sábado, 7 de junio de 2025

"EL VIACRUCIS SEMANAL DE LA SANIDAD PUBLICA ASTURIANA" - 543º Estación


«ATORVASTATINA» QUE DAN PARA EL COLESTEROL; PRODUCE ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR, ATAQUES CARDÍACOS, FALSA DIABETES Y CÁNCER.

¿Qué les parece? (No me extrañaría que el ISP salga a desmentir este informe)
La ATORVASTATINA, pertenece al grupo de medicamentos llamadas «ESTATINAS», y se enfocan en disminuir el colesterol que se produce naturalmente en el cuerpo; el proceso también puede agotar los niveles de la enzima CoQ10, que podría ser el posible desencadenante de muchos de los efectos secundarios significativos relacionados con el medicamento, incluyendo a las enfermedades neuromusculares y muerte cardiovascular.
En realidad, el colesterol es una de las moléculas más importantes que el cuerpo puede utilizar para crear células, así como para producir hormonas y vitamina D. Los niveles bajos de colesterol que pueden suscitarse debido a una intervención farmacéutica están relacionados con la pérdida de memoria y Alzheimer, además podrían incrementar el riesgo de depresión, derrame cerebral y comportamiento violento.
EFECTOS SECUNDARIOS de la ATORVASTATINA:
*General: Infecciones del tracto urinario, mareos, pérdida parcial de sensibilidad a los estímulos sensoriales, trastorno del sentido del gusto, amnesia y dolores de cabeza.
*Gastrointestinal: Diarrea, indigestión, náuseas, gases intestinales, estreñimiento, malestar abdominal, dolor abdominal, vómitos y pancreatitis.
*Metabólico: Pruebas de función hepática anormales, hiperglucemia, hepatitis, anorexia, hipoglucemia y aumento de peso.
*Musculoesquelético: Dolor articular, dolor en las extremidades, dolor musculoesquelético, espasmos musculares, mialgia, inflamación articular, dolor de espalda, creatina fosfoquinasa, dolor de cuello y fatiga muscular.
EL COLESTEROL ES UN PROBLEMA SÓLO EN LA HIPERCOLESTEROLEMIA FAMILIAR.
La hipercolesterolemia familiar (HF) es una enfermedad hereditaria, de transmisión autosómica dominante, que se caracteriza por altas concentraciones de colesterol unida a lipoproteínas de baja densidad (LDL). Es debido, en la mayoría de los casos, a un defecto genético en el receptor celular de superficie de membrana que reconoce e internaliza las LDL desde el torrente sanguíneo al interior de la célula.
¿Por qué se van bajando los niveles de Colesterol? ¿Por salud o por negocio?
Los niveles de Colesterol a principios de los 90 eran de 300 mg/dl. A finales de los años 1994/1995 se reúne un cómite de expertos (9 en total) y dicen que los niveles de colesterol normales son de 270 mg/dl, con lo cúal calcularon que en vez de tener 11 millones de personas en E.E.U.U. que consumían la pastilla, al bajarlos ya la tenían que tomar 30 millones de personas. El resultado final creo que es más que elocuente= GANAR DINERO Y HACER EL NEGOCIO DEL SIGLO.
DATO IMPORTANTE: El colesterol normal va de 250 a 343 mg/dl (vaya esto por delante para tirar por tierra ese cruel límite de 200 mg/dl).
Conclusiones:
-1. El colesterol no es una grasa y no aumentan sus niveles por comer colesterol o grasas.
-2. El colesterol no provoca ninguna enfermedad a no ser que sea genética.
-3. Las estatinas para bajar el colesterol son inútiles, muy peligrosas y provocan más enfermedades (ictus, diabetes, rabdomiólisis, derrame cerebral, aterosclerosis, demencia, miotoxidad del músculo cardíaco, alzheimer, etc).
(MUY IMPORTANTE: LOS TRIGLICÉRIDOS NO ES COLESTEROL, y si se elevan en sangre es por mala nutrición y por hígado graso. Existe tratamiento para ello, sin medicamentos dañinos)
Si desea más antecedentes, le invitamos a que escriba vía whatsapp y o llame al siguiente fono y le ayudaremos: +56-982743728.

