Klebsiella pneumoniae: La bacteria letal que se extiende por Europa
Este patógeno ha
puesto en circulación por los hospitales europeos varios genes multi
resistentes. Ya ha matado a más de 2.000 personas y los antibióticos más
avanzados no son capaces de contenerlo.
Una bacteria se está expandiendo por hospitales de toda Europa. Se
trata de uno de los microorganismos oportunistas más resistentes a los
antibióticos, «Klebsiella pneumoniae», causante de infecciones respiratorias y
en la sangre que pueden llegar a ser mortales. Algunas cepas soportan sin
inmutarse incluso un ataque con antibióticos carbapenémicos, la última y más
poderosa línea de defensa con la que cuenta la medicina. Superada esa barrera,
un microorganismo es casi indestructible. Es lo que los técnicos llaman
bacterias extremadamente resistentes. Las autoridades sanitarias andan
preocupadas por el aumento de las infecciones nosocomiales (las contraídas por
pacientes dentro del recinto sanitario) en todo el mundo. Pero no se sabe con
certeza cuál es la magnitud real de este aumento. Algunos datos son demoledores:
en 2007 en Europa murieron 341 personas por una infección con «Klebsiella
pneuomoniae». En 2015 la cifra superó las 2.000. Y es que, una vez que una
bacteria ha aprendido a defenderse de los todopoderosos carbapeménicos, pocas
estrategias terapéuticas quedan disponibles. Los niños, las personas de mayor
edad y los enfermos inmunodreprimidos son las principales víctimas de este tipo
de infección.
¿Podemos
medir la magnitud del problema? Ese es el objetivo de la mayor investigación
estadística realizada hasta la fecha en Europa sobre el tema. Sus autores son
expertos del Centro para la Vigilancia Genómica de Patógenos, el Instituto
Wellcome Trust Sanger y la Universidad de Friburgo.Se trata de la primera radiografía realista de la expansión de
este agente patógeno por el continente basada en datos genéticos que han sido
recopilados usando 2.000 muestras de 244 hospitales. 1.700
ejemplares extraídos tuvieron suficiente calidad como para que el genoma de las
bacterias estudiadas pudiera ser secuenciado. Gracias a esa secuenciación, los
investigadores no solo han podido dibujar el mapa de repercusión de la
enfermedad, sino que han localizado un pequeño número de genes que, cuando se
expresan, favorecen la resistencia antibiótica. Estos genes producen enzimas llamadas
carbapenemasas, capaces de «deglutir» los antibiótios y hacerlos inservibles.
Este
descubrimiento no es, por sí solo, realmente novedoso. Era de esperar que la
dotación genética de estos microorganismos contuviera el secreto de su
hiperresistencia. Lo que ahora se sabe es que una variedad clonada de
«Klebsiella pneumoniae» ha puesto en circulación a una pequeña cantidad de
bacterias que portan más de un gen resistente. Es lo que llaman clones de alto
riesgo. Y estos clones se han expandido muy velozmente por los hospitales de
toda Europa. De hecho, el uso intensivo de antibióticos que se realiza en los
propios centros hospitalarios favorece precisamente la supervivencia de estos
clones que ven como sus hermanos menos resistentes sucumben a los medicamentos
dejándoles todo el terreno libre para su expansión.
Los
trabajos de genética comparada han demostrado que cerca de la mitad de todas
las bacterias «Klebsiella pneumonia» recolectadas contenían genes que las
relacionaban con otras recogidas en el mismo hospital. Es decir, la mayor parte
de las bacterias que contagian a un paciente han nacido en el propio hospital.
Esto demostraría que son los centros sanitarios los principales agentes de
dispersión de la amenaza y no, como podría pensarse, vectores externos. Se ha
demostrado también que es más fácil encontrar la misma bacteria en diferentes
hospitales de un país que en dos hospitales de dos países distintos. Es decir,
los sistemas de gestión de la salud tienen un papel importante en la expansión
del agente infeccioso. Las mismas pautas de tratamiento antibiótico, las mismas
costumbres en cuanto al tiempo de ingreso hospitalario y los mismos protocolos
de gestión de los ingresos generan idénticas vulnerabilidades.
El
trabajo ha arrojado un ranking de riesgo por países. Lo encabeza Italia, con una media de 10.762 muertes
derivadas de infecciones hospitalarias. Hay que tener en cuenta
que no solo se contabilizan las muertes por «Klebsiella pneumoniae» (que no
superan las 2.100 en toda Europa) sino que también se tienen en cuenta los
afectados por bacterias resistentes a las cefalosporinas de tercera generación,
a las meticilinas, a la penicilina, a la vancomicina y a otros carbapenémicos.
Es decir, se tienen en cuenta todas las víctimas de infección hospitalaria por
bacterias resistentes.
España
ocupa la mitad de la tabla con 1.899 casos anuales. A Italia le siguen Grecia,
Rumanía, Portugal, Chipre, Francia y Eslovaquia. Los países con menor
incidencia son los nórdicos: Filandia, Noruega, Holanda, Estonia e Islandia
tienen márgenes de riesgo realmente insignificantes. El caso italiano es
realmente sorprendente. El país recoge casi un tercio de todas las muertes de
la Unión Europea. El dato no puede explicarse solo porque sean países con una
alta esperanza de vida (cuantos más ancianos hay en un país, más posibles
afectados por este tipo de infecciones). De hecho, la esperanza de vida al
nacer es mayor en España donde contamos con casi una décima parte de las
víctimas de Italia. El país transalpino ha puesto en marcha recientemente una
estrategia muy ambiciosa para contrarrestar antes de 2020 está casi imparable
epidemia de enfermedades nosocomiales.
En
España, aun estando por debajo de la media europea en número de afectados, los
datos no son para tirar cohetes. Casi 2.000 personas pierden la vida al año por
enfermedades que no tenían cuando entraron en el hospital. Si se contabiliza el
efecto que tienen estas enfermedades en el sistema sanitario, el dato es más
asombroso. Se llama AVAD (Años de Vida Ajustados por Discapacidad) a la medida
que usan los epidemiólogos para contabilizar el número de años de vida perdidos
en un país por culpa de una enfermedad, una discapacidad o una muerte
prematura. Si usted pasa 6 meses de baja por una infección, por ejemplo, ese periodo
pasa a formar parte del AVAD que provoca esa enfermedad en España.
Las
enfermedades hospitalarias nos quitan a los españoles una media de 41.000 años.
Y la amenaza no deja de crecer porque, de momento, la última línea de ataque
(los carbapeneménicos) no tiene soldados de refuerzo.
Fuente documental:
https://www.larazon.es/sociedad/klebsiella-pneumoniae-la-bacteria-letal-que-se-extiende-por-europa-AD24414545
Fuente documental:
https://www.larazon.es/sociedad/klebsiella-pneumoniae-la-bacteria-letal-que-se-extiende-por-europa-AD24414545
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