Ya no es solo la carencia de recursos
humanos o materiales, ya se empieza a notar la falta de ética profesional, de
tacto para con los pacientes y sus familiares, y la dejación de funciones de
los gestores del HUCA es más que manifiesta.
No voy a quitar ni poner comas,
transcribo literalmente un escrito de denuncia que circula por las redes
sociales, el cual firma María José Fernández Camblor. Me imagino que en pocas
horas estará ya en la mesa de alguno de los despachos que ocupan nuestros
asiduos lectores los dirigentes del SESPA, e incluso puede que llegue al
despacho del mismísimo Tino Blanco González, cosa que nos alegra.
Para todos aquellos parásitos que
forman parte de la oposición en el parlamento asturiano, que en su momento
dijeron que no entraban en casos puntuales, aquí tienen una queja más de una
usuaria de la sanidad, otro “caso puntual”, cuántos más serán necesarios para que
intervengan esta pandilla de vagos y maleantes con acta de diputados.
Claro que en este caso se recrimina
la actuación de los profesionales, yo que los defiendo a muerte, debo de
reconocer que de todo hay en la villa del señor, pues a día de hoy, no se me
olvidó el comportamiento de cierto dermatólogo en el viejo HUCA del Cristo,
pero desde mi experiencia personal, les puedo asegurar que son los menos.
Por lo tanto, alguien desde la
gerencia del HUCA debería:
1º.- Pedir disculpas a la familia
del paciente y ponerse a su disposición para corregir este desaguisado.
2º.- Exigir una explicación a
quienes actuaron de esta forma tan rocambolesca, desde el celador, pasando por
la auxiliar, anestesista, cirujano, etc.etc.etc.
3º.- Tomar las medidas oportunas
para que esto no vuelva a suceder, y si procede, abrir un expediente a quien
corresponda, pues me consta que los gestores del HUCA son muy aficionados a
ello, seguramente que aquí encuentran motivos fundados, no como en otros casos.
Los usuarios de la sanidad que
padecen situaciones como esta y otras muy similares, nos damos perfectamente
cuenta de que para la administración somos un simple número en un historial médico,
pero mientras que ese historial permanezca activado, y recogiendo información
del paciente, debemos de exigir que se nos traten como seres humanos que somos,
y no como una mera mercancía, con la cual algunos mercadean a su antojo y
capricho, estándo incluso dispuesto a que les proporcione en algunos casos, un negocio
muy lucrativo.
Una carta de denuncia de:
María José Fernández Camblor
Mi última aventura en el mausoleo de
Vicentus Imperator. Ayer operaron al mi fiu de un neumotórax. Entro a quirófano
a las cinco menos cuarto. Yo tuve que bajar también con toda la ropa porque me
dijeron que no se podía dejar en la habitación porque la roban. Me quedo en la
sala esperando y cuando se acabo salió el médico a decirme como había ido todo.
Me mandan a otra sala a esperar para entrar en reanimación a verlo. Entró a
verlo. Salgo. Al cuarto de hora me vuelven a llamar
para volver a entrar. Como estaba todavía anestesiado salgo otra vez a esperar.
Dan las 8, las 9, las 10 y allí nadie dice nada. Entro a decirles que estoy sin
comer y me dicen que vaya a cenar tranquilamente que tienen el teléfono y me
llaman si tienen algo que decirme. Les pregunto si saben, más o menos, cuánto
tiempo va a estar en reanimación y me dice la tipa aquella que es cosa del
médico y que ella no sabe nada. Bien, me voy a la cafetería a comer algo a la
carrera y cuando doy la vuelta una de las chicas que estaba esperando como yo
me dice que salieron a llamarme y que me fuera a la sala 5 que me atendían
allí. Y allá me voy como una rumana con toda la bolsería. Me dieron las once,
las once y media, las doce... y llegaos a este punto me quede un momento
sobada. Desperté porque me llamaron de casa haber que pasaba. La una y cuarto.
Empiezo a buscar a alguien que me dijera algo y allí no había ni un alma. Me
quede solica en la sala cinco. Por más que busque no encontré a nadie que me
pudiera decir alguna cosa así que opte por bajar a información y comentarlo con
la señora que estaba allí de guarda. La probé muyer empezó a mirar en el
ordenador y contacto con reanimación para explicarles que estaba allí tirada
sin que nadie me hubiese informado de nada. Y por fin, a las dos de la mañana,
le dicen que se va a queda allí toda la noche y que me vaya pa casa. El rebote
que pille no os lo imagináis. Tuve que coger todo el petate, volver a subirlo a
la habitación y llamar a casa que me fueran a buscar. Como vivo en Nava cuando
yo acabe de llegar a mi casa eran las tres y pico de la mañana. Y mientras
estaba allí me di cuenta de que te puedes recorrer el hospital de atrás a
delante sin que nadie te frene, poner dinamita y tirarlo abajo y no se entera
ni dios. Hoy me dijeron que como no hay pela no tienen para poner seguratas y
puedes campear a tus anchas por él. Voy a poner una queja, aunque no sirva pa
nada, porque me dolió en el alma que me dejaran tirada en una puñetera sala de
espera y nadie se ocupara de por lo menos mirar. Si te pones enfermo o te da
algo allí te mueres porque no te hacen ni puto caso.
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