PD. IMPORTANTE: ¡Van a intentar desacreditar estos datos, tengan cuidado, los defensores de la mafia farmacéutica están por todos lados! ¡Lea atentamente la información y juzgue!


viernes, 6 de junio de 2025

Gerardo no necesita “pinganillos” para hacerse oír.

 


J.A.P.

"Llevo 21 meses esperando a que me den cita en Jarrio para hacerme una revisión del ojo izquierdo. Creo que está bien de espera. ¿Hasta cuándo?".

No se trata de un caso puntual como nos quieren hacer creer el Presidente del Principado de Asturias Adrían Barbón, la consejera de Salud Concepción Saavedra o el mismísimo gerente del Sespa Aquilino Alonso, esta es la triste realidad que se vive cada día en el noroccidente de Asturias.  

Gerardo Alvarez, un hombre curtido en mil batallas, que en las últimas elecciones se presento a las elecciones encabezando la candidatura de IU, sin programa alguno, pero defendiendo una serie de convicciones que le auparon  a tener representación en el ayuntamiento de Vegadeo, hasta el punto de convertirse en la llave de gobierno municipal.

Antes de proceder a inauguración de la 60º Edición de la Feria de Muestras, la propia vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, junto al alcalde de Vegadeo, César Álvarez, se acercaron al concejal para conocer su protesta, ya que este portaba una humilde pancarta que lo decía todo:

 Llevo 21 meses esperando a que me den cita en Jarrio para hacerme una revisión del ojo izquierdo. Creo que está bien de espera. ¿Hasta cuándo?".

al mismo tiempo que exigía una mejor atención en la sanidad pública del noroccidente, pues la situación asistencial del Hospital de Jarrio desde hace tiempo deja mucho que desear.

Esta misma semana la consejera de Salud, cuya gestión se caracteriza por las falsas promesas, ha anunciado 1,5 millones para un nuevo consultorio en Boal. Este anuncio llega sin haber sacado a concurso las obras y, lo que es mucho peor, sabiendo que no lo hará porque no existe partida presupuestaría para ello en los presupuestos de 2025.

Saavedra prometió hace 5 años exactamente lo mismo, indicando que este consultorio estaría finalizado en 2023. Fue en el marco de una de las mayores “estafas políticas” cometidas por la dirigente socialista hacia los vecinos del noroccidente. En aquel momento prometió invertir en la sanidad del occidente 21,5 millones de euros entre 2021 y 2023, de los que -como ya saben- no llegó ni 1 solo euro.

La consejera de Salud, una vez más, juega con la salud de los vecinos de esta comarca, incluso con la vida de algunos de ellos, y lo hacen sin ruborizarse lo más mínimo. Continúa practicando su deporte favorito, la venta de humo, que ahora acompaña de dibujos para intentar darle más visos de realidad, a esas inversiones que sabe de mano que no solo son mentira, es que además no se van a realizar, mucho menos eni el plazo marcado del 2027

Pero Saavedra es capaz de muchas cosas, incluso de venderles esta moto a los vecinos de Boal, cuando en estos momentos en ese consultorio faltaba un médico cuya ausencia no se cubre y donde el otro facultativo dejará su puesto por traslado, cosa que va hacer de forma inmediata.

Los vecinos de Boal deberían de hacerse entonces esta pregunta ¿Quién va a atender a los vecinos de Boal dentro de unos días?

No muy lejos de este concejo, en el vecino de Illano, ocurre más de lo mismo. Dentro de pocos días se van a quedar sin médico pues este se traslada a otro destino. ¿Vendrá la consejera, el gerente del Sespa a pasar consulta a Illano, o quizás se encargue de ello el propio alcalde del concejo?

miércoles, 4 de junio de 2025

El SESPA continúa jugando de forma deliberada con la salud e incluso con la vida de los pacientes del Area Sanitaria I


La gravísima situación del servicio de Urología de Jarrio, lejos de arreglarse, se precariza aún más.

