lunes, 20 de abril de 2015

Así estamos, y así se lo hacemos saber.




¿Qué nos está ocultando el SESPA sobre Servicio de Oncología Radioterapia?
Una cosa esta clara, que el oscurantismo cada día que pasa es mayor, la dejadez también es manifiesta, mientras que nadie parece estar dispuesto a tomar las medidas oportunas para poner un poco de orden en el mismo, mientras que quienes sufren las consecuencias son los de siempre, los pacientes.
Ahora resulta que se convoca la plaza de Jefe de Servicio, a la cual se presentan varios profesionales, y por lo que se puede apreciar en el documento que reproduzco, uno de los candidatos a las primeras de cambio se queda fuera por,….
Algunas cosas no cuadran, ya que es difícil de comprender que un profesional, el cual tras muchos años de formación fuera de España, con mucha experiencia acumulada a sus espaldas, que le permite a día de hoy disponer de un excelente currículum como especialista en Oncología Radioterapia, y tener un merecido prestigio a nivel profesional. Cuando decide volver a la madre Patria, es rechazado sin paliativos, y no se intenta buscar una salida de consenso, a una situación de la cual se podrían beneficiar ambas partes, pues estoy seguro que su incorporación debería de servir para enriquecer, amén de dar prestigio a nuestra sanidad. 
Si como se dice en los mentideros profesionales, hace falta una reorganización del servicio, así como la restructuración del mismo, nada como una mano con acreditada experiencia no solo a nivel profesional, sino que también de gestión hospitalaria y de servicio.
En primer lugar con esta incorporación el HUCA ganaría no solo un acreditadísimo oncólogo y radioterapeuta, sino que además, revalorizaría con su incorporación el servicio de Oncología Radioterapia del HUCA. 
En según lugar, y como suele decir el consejero Blanco que la sanidad en Asturias es una empresa que dará prestigio a nuestra región. Que mejor forma para ganar ese prestigio, que disponer en nuestra sanidad de los mejores trabajadores, y parece ser que el aval con el cual podía haberse incorporado D. Angel García es a todas luces inmejorable. Que más prestigio se puede pedir que asegurar en su entorno a otro gran profesional, el cual podía con su experiencia revitalizar el servicio de Oncología Radioterapia, un tanto depauperado de un tiempo a esta parte, por la toma de decisiones erróneas por parte de algunos mediocres, los cuales su incapacidad manifiesta, los lleva a propiciar situaciones de capricho personal, llevadas al terreno de lo profesional, demostrando con ello, su incapacidad para desempeñar jefatura alguna. 
No obstante los motivos que se alegan para rechazar al candidato quedan meridianamente claros en la siguiente carta.

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Angel García

Por Séptimo Rufo Merilio
Ángel García estudió medicina como otros muchos y como otros tantos preparó el MIR y obtuvo plaza para formarse como residente en Oncología Radioterápica allá por los primeros 90. Era un residente trabajador, dispuesto siempre a cumplir cualquier misión que se le encargara. Hablaba poco y nunca mal de nadie; jamás se quejó del trato que se le daba y no hubo nunca tarea que rechazara por dura o desagradable.
Terminó la especialidad muy apreciado por todos porque a ninguno dio motivos para no sentir aprecio por él. Se casó y como en España no lo había se fue a Inglaterra en busca de trabajo y allí pronto encontró acomodo en el NHS como especialista en Clinical Oncology haciéndose cargo del tratamiento integral de los pacientes con cáncer de pulmón, es decir siendo el responsable tanto del tratamiento radioterápico como del quimioterápico. Debió hacerlo bien porque actualmente sigue por allá como Consultant Oncologist at the North Wales Cancer Centre and Betsi Cadwaladr University Health Board (BCU-HB) desde 2005 especializado en todos los aspectos del tratamiento del Cancer de pulmón, mesotelioma, cáncer de tracto gastrointestinal superior y linfomas. En lapáginanuffieldhealth.com se dice de él: He is Radiotherapy Lead at BCU-HBy and has considerable experience in clinical research as Principal Investigator in lung and gastrointestinal cáncer.
En febrero pasado la Gerencia del HUCA convocó Concurso para proveer la plaza de Jefe de Servicio de Oncología Radioterápica vacante desde 2011, y el Dr Ángel García vino a Oviedo para formalizar su candidatura. Estaba muy ilusionado a pesar de que como él decía, la mitad de su familia no compartía su entusiasmo (sus hijas son, a todos los efectos, británicas) y se le iba a plantear un dilema familiar.
Lo que no sabía Ángel García era que la solución a su problema familiar iban a dársela las autoridades sanitarias asturianas excluyendo su candidatura por no ser miembro estatutario de Servicio Nacional de la Salud de España, condición indispensable, al parecer, para que el Servicio de Oncología Radioterápica funcione de acuerdo con los objetivos y misión que tiene asignados. Pero así es la ley y no hay más remedio que aceptarla mientras no se cambie. Lo curioso del caso es que en este país nos quejamos de endogamia en muchos ámbitos profesionales, singularmente en la Sanidad y en la Universidad, y pedimos a nuestros profesionales esfuerzos para formarse en el extranjero y conocer otras culturas, pero cuando esos profesionales hacen el viaje de ida, se encuentran al cabo de los años que no es posible realizar la vuelta.
La lista de admitidos en las convocatorias de otras jefaturas está publicada desde hace semanas; la de Oncología Radioterápica se publicó hoy (17 de Abril de 2015). Todo parece indicar que ha habido una especie de tira y afloja que retrasó innecesariamente la decisión. Durante este período se han movido muchos hilos invisibles, aunque no tanto –tan invisibles- que no fuera un secreto a voces que se estaba trabajando entre bambalinas para evitar que Ángel García pudiera competir por la Jefatura de Servicio.
Yo no digo que el Dr. García tuviera que ser el elegido por una especie de imperativo categórico. Tampoco que sea quien merezca obtener la plaza, ni que tenga mejor currículo. Lo que quiero decir es que vivimos en permanente matrimonio entre legislaciones y regulaciones administrativas kafkianas e intereses personales que se mueven siempre de forma oscura y torticera.
Mi impresión personal ante todo esto, como conclusión, es que esta España sigue dando miedo.

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