No los voy a entretener, les pido a todos que lean detenidamente lo que dice alguien que de esto sabe un rato, que no es otro que el doctor D. Ramón Alonso Pantiga - FEA Oncología Radioterápica.
Debería de reseñar como destacada toda la carta, no obstante fíjense en estos cuatro conceptos que a mi modo de ver sobresalen del escrito, pero sobre todo, cuando advierte, " que a el las REPRESALIAS lo van a coger un poco tarde" ¿les suena de algo este tema?
- “…delito de malversación de bienes públicos”.
- “…irregularidades que incluso podrían ser constitutivas de un delito de intrusismo profesional además de merecedora del calificativo de irresponsable y temeraria por cuanto puede poner en peligro el diagnóstico correcto de patologías…”
- “…las autoridades políticas y judiciales tienen también la obligación de evitar el mal…”
- “No obstante quiero añadir que a mi las represalias me van a coger un poco tarde, pues me falta poco para la jubilación, y siempre existe la posibilidad de anticiparla, pero me preocupa esta situación por lo que tiene de deja vu y porque el deterioro del ambiente profesional en el HUCA se intensifica de día en día y va a llegar un momento en que será difícil avanzar”.
Lean por favor este escrito, merece la pena, no los va deja indiferentes.
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¿Porqué no actúa el Fiscal?
Sospecho que la forma en que está llevando la autoridad sanitaria de Asturias el conflicto existente en el HUCA entre los miembros del Servicio de Radiodiagnóstico y la dirección del Centro podría catalogarse fácilmente de un delito de malversación de bienes públicos sin necesidad de ser un experto jurídico. ¿Cómo podría si no calificarse la decisión de remitir los estudios pendientes de informe realizados con fondos públicos, por personal adscrito a un centro que se nutre de los presupuestos públicos, a una empresa privada mediante el pago de una cuantiosa cantidad de dinero que ha de salir también de los fondos públicos?. ¿Qué pensar de una situación semejante que además viene arrastrando otras irregularidades que incluso podrían ser constitutivas de un delito de intrusismo profesional además de merecedora del calificativo de irresponsable y temeraria por cuanto puede poner en peligro el diagnóstico correcto de patologías en las que el dictamen de médicos expertos en la evaluación de las imágenes es imprescindible?.
La opinión pública y la jurisdicción ordinaria no deberían ignorar que un TAC o una Resonancia, vistos por quien no es realmente un experto en su interpretación, pueden llevar a conclusiones que de consecuencias catastróficas e irreparables. Muchas veces los pacientes preguntan sobre los resultados a sus médicos que nada pueden responderles o, haciendo un verdadero ejercicio de equilibrismo funambulista, y llevados de la buena voluntad de tranquilizar al enfermo, o de acelerar un proceso que está retrasando excesivamente la toma de decisiones, le llevan a precipitarse en el diagnóstico. Esto puede tener consecuencias fatales. Imaginemos el caso de un médico que trata pacientes con cáncer y que necesitando decidir si el paciente debe seguir o no un tratamiento adicional se precipita, basándose en su experiencia siempre limitada respecto a la del radiólogo, al indicar un nuevo tratamiento. Piensen, por ejemplo, en el caso de la persona tratada por un tumor de laringe dentro de un protocolo de preservación, a la que se le realiza una laringectomía innecesaria ante la duda de que el tumor pueda estar avanzando. Esta situación es, como se dijo antes, sólo un pequeño ejemplo de los muchos que podrían citarse. Afortunadamente, que yo sepa, aún no se ha dado. Pero, ¿en qué nos basamos para afirmar que es imposible que se convierta en real en un futuro más o menos próximo?. ¿En la buena praxis de los profesionales o en la sabiduría de los gestores?. De esta última poco se puede decir, y no siempre bueno, así que me referiré al aspecto profesional: la buena praxis de los profesionales, como puede deducirse de lo anteriormente expuesto, está quebrantada por la situación descrita y no resiste una prueba seria de fiabilidad.
Vista así de cruda la situación, ¿a que ya no resulta tan divertida esta historia de empecinamientos? ¿No es cierto que ya no se trata solo de una noticia más para llenar páginas de periódicos?. Insisto, las autoridades políticas y judiciales tienen también la obligación de evitar el mal, no solo la de hacer declaraciones de pesar y guardar minutos de silencio cuando catástrofes anunciadas por muchas fuentes se hacen realidad provocando el espanto en la sociedad y la cínica sorpresa entre quiénes no supieron o quisieron evitarlas. Y es por eso por lo que llamo a la judicatura y al ministerio fiscal a entrar en esta situación.