La agenda del servicio no existe desde hace meses. No se cita a los pacientes para primera consulta, ni para revisiones. La desatención es total.

El hospital está sin urólogos y la atención llega con cuentagotas de la mano de especialistas desplazados puntualmente desde los hospitales Valle del Nalón (Langreo) y Jove (Gijón).
Tal es la situación, que el especialista proveniente de Gijón únicamente se desplazará 2 días al mes. ¡2 días al mes!
Mientras, los pacientes son obligados a deambular de hospital en hospital, de consulta en consulta, buscando una atención que nunca llega.
¿Considera la Consejera de Salud que esta es una atención sanitaria digna para los pacientes? ¿Cuántos pacientes más tienen que ver agravadas irremediablemente sus patologías para que la Consejera de Salud haga de una vez el trabajo por el que cobra?

No se está pidiendo nada a lo que no tengamos derecho. Los usuarios del Area Sanitaria I - Hospital de Jarrio tienen el mismo derecho y exigen la misma atención que tuvo hace unos meses la mismisima consejera Concepción Saavedra y más recientemente el consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo del Principado de Asturias. NI MAS, NI MENOS 

lunes, 2 de junio de 2025

Un médico de cuidados paliativos, amonestado por tratar a una niña de cuatro años fuera de su jornada: «La muerte no entiende de horarios»

El consejero vasco de Salud reconoce el reproche al pediatra del Hospital de Cruces en Bilbao, aunque afirma que el médico «está de baja por otros motivos»

«Me paro aquí. Estoy cansado, rabioso y decepcionado con mis superiores jerárquicos, cansado de dar cabezazos contra un muro». Con estas palabras anunciaba el pasado viernes el doctor Jesús Sánchez Etxaniz que se tomaba una baja laboral, tras trece años de trabajo en el ámbito de los cuidados paliativos pediátricos, al comprobar cómo después de semanas atendiendo el final de la vida de una niña de cuatro años junto con su equipo lo único que recibió de sus superiores del Hospital de Cruces en Bilbao fue una amonestación «por 'estar en la calle, con los recursos del hospital' a unas horas para las que no tenemos permiso».

Sin embargo, el caso concreto de Bilbao evidencia una realidad de «abandono» que las entidades que promueven los cuidados paliativos en España llevan denunciando desde hace años. «El agotamiento, la rabia y el enfado son sensaciones comunes de los profesionales de la salud que nos dedicamos a los paliativos en todo el Estado», explica Naomi Hasson, presidenta de Arinduz, la sociedad de cuidados paliativos de Euskadi.

«Jesús Sánchez Etxaniz es un referente en los cuidados paliativos y lo está pasando muy mal en este momento, pero más allá de este caso que toca el corazón de todo el mundo, hemos de poner el foco en que esto es general en toda España», explica Hasson. «Aunque la situación ha mejorado en los últimos 25 años, la sensación es que el trabajo en paliativos no es una prioridad y debería serlo. No somos de segunda», añade.

De la situación de la que también se ha hecho eco este lunes la plataforma “Echamos de menos”, formada por diversas asociaciones relacionadas con los cuidados paliativos de País Vasco y de la que Arinduz forma parte, que a través de una nota de prensa ha denunciado «la situación crítica de los cuidados paliativos» y ha advertido que «este caso es el síntoma de un problema estructural: un sistema que castiga a quienes cuidan bien, que deja sin red a los más vulnerables y que no cumple lo que promete». La entidad ha exigido «una rectificación pública del Departamento de Salud» además del «reconocimiento institucional del trabajo del equipo afectado» y una implementación real de la estrategia y la red de cuidados paliativos pediátricos.

