Un vecino de Lugones lleva las cenizas de su mujer al
centro de salud: «La mandaron a casa y murió»
Su mujer falleció un día antes de jubilarse | «Vinimos a Urgencias y la
mandaron a casa sin mirar; murió a las tres horas»
A las diez de la mañana se presentó ayer en el centro de salud de
Lugones Germán Castellanos. Sobre su mano, una bandeja con las cenizas de
su difunta esposa, María Luisa Amores Blanco, que falleció el
pasado 5 de agosto, un día antes de jubilarse, a los 65 años. También
portó unos jabones para «limpiar la conciencia», cien euros como pago de una
consulta «de tres minutos», varios capullos de flores y una invitación para
alojarse en el hotel Las Viñas, propiedad del matrimonio, «por la gran atención
prestada en la consulta». Todos los regalos, «con significado», eran para el
doctor que atendió a la mujer tres horas antes de morir.
Con este gesto, Castellanos quiso denunciar públicamente ayer el
trato médico que recibió María Luisa en su última jornada. El siguiente paso,
advirtió, será trasladar el caso a los tribunales.
La mujer acudió el lunes al centro de salud aquejada de unos fuertes
dolores de cabeza, explicó el marido. «Vinimos por Urgencias para no tener que
pasar por el protocolo del hospital, pero él (en referencia al doctor), se
molestó muchísimo porque teníamos que haber pedido vez, así que la mandó para
casa sin mirar», sostiene.
No descarta que el final hubiera sido el mismo -está pendiente del
resultado de la autopsia que determine la causa exacta del fallecimiento-, pero
solo reivindica «que nos hubiera tratado como personas».
Ayer, una vez dentro del equipamiento, Castellanos se negó a entrar en la
consulta del médico. «Él quería que pasara a su despacho, le entregué las cosas
y le ofrecí que lo que me quería decir lo dijera delante de toda la gente»,
contó. Considera que en privado poco tienen que hablar, que lo mejor es hacerlo
ante los tribunales.
Tanto los profesionales del centro de salud como la Consejería de Salud
declinaron ayer ofrecer una explicación oficial sobre lo ocurrido. Empleados
del consultorio indicaron que los responsables «están de vacaciones y no hay
nadie capacitado en el centro» para hacer una valoración.
«Todo se desmorona»
El fallecimiento ha roto todos los planes. A punto de retirarse, Amores
planeaba junto a su marido comenzar a viajar: «Teníamos la vida resuelta para
marchar y ahora todo se desmorona», lamentó él ayer. Confesó que era su mujer
la que «llevaba todo en la casa», por lo que sin ella se siente «sin nada». Un
final donde no recibió el trato que le hubiera gustado. «La gente viene
y cree que no pagamos a la Seguridad Social pero yo pagué 47 o 48 años», se
quejó.
Esta misma semana el centro de salud de Lugones ya fue protagonista de otra
polémica. Las largas listas de espera de hasta dos semanas para realizar
consultas de Atención Primiaria han convertido el servicio en objeto de
críticas políticas y vecinales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario