El SESPA intenta sobrevivir con las ocurrencias de los pirómanos, que alguien puso como bomberos.
Mientras tanto que en el camarote de los hermanos Marx, van de ocurrencia en ocurrencia, las prestaciones del servicio asturiano de salud van de mal en peor, el sistema se desangra a todos los niveles, aquellos que cobran suculentos sueldos, a los cuales se les asigno la su gestión, continúan mirando para otro lado, mientras son incapaces de ponerle rumbo a la nave, pero eso sí, continúan llevándoselo calentito a final de mes.
Un buen día, de esto ya hace un par de meses, al levantarse por la mañana, alguno de ellos tuvo una brillante idea, pues se le ocurrió nada más y nada menos, que se debería de reabrir el viejo Hospital del Cristo para reutilizar alguno de los aparatos que habían quedado aparcados en el mes de junio, pero sin ningún tipo de mantenimiento, así que dicho y hecho. Claro que como ya es costumbre por parte de los gestores del SESPA, sin medir previamente las consecuencias, o mejor dicho, sin valorar las necesidades que dicha decisión conllevaba.
De mano lograron terminar con la paciencia del Jefe de Servicio, el cual presento su dimisión, pues no estaba dispuesto a tener que asumir llegado el momento algún imprevisto que pudiera surgir, además el problema que había sufrían en el servicio de radiodiagnóstico, no se resolvía con poner más aparatos a funcionar, la solución pasa por buscar personal que pudiera informar los estudios que se amontonaban en los despachos.
La idea inicial era aligerar las listas de espera en algunas pruebas de diagnostico, para ello pretendían poner en funcionamiento las dos unidades que se encontraban en las viejas instalaciones del Cristo, pero la realidad fue bien distinta, pues cuando llego la hora, una de ellas no pudo ponerse en funcionamiento, debiendo de mandar a los pacientes citados aquella mañana para casa.
Pero a Groucho, Harpo, Chico y Zepo, poco les importó la dimisión del Jefe de Servicio, poco les importaba que en el viejo HUCA del Cristo ya no se dispusiera de agua potable, que en sus dependencias medio abandonadas, los medios de reanimación ante una contingencia no fueron los idóneos. Los aparatos llevaban meses parados, necesitan un mantenimiento, pues eso tampoco fue óbice para desistir en su pretensión, por lo que decidieron continuar adelante. Ellos una vez más estaban a lo suyo, desvirtuar la realidad, correr una nueva cortina de huno, dejar pasar el tiempo, sin darse cuenta que el humo se disipa, y los ciudadanos más pronto que tarde, volveríamos a contemplar la inmensidad del mar.
En las últimas horas de nuevo surge otro ocurrencia, pues deciden cerrar en las próximas semanas las instalaciones del Cristo, y se sacan un nuevo conejo de la chistera., ahora algunos pacientes van ser desviados a el Hospital Monte Naranco. En todo este tiempo, no se les ocurrió buscar la forma de desinstalar los equipos del Cristo para bajarlos al newHUCA, cosa que ya está prevista desde antes de la inauguración de la Cadellada, donde continuarán prestando servicio, mientras tanto, los pacientes pueden continuar dando vueltas por Oviedo, a la espera de que los hermanos Marx tengan otra brillante ocurrencia.
No terminan de darse cuenta, que la realidad es terca, y el tiempo da y quita razones, pues ahora más de 800 pruebas permanecen sin ser informadas y la cifra continua subiendo. A mediados de año 2012 había unos 16.400 pacientes pendientes de una intervención quirúrgica, en estos momentos y hasta donde se puede saber, son más de 19.250 de los cuales más de 1.600 llevan esperando más de seis meses.
Ahora las soluciones llegan en forma de ocurrencias, no saben y no pueden transmitir confianza a los profesionales, van de chapuza en chapuza, ponen parches y lo hacen mal, su forma de trabajo es la improvisación, mientras el descalabro continúa adueñándose de la sanidad asturiana.