En la carta en la que el pediatra anuncia que ha decidido «parar y tomarme un descanso para recuperar energías y motivación», explica que fue hace trece años cuando crearon la que era entonces la «primera y única unidad» de cuidados paliativos pediátricos en la comunidad autónoma vasca, «y la organización enseguida presumió de este hecho». «Es cierto que desde el principio me remarcaron que ese servicio sólo lo podíamos dar de lunes a viernes, no festivos, de 8:00 a 15:00 h», reconoce en el texto, aunque señala que también argumentó que «la muerte en los niños no entiende de horarios». «No era ético permitir que una familia pidiera ir a su casa para morir en su hogar, en vez del hospital, y luego dejarles sin esa asistencia el resto de las horas», explica.

«Desde el principio, en el equipo decidimos prolongar de forma voluntaria la asistencia más allá de nuestro horario oficial en los finales de vida», añade, y reconoce que así lo han hecho en estos trece años: «mañanas, tardes, noches y festivos». «Nunca nos lo han reconocido como trabajo, a pesar de solicitarlo repetidamente en los siguientes años», añade. «Pero, al menos hasta esta semana, nos daban una palmada en la espalda y miraban para otro lado. Nos dejaban hacer, bajo nuestra responsabilidad».

Sobre el caso concreto que le ha llevado hasta la extenuación, explica que «en las últimas cuatro semanas hemos asistido al final de vida a una niña de cuatro años. El control de síntomas ha sido complicado, y los aspectos emocionales que concurrían en esta familia también». Así, el equipo acudió en varias ocasiones al domicilio de madrugada: «ha supuesto un desgaste para las dos enfermeras, la psicóloga y los dos pediatras. Pero nos quedaba el agradecimiento de la familia», concreta el médico.

Sin embargo, la sorpresa llegó «al día siguiente del fallecimiento», cuando «nos amonestan nuestros superiores por 'estar en la calle, con los recursos del hospital,' a unas horas para las que no tenemos permiso, y nos recuerdan que 'si ocurre algo' no vamos a tener la cobertura legal del hospital».

«Ni siquiera puedo entenderlo», añade Sánchez Etxaniz, quien reconoce que en esas condiciones le resulta muy difícil seguir trabajando. «Pero, mientras tanto, quiero que la sociedad conozca esta situación, que me consta que también ocurre en otras comunidades». Y añade que, cuando una familia pida ir con sus hijos a fallecer a casa, exijan que se les dé atención continuada. «Quizás las familias tengan más capacidad de convencer a los responsables. Hasta la vuelta», se despide el pediatra, que, ante la repercusión del caso, prefiere no hacer más declaraciones públicas.

«Está de baja por otro motivo»

Sin embargo, el consejero de Salud del Gobierno Vasco, Alberto Martínez, ha afirmado que Sánchez Etxaniz no ha sido objeto de ninguna advertencia por parte de Osakidetza ni está sancionado. En una entrevista en Radio Euskadi, ha afirmado que «la persona que está de baja lo está por otro motivo», porque «nadie ha sido amonestado».

«Yo tengo amistad con la persona desde hace muchos años, lo conozco, he estado intentando hablar con él, porque sé de otros motivos de sus bajas, pero no estaba de baja por este motivo», ha concluido.

Por su parte, el consejero vasco de Salud (Osakidetza), Alberto Martínez, preguntado por el caso en una entrevista en Radio Euskadi, negaba que «nadie haya sido amonestado» por esta razón, aunque reconocía que el equipo de Sánchez Etxaniz sí había recibido una comunicación «de forma preventiva» por el uso de los recursos del hospital. «Una supervisión de enfermería comunicó, de forma preventiva, que si iban a tomar, si iban a coger un coche, que por favor lo avisaran previamente», explicó en la entrevista. «Pero simplemente fue una advertencia de seguridad por si había un accidente», añadía, en una explicación que coincide con lo expresado por el pediatra, quien nunca había hablado de sanción, sino de una advertencia de que «si nos ocurre algo no íbamos a tener cobertura legal del hospital».

Asimismo, el consejero ha asegurado que el Servicio Vasco de Salud cuenta con «una unidad de paliativos de referencia», en alusión al Hospital Universitario de Cruces de Bilbao, «que en este momento está atendiendo a dos niños». También, ha añadido, disponen de «unidades que coordinan tanto en Donosti como en Basurto con otros hospitales», así como con «los niveles asistenciales de más proximidad».

