miércoles, 30 de marzo de 2016

4.886 pacientes en lista de espera para hacerse una resonancia

 

Tras dos años de abandono, deciden reinstalar la resonancia magnética que habían dejado abandona en el Cristo.

 

Ahora mismo la espera media para una resonancia en el HUCA es de 10 a 12 meses

 

Si mal no recuerdo, el pistoletazo de salida para que el nuevo complejo de La Cadellada se pudiera considerar en funcionamiento, se dio un 21 de enero de 2014, cuando a bombo y platillo se puso en funcionamiento el servicio de Oncología Radioterapia.

Pocos meses después, en torno al 15 de junio, se hizo el traslado dando comienzo progresivamente las consultas y el resto de actividad del nuevo complejo hospitalario.

Cuando estamos ya a las puertas de celebrar el segundo aniversario de la puesta en funcionamiento, y a pesar de las muchas indicaciones recibidas por parte de aquellos que de esto saben, la administración socialista, y por extensión el SESPA como brazo ejecutor, decidieron abandonar en el complejo del Cristo infinidad de material en perfecto estado, que bien podía ser utilizado en el complejo de La Cadellada. Entre estos equipos figuraban un TAC y una resonancia magnética, si bien el primero de ellos ya fue reinstalado hace tiempo en La Cadellada, quedaba el equipo de resonancia magnética. El cual después de algunos meses de dimes y diretes, vuelve a ponerse de actualidad, ya que permanece abandonado en el viejo hospital del Cristo. Si bien hace unos meses nadie quería oír hablar del mismo, a pesar de haberse hecho un amago de puestas en funcionamiento, con escaso sentido común, donde la administración demostrando ser muy poco responsable en la toma de decisiones. Es ahora cuando el número de pacientes pendientes de una resonancia, fue en aumento  de forma exponencial a la necedad demostrada por los gestores del SESPA, cuando deciden que es preciso recuperarlo.

La imperiosa necesidad, unida seguramente a la falta de recursos económicos  para negociar la compra de un nuevo equipo, obligan al SESPA a entonar una vez más el mea culpa. Para ello ahora anuncian la puesta en funcionamiento de la resonancia magnética en las instalaciones de La Cadellada  en torno al mes de mayo. Antes deben de desmontarlo, hacerse algunas actualizaciones, y los pertinentes ajustes de calibrado, que unidos al nuevo montaje en ubicación definitiva asciende a unos 600.000 euros.

Si se cumplen los plazos, el equipo bien pudiera estar funcionando para cuando toque celebrar  el segundo aniversario en la puesta en funcionamiento del HUCA. De lo que deducimos, que alguien se permitió el lujo de perder dos años. Demostrando con ello, que las esperas de diez a doce meses que a las que se está sometiendo a un buen número de pacientes, parecen importarles muy poco.

Lejos queda la promesa del gerente del Area IV, el cual tras su toma de posesión indicaba que en poco tiempo el HUCA contaría con cinco unidades de resonancia (a día de hoy solo tiene tres) y otras cinco de escáner (TAC). Si bien es cierto que a estas horas Matallanas estará pensando que para lo que me queda en el convento,…

Pero no solo con maquinas se resuelven los problemas de nuestra sanidad pública, hace falta mano de obra especializada que los maneje los aparatos. Por eso ahora el SESPA intenta  que cada especialista trabaje, como promedio, dos o tres tardes adicionales al mes, en horario de tres a ocho. Pues en el HUCA se amontonan 10.889 historias clínicas pendientes de una prueba de diagnostico, de las cuales 4.886  son de pacientes que esperan por una resonancia. Siendo esta lista espera la que mayores retrasos acumulan, y no se ven sin visos que permiten apreciar un mínimo descenso, al contrario, continúan sumando diariamente más pacientes.

El funcionamiento y optimización de un servicio, pasa por lograr una implicación máxima de todos los trabajadores. Claro que para que esto ocurra, la administración debe de empezar por mostrar respeto hacia los mismos, dejando de lado y de una vez por todas, el revanchismo, el sectarismo y el clientelismo del que viene haciendo gala desde hace años.


El escarnio público al que son sometidos algunos profesionales de la sanidad pública por parte de los gestores del SESPA, no son el mejor modo de sembrar la paz laboral en nuestra sanidad.

Por tanto, deberían de pasar página, dejando de la lado las malas artes impuestas por el anterior consejero de sanidad y sus más directos colaboradores, algunos de los cuales a día de hoy se consideran intocables, pero nunca llovió que no parase, y quién sabe, si un día no muy lejano,….

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