EL COMERCIO – 8/12/2014
El HUCA rectifica y cierra la sala de rayos reabierta en el viejo hospital
La medida, que buscaba reducir las demoras, se activó contra el criterio de los profesionales y causó la dimisión del entonces jefe de Radiodiagnóstico
LAURA FONSECA - GIJON
Tres meses. Es el tiempo que permanecerá en funcionamiento la sala de radiodiagnóstico del viejo hospital reabierta en octubre para reducir las abultadas demoras, que, en el caso de resonancias y colonoscopias, superan el año. La medida, que se activó en contra del criterio de los profesionales del servicio y que provocó la dimisión del jefe de Radiodiagnóstico, Serafín Costilla, no resultó efectiva, ya que la lista de espera para escáneres, TAC y otras pruebas sigue colapsada.
Actualmente, hay más de ochocientas pruebas sin informar, lo que supone un perjuicio para los enfermos pendientes de conocer su diagnóstico. De ellas, muchas se acumulan en los cajones desde agosto. Ante los resultados, el HUCA ha optado por dar marcha atrás. La sala de rayos de El Cristo, con un escáner y una resonancia, será cerrada a finales de mes.
La decisión se adoptó tras constatar que su puesta en marcha no dejó los beneficios esperados. Además, el viejo hospital, fuera de servicio desde junio tras el traslado de actividad a La Cadellada, no dispone de dispositivos de apoyo en caso de que se produjera alguna emergencia, lo que limita, y mucho, el tipo de técnicas radiológicas que se pueden llevar a cabo.
La Consejería de Sanidad ha decidido cambiar de estrategia y, tras asumir que no podrá acabar en 2014, como era su compromiso, con las demoras quirúrgicas de seis meses ni con las de un año en radiología, activará un nuevo plan de choque, pero esta vez en un hospital en activo. El elegido ha sido el Monte Naranco, en Oviedo. Lo anunció este jueves el gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), durante la comparecencia parlamentaria sobre los presupuestos de Sanidad para 2015. Allí, en el Monte Naranco, se abrirá una nueva sala en la que, según Tácito Suárez, se pretende realizar colonoscopias y resonancias. La pretensión es mantenerla abierta medio año, tiempo en el que se prevé realizar de seiscientas a setecientas pruebas mensuales.
Por vez primera, el Sespa reconoce que tiene un problema y que existen demoras excesivamente altas para este tipo de pruebas. Especialmente, después del traslado al nuevo hospital, que obligó a suspender actividad.
En La Cadellada hay ahora mismo tres equipos de resonancia magnética y tres de escáner. Este mes se abrirá un cuarto escáner y, en 2015, se incorporará un quinto. El problema no es tanto la realización de las pruebas, sino el estudio que se hace de ellas y que contribuye al diagnóstico del paciente en el menor tiempo posible.
La consecuencia del colapso que viven este y otros servicios del HUCA no está sólo en la creciente demanda asistencial, sino también en los recortes aplicados en sanidad.
Según apuntó IU en la comparecencia de los presupuestos, entre 2013 y 2014 se amortizaron casi 800 puestos eventuales. Además, el nuevo modelo de jornada que el Sespa implantó a mediados de 2012, los efectos de la huelga médica de ese mismo año y la decisión de eliminar las polémicas peonadas han provocado un efecto disparador sobre las demoras, que desde entonces no han hecho más que crecer.
Guardias mixtas
Así, los números hablan por sí solos: en agosto de 2012, cuando aún imperaba la anterior jornada, en Asturias había 16.399 pacientes pendientes de intervención, de los que apenas diez acumulaban demoras de seis meses. Actualmente, hay 19.257 enfermos en espera quirúrgica (2.858 más), y ya son 1.638 los que aguardan desde hace medio año.
El equipo directivo del HUCA dirigido por Manuel Matallanas ha ofrecido a los profesionales de Radiodiagnóstico una solución intermedia, a camino entre las peonadas (tan denostadas esta legislatura) y un plan especial. Y, para que las pruebas pendientes de informe puedan salir de los cajones, se pactó realizar guardias mixtas. Es decir: los facultativos de radiología reciben un plus retributivo por permanecer en el hospital hasta las ocho de la tarde, tiempo durante el que sacan adelante el trabajo de las listas de espera. El resto de horas las hacen como guardia localizada.
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