 

Fuente documental:

https://www.abc.es/sociedad/denuncian-amonestacion-pediatra-asistir-muerte-nina-terminal-20250602182012-nt.html

sábado, 31 de mayo de 2025

"EL VIACRUCIS SEMANAL DE LA SANIDAD PUBLICA ASTURIANA" - 542º Estación

Un paciente de Jarrio, que lleva meses esperando para ser operado de una patología seria y al que tienen peregrinando de hospital en hospital, ha sido llamado ahora a una 1ª consulta en Langreo, en el hospital Valle del Nalón.

¿Se puede jugar así con la salud de una persona? ¿Es admisible que tras meses esperando para ser operado, tu patología se agrave, te vayan derivando a otros hospitales y, finalmente, acabes en una 1ª consulta a Langreo? ¿Importa tan sumamente poco a la Consejera de Salud la vida de los pacientes del noroccidente?
Urología tiene 300 pacientes en lista de espera, obligados a esperar 4 meses por una 1ª consulta en el mejor de los casos. Las revisiones y el seguimiento de ciertas patologías que así lo requieren, no se estarían llevando a cabo según fuentes sanitarias.
Llevamos meses denunciando el caos de Urología en el hospital de Jarrio, servicio vacío de profesionales desde hace tiempo, prestado de manera precaria por médicos desplazados desde Langreo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
Para mayor desvergüenza, afirman que van a fusionarnos con Avilés, pero nos mandan al urólogo a Langreo, a 125 kilómetros del hospital de Jarrio. En transporte público ir de nuestro hospital al Valle del Nalón no baja de 3 horas y 15 minutos, eso suponiendo que le sea posible tomar la necesaria combinación de transporte.

No se olviden que...

"Si no luchamos juntos, nos van a matar por separado"

viernes, 30 de mayo de 2025

Consentimiento informado o el desafío de humanizar un derecho

  

María Victoria Camps siempre resulta inspiradora. Hace unas semanas tuve la oportunidad de escucharla hablar sobre el futuro de las profesiones sanitarias y abordó uno de los asuntos más persistente -e insuficientemente resuelto- al que se enfrentan nuestras organizaciones: cómo lograr que el consentimiento informado deje de ser un trámite burocrático para convertirse en un acto ético, comprensible y útil. Su visión crítica, lúcida y serena sobre cómo hemos tecnificado las relaciones asistenciales sin transformar de fondo las culturas profesionales me provocó -lo confieso- cierta incomodidad. Especialmente cuando recordó que seguimos atrapados en inercias paternalistas mientras nos proclamamos defensores de una ética contractualista. Esa tensión sigue condicionando, muchas veces de forma invisible, cómo nos relacionamos con aquellos a quienes cuidamos.

Un gesto ético que no puede ser un formulario

El consentimiento informado está presente en casi todos los procesos clínicos. Se enseña, se documenta, se firma. Y sin embargo, sigue sin vivirse plenamente como lo que es: un acto de respeto a la autonomía personal. A menudo se convierte en un paso más, un documento que se rubrica al final de una consulta o antes de una intervención. En muchos casos, ni quien lo explica tiene tiempo para hacerlo con calma ni quien lo escucha se siente invitado a preguntar o a decidir.

Detrás de esta rutina subyace una paradoja que ya denuncian desde hace tiempo voces como la de Camps: hemos avanzado mucho en normativas, pero no tanto en prácticas reales. El tránsito del modelo médico paternalista al contractualista ha quedado, en demasiadas ocasiones, en un plano retórico. Aún hoy se percibe al paciente como alguien que debe ser protegido, más que como alguien con derecho a decidir. Y cuando eso ocurre, el consentimiento deja de ser un proceso relacional para convertirse en una obligación administrativa.

