismo
día que se solicitó por segunda vez- por su cuenta la mercantil, incumpliendo
el procedimiento, según el auto. Con ella, se abría la puerta para que optará a
una licitación pública de la consejería de Sanidad. La autorización fue
declarada nula años después.
RAFAEL
CERDÁN
Fue
viceconsejero de Sanidad con Gabriel Inclán. En la secuencia de irregularidades
detallada por la juez instructora representaba el nivel superior, el
autonómico. Su intervención, señala, se basó en otorgar un contrato a la
empresa de Margüello, y hacerlo recurriendo a un procedimiento excepcional, el
de emergencia, reservado a situaciones de catástrofes. De este modo se
eliminaba la concurrencia y el procedimiento ordinario. El contrato fue
adjudicado a Gestión XXI directamente, «contra todos los principios que debían
regir para ese tipo de contratación pública», concluye la juez. El primer
contrato fue de dos millones. Posteriormente, Elorriaga paralizó el 2 de julio
de 2007 una convocatoria ordinaria, «sin ninguna justificación» para cambiarla
días después por otra no pública, por procedimiento negociado y que otorgó a
Gestión XXI, que en este caso concurrió en UTE con la Clínica Indautxu de
Bilbao. Aquel contrató se adjudicó inicialmente por 212.800 euros pero con las
sucesivas prorrogas Elorriga elevó su montante total hasta sumar 5,04 millones
de euros.
M.
N. FERNÁNDEZ
La
cuarta pieza de la secuencia descrita por la juez la compone una mujer, no
vinculada directamente a la Administración. María Nieves Fernández figura como
socia de Margüello y ocupa puestos en varias de sus empresas. Fue ella la que
presentó el escrito de petición de autorización para Gestión XXI. Figura como
propietaria de la mayor parte de la sociedad, en la que Margüello sólo aparecía
como propietario de una de las 501 acciones de la misma. Sin embargo, la juez
afirma que es él el «auténtico administrador de hecho» y quien controlaba la
sociedad.
GESTIÓN
XXI
Esta
mercantil, constituida el 6 de febrero de 2006, se creó para intermediar entre
Osakidetza y algunos centros sanitarios privados. Por esa labor llegó a cobrar
entre un 5% y un 20% del coste de cada servicio que derivaba, según aseguró el
gerente de uno de los centros con los que Margüello firmó un acuerdo. Hasta
entonces eran los propios servicios de Osakidetza los que realizaban esa labor
de derivación de pacientes para aliviar las listas de espera. Sin embargo, a
partir de 2006 se acordó subcontratar a una empresa para ello. La elegida fue
la de Margüello, Gestión de Servicios Sanitarios XXI.
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