Visto desde la perspectiva de quien sufre diariamente la falta de las pruebas diagnósticas y de los informes de los especialistas correspondientes, el conflicto no constituye un simple motivo para la controversia política, es algo que tiene una gran trascendencia para el quehacer diario y no digamos nada de la trascendencia que tiene para los que depositan el cuidado de su salud en nuestras manos.
Y lo más triste, tristísimo, es que ya llueve sobre mojado y no es lo único grave que está pasando. En mi Servicio se dispone de tecnología tan avanzada como para poder decir que probablemente no exista otro Hospital en Europa con una dotación equiparable, pero no se está utilizando con los fines con los que fue adquirido. Hay técnicas novedosas y muy ventajosas para los pacientes que se pusieron en marcha y cuyo desarrollo estamos a punto de tener que interrumpir por falta de medios complementarios cuyo coste es literalmente el chocolate del loro, y porque desde la administración no hay voluntad para que se realicen las calibraciones imprescindibles. Máquinas que debería estar realizando tratamientos de IMRT, VMAT, Radiocirugía, SBRT, Radioterapia Guiada por Imagen, Radioterapia Adaptativa, se están utilizando como las viejas unidades del antiguo HUCA. ¿Porqué?. La respuesta es sencillísima. Como, a pesar de que se vendió en la prensa que se iba a instalar un nuevo acelerador en Febrero,(sí, de este año, o sea, hace más de un mes que se cumplió el plazo), los "agoreros", que sospechábamos, que decíamos que todo eso era humo, hemos acertado de pleno y ya sabemos que no se va a instalar, pues resulta que no hay suficiente capacidad para tratar todos los pacientes y además disponer de tiempo para realizar las calibraciones necesarias, a pesar de que el horario de trabajo va desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche. Podría hacerse en fines de semana, pero claro, no se pueden pagar a los radiofísicos horas extras, eso entraría en lo demoníaco, eso serían peonadas, y no, eso sí que no. Prefieren pagar por enviar los pacientes a tratarse a centros privados, teniendo mejor tecnología que esos centros, de igual manera que pagar a los radiólogoshoras extraordinarias por las tardes es transigir con la satánica peonada y mandar los estudio a una empresa privada es "buscar una solución al problema". Esta es la realidad. Lo peor de todo es que con los radiofísicos nadie ha hablado, ni ellos han pedido nada, lo único que esperan es que se les ofrezca algo, aunque sean días de descanso compensatorios, algo con lo que empezar a hablar y negociar.
Lo que puede verse fácilmente desde dentro de los servicios con problemas es que no se trata de que el nuevo HUCA esté mal, ni mucho menos. Lo que ocurre es que los que están ahí para dirigirlo no son ni los más idóneos ni los más capaces. El nuevo Hospital es una gran empresa, una gran aventura nueva, y demanda soluciones y formas de gestión acordes con su envergadura, con su nivel tecnológico y con la gran inversión realizada. Desgraciadamente los que están al frente tienen una probada trayectoria de ineficacia previa y no se comprende que hayan sido elegidos para capitanear esta nave. Pero, ya sabemos que todo es política y en Asturias, desde un tiempo acá, la política y la gestión pública cojean siempre del mismo pie: sostenella y no enmendalla. Aquí vale todo si es bueno para la campaña electoral. Y realmente deben tener razón porque no se concibe que estando las cosas como están y siendo la realidad la que es, no exista ningún tipo de presión por parte de la sociedad civil. Como si esto no fuera con nosotros.
Podría expresarlo mejor, pero es difícil que se pueda decir más claro. No obstante quiero añadir que a mi las represalias me van a coger un poco tarde, pues me falta poco para la jubilación, y siempre existe la posibilidad de anticiparla, pero me preocupa esta situación por lo que tiene de deja vu y porque el deterioro del ambiente profesional en el HUCA se intensifica de día en día y va a llegar un momento en que será difícil avanzar. No es mi intención crear alarma social. Ese temor me ha hecho callar hasta ahora, pero es necesario dar un paso al frente para decir basta, cuando alrededor tuyo todo lo que constituyó tu ámbito profesional se está viniendo abajo por desidia, por omisión o por la ineficacia de quiénes dirigen el sistema. Eso es lo que debería causar alarma social y no la denuncia.
Ramón Alonso Pantiga
FEA Oncología Radioterápica
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