Hay, además, una desconexión entre la intención ética del acto y su materialización técnica. Formularios cargados de terminología jurídica, cláusulas estandarizadas y frases preventivas sustituyen muchas veces a una conversación real. Se cumple el requisito, pero se desdibuja el sentido. Y cuando el consentimiento se convierte en un blindaje legal más que en una herramienta de comprensión, todos —pacientes y profesionales— salimos perdiendo.

Por otro lado, no todos los pacientes parten del mismo punto. Existen desigualdades culturales, educativas, lingüísticas y emocionales que hacen que muchas personas no puedan participar en igualdad de condiciones en la toma de decisiones. Y si no adaptamos el consentimiento a esa diversidad, el riesgo de exclusión aumenta. No hay autonomía si no hay comprensión.

Mejorar la mejora: un reto institucional

Como gestor sanitario y como médico, he llegado a la conclusión de que no basta con “hacer bien” el consentimiento informado. Hay que revisar cómo lo concebimos, cómo lo integramos en la cultura asistencial y qué barreras impiden que cumpla su verdadera función: acompañar a la persona en una decisión libre e informada.

Para lograrlo, hay transformaciones que deben impulsarse desde las propias organizaciones. Primero, hay que devolverle al consentimiento su dimensión clínica y humana, no solo jurídica. Esto implica repensar los tiempos, los espacios y los lenguajes con los que se comunica la información sanitaria. Un documento mal entendido no es consentimiento: es riesgo, es desconfianza, es deshumanización.

También es clave revisar los modelos actuales, adaptarlos a un lenguaje claro y accesible, sin jerga innecesaria, e incorporar formatos diversos según las necesidades de comprensión de cada paciente. Tecnologías como vídeos explicativos o formularios interactivos pueden ser útiles, pero siempre que se diseñen como herramientas de apoyo y no como sustitutos del encuentro personal.

Además, necesitamos espacios clínicos y organizativos que hagan viable la conversación. Si las agendas no permiten explicar, preguntar y escuchar, entonces el consentimiento seguirá siendo un trámite. No se trata solo de la voluntad del profesional, sino de la estructura institucional que debe cuidar ese tiempo como parte esencial del proceso asistencial.

Por último, evaluar cómo viven los pacientes este proceso resulta primordial. Escuchar sus experiencias, sus dudas, sus silencios. Esa escucha, muchas veces olvidada, puede ofrecer más información que cualquier auditoría. Y puede ser, además, la puerta de entrada para transformar la cultura institucional en torno a la autonomía y la participación.

Escuchar, explicar, respetar

Hay momentos en los que una decisión sanitaria cambia la vida de una persona. No se trata solo de si aceptar o no una intervención, sino de cómo sentirse acompañado en ese proceso. El consentimiento informado, si se realiza con cuidado, puede convertirse en un acto de confianza mutua. No es solo una firma: es una forma de mirar a los ojos, de reconocer a la otra persona como alguien capaz, con derechos, con voz.

Es importante subrayar que humanizar el consentimiento no implica complicarlo. Muy al contrario: se trata de devolverle su simplicidad esencial, que es la conversación. La posibilidad de preguntar sin miedo. La claridad sin condescendencia. La decisión sin presión. Si conseguimos que cada paciente sienta que puede decir “sí” o “no” desde la libertad, habremos ganado más que un cumplimiento legal: habremos fortalecido el vínculo asistencial.

Creo sinceramente que el consentimiento es un termómetro ético de nuestras organizaciones. Cuando se hace bien, probablemente muchas otras cosas también lo estén. Cuando se hace mal, no importa cuántos documentos se archiven: algo profundo se está rompiendo en la relación clínica.

El futuro de las profesiones sanitarias no dependerá solo de la tecnología, ni de las reformas estructurales. También dependerá —como recordaba Camps— de nuestra capacidad para seguir poniendo a la persona en el centro, no como lema institucional, sino como acto cotidiano. Y el consentimiento informado, bien entendido y bien practicado, puede ser uno de esos actos cotidianos diferenciales.

No basta con cumplir: hay que comprender. No basta con informar: hay que dialogar. No basta con firmar: hay que escuchar. Porque cuidar el consentimiento informado es, en el fondo, cuidar la dignidad de cada persona en los momentos en que más lo necesita.

 

Fuente documental:

https://www.redaccionmedica.com/opinion/felix-rubial-7847/consentimiento-informado-o-el-desafio-de-humanizar-un-derecho-2129

miércoles, 28 de mayo de 2025

Escuchar al paciente

 

En Gestión Sanitaria, además de afrontar el día a día con dedicación 24/7, se mira de manera constante el horizonte de la superación, con innovación, evaluación, investigación y estrategias de calidad y mejora continua.

Recordemos a Avedis Donabedian, maestro de la calidad, con quien aprendimos la importancia de atender a la estructura, los procesos y los resultados.

También a Cochrane y la incorporación de la ciencia a la medicina para disminuir la variabilidad de la práctica clínica, basando la toma de decisiones en los procedimientos más efectivos y eficientes, y estrategias como la Seguridad Clínica y las recomendaciones del Institut of Medicine, la Humanización en Salud, la Inteligencia Artificial o la Transformación digital.

El Sistema Sanitario ha sabido resistir en los diferentes escenarios, dando muestras de su fortaleza y compromiso con la sanidad. Ahora, cuando la incertidumbre nos acompaña en todos los sectores, en salud tenemos más claro que nunca que la calidad de los servicios sanitarios se escribe con P, con P de pacientes, y con P de profesionales, porque realmente, la calidad es el valor desde la perspectiva del paciente que recibe el servicio, y no de quien lo presta, hospital, servicio o profesional, y en este proceso es decisiva la humanización y la escucha activa, que se fraguan en el momento de la verdad, que es cuando paciente y profesional se encuentran. Por eso hoy la propuesta para la reflexión es mirar al momento de la verdad, con el objetivo de escuchar, entender y dar respuesta a las necesidades del paciente, convirtiéndolas en el nuevo horizonte para seguir avanzando.

"Los pacientes necesitan y piden la actitud positiva y cercanía de los profesionales, porque les importa más cómo se les trata que el currículum de quien les trata"

Estos días he compartido con el Instituto Experiencia Paciente una jornada organizada por la Dirección General de Cuidados y Humanización de la Consejería de Salud de Aragón, donde han participado más de un centenar de pacientes y profesionales. El objetivo era explorar la experiencia del paciente en un entorno de trabajo real, identificando mejoras y construyendo valor en salud.

La información y la evidencia aportada por los pacientes puede ser fiable, válida y aplicable, si se mide con instrumentos administrados al propio paciente. Hablamos de PREMs (Patient reported experience measures), instrumentos reconocidos internacionalmente para medir la calidad de los servicios sanitarios desde la perspectiva del paciente.

Se han estudiado diferentes procesos, abordando aspectos del prediagnóstico, el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y el hecho de vivir con la enfermedad, y ha sido significativo que seis grupos diferentes de pacientes, profesionales y finalmente de pacientes y profesionales juntos, hayan presentado conclusiones temáticas coincidentes, que han girado en torno a lo que, para unos y para otros, es lo que más les importa y preocupa de su proceso de salud, narrado con vivencias, sentires y circunstancias muy ilustrativas. Estos aspectos son cinco: tiempo, empatía, comunicación, humanización y organización, que curiosamente pueden ser el acrónimo de #MiTecho que da título a esta columna de opinión, y que merecen una reflexión.

Aprender a gestionar el tiempo

El tiempo mide la duración, simultaneidad y separación de los acontecimientos. Aristóteles lo relacionaba con la medida del movimiento en relación a lo precedido y lo sucedido, y Kant lo relaciona con la sensibilidad. El tiempo percibido no coincide con el real, porque en efecto, valoramos de manera diferente la duración, el movimiento y la sensibilidad de cualquier acontecimiento.

A los pacientes lo que les importa es recibir asistencia a tiempo y el tiempo que transcurre para tener una cita y recibir el diagnóstico y tratamiento oportuno. Pero también les importa el tiempo antes de la visita, la coordinación entre profesionales y servicios, o el tiempo en la sala de espera. Así lo manifiestan al preguntarles, como a los profesionales, que demandan tiempo para dedicarlo al cara a cara con los pacientes.

El tiempo es un bien muy preciado y hay que aprender a gestionarlo, dando valor a la acogida del paciente y los primeros momentos de la relación interpersonal, pero también cuidando la conversación y la escucha activa. Según el estudio de G. W. Hill 'Group Versus Individual Performance', “el tiempo necesario para que un médico empatice con su paciente no es mayor de 3 minutos”. Según el mismo estudio, “los pacientes suelen pensar en una media de 4 preguntas cuando van a la consulta del médico, sin embargo, solo pueden formalizar 1-2. La primera interrupción tiene lugar por término medio a los 18 segundos”.

Es evidente que hay que escuchar más a los pacientes y desarrollar la capacidad de conectarse emocionalmente con ellos, esto es empatía, competencia que en general nos permite reconocer, compartir y entender los sentimientos, las necesidades y los estados de ánimo de otros, algo que nos hará comprender mejor la forma de actuar que muestran.

La Comunicación sanitaria funciona como un puente entre profesionales, pacientes y la propia sociedad. En la comunicación pueden intervenir diferentes medios, desde los tradicionales como la prensa escrita o la televisión, a los canales digitales que han revolucionado la comunicación sanitaria. Sin embargo, la comunicación interpersonal es insustituible en salud, porque la relación médico-paciente es el núcleo central de la atención sanitaria. 

Implica “escucha activa” para ponerse en el lugar del otro y darse cuenta de lo que necesita. Requiere atención plena, respeto, evitando juicios de valor y comentarios inútiles que puedan contaminar el proceso de comunicación con los pacientes. El estudio anteriormente citado señala que “en Estados Unidos los médicos que más escuchan son los que menos denuncias tienen. Los médicos de urgencia sin demandas por negligencia eran los que escuchaban mejor, informaban de los tratamientos, se reían con los pacientes y les pedían que hablaran”. Una gran lección.

La Humanización en salud es cercanía, cuidado y acompañamiento. Dice José María Esquirol en su ensayo 'La resistencia íntima', que “sin proximidad y emoción por el trabajo que hacemos, no hay atención ni empatía” y que “acompañar y cuidar son expresiones de la proximidad”.

Los pacientes necesitan y piden la actitud positiva y cercanía de los profesionales, porque les importa más cómo se les trata que el currículum de quien les trata. Y habría que hacerlo como dice Esquirol, “cuidando más que dominando”, como la actitud de los excelentes, los que aman su trabajo y lo hacen con pasión, porque la actitud del profesional ante el paciente no depende de nadie más que de uno mismo, y se muestra cuidando el lenguaje verbal y el no verbal, porque los gestos nos delatan.

La organización sanitaria es fundamental para garantizar la accesibilidad a los servicios, pero también lo es para la eficiencia, facilitando cómo resolver los problemas, minimizando riesgos y evitando duplicidades innecesarias. Para los pacientes también es importante adaptar circuitos, estancias y espacios hospitalarias, con accesibilidad, cuidando el entorno, la iluminación, la comodidad y la movilidad. Y es que no basta con ofrecer servicios de calidad, cuando su accesibilidad se ve limitada por capacidad, burocracia o una inadecuada organización.  Ni cuando falta la atención y la empatía con el paciente, ni cuando la comunicación se limita a un gesto de superioridad hueca, ni cuando la excusa se limita a la falta de tiempo. Los pacientes, la sociedad y propio sistema sanitario esperan ese plus de profesionalidad que no depende del conocimiento técnico ni de la tecnología disponible, sino de la actitud personal de cada uno, y que puede empezar con el simple gesto de “escuchar al paciente”.

 

Fuente documental:

https://www.redaccionmedica.com/opinion/manuel-bayona-6135/escuchar-al-paciente-5914