lunes, 3 de junio de 2019

La donación de la Fundación Amancio Ortega en Asturias ya es una realidad


4.200 pacientes del HUCA se beneficiarán cada año de las donaciones de Amancio Ortega
Asturias es de las pocas comunidades en las que estos aparatos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer están ya en funcionamiento
El primer acelerador lineal con que contó el servicio de radioterapia del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) fue donado en 1985 por la entonces Obra Social de la Caja de Ahorros de Asturias, institución que durante años también colaboró en la formación de los médicos. La última incorporación tecnológica de última generación a este servicio, otro acelerador lineal que se estrenó a mediados de mayo -éste, solo de fotones-, también fue posible gracias a una donación, la de la Fundación Amancio Ortega, que «sigue la misma dinámica». Como ocurrió hace casi treinta y cinco años, «es el resultado de un mecenazgo sin ánimo de lucro», compara el gerente del HUCA, Luis Hevia. «Y ojalá siga habiendo más», anota el jefe de radiodiagnóstico, Faustino García Arias. «La mayoría de los profesionales estamos encantados con disponer de mejor dotación para tratar a los pacientes oncológicos», apunta el jefe de radioterapia del HUCA, Germán Juan Rijo.
Los tres dejan clara así su postura respecto a la criticada filantropía del dueño de Inditex, cuestionada durante la pasada campaña electoral por miembros de Podemos, entre ellos el secretario general de la formación, Pablo Iglesias, que llegó a pedir a la sanidad pública que rechazara las «limosnas millonarias» del empresario gallego, el sexto hombre más rico del mundo. «Sinceramente, no entiendo la polémica, porque donaciones procedentes de instituciones sin ánimo de lucro han existido siempre, no solo en oncología, sino en otros servicios», afirma Luis Hevia.
«Se le acusa de hacer ingeniería fiscal para esquivar impuestos, pero es que podría hacerla igualmente sin donar nada». La presidenta de la Asociación de cáncer de mama metastásico, la asturiana Pilar Fernández Pascual, dice que en su organización hay mayoría de quienes piensan como ella, pero aclara que «lo que estoy diciendo lo hago a título personal». La reciente polémica -réplica de la que ya surgió en 2017 cuando se dio a conocer la decisión de la Fundación Amancio Ortega de destinar 320 millones de euros a la adquisición de 290 equipos oncológicos para hospitales públicos de toda España- surgió el mismo día que «perdimos a dos chicas».
«Nos llaman egoístas»
Por eso poco después, indignada, escribió en un grupo de Facebook que se llama 'Muchas gracias D. Amancio Ortega' lo siguiente: «No es obligatorio someterse a tratamientos con los medios donados por el señor Ortega, quien quiera rechazarlos es libre de hacerlo, pero no nos obliguen a morir a quienes luchamos cada día contra esta enfermedad para hacer valer sus opiniones políticas. No salven nuestra dignidad porque de eso ya nos encargamos nosotros cada día. ¡Salven nuestras vidas!». El comentario le valió alguna que otra crítica. A ella y a quienes, como ella, defienden estas donaciones. «Nos llaman egoístas, que solo defendemos nuestros intereses».
Fernández Pascual insiste: las terapias que los enfermos oncológicos reciben con esos aparatos «nos permiten vivir mejor, tener más calidad de vida». También «reducir las listas de espera y atender a más gente», anota la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Asturias. Margarita Fuente defiende «cualquier tipo de aportación de la sociedad civil», como las que permiten a su asociación sostener los programas de prevención, investigación y apoyo psicosocial a enfermos de cáncer. «Por supuesto que esto no puede sustituir a la inversión pública, pero sí que es un complemento magnífico y fundamental», añade.
En marzo de 2017, la Fundación Amancio Ortega anunció su decisión de destinar 320 millones de euros a la adquisición de los equipos oncológicos más punteros para hospitales de toda España. Un mes después, se firmaba el acuerdo con el Principado por el que la región recibiría el 2% de esa cantidad. En total, 6,7 millones de euros destinados a dotar al HUCA de un nuevo acelerador lineal -el cuarto-, una nueva resonancia magnética -que se sumó a las cuatro ya existentes-, un equipo de radioterapia intraoperatoria y cuatro mamógrafos digitales de última generación para los hospitales de Cabueñes, San Agustín, Valle del Nalón y Jarrio.
«Alta tecnología»
Los siete aparatos están ya operativos. De todo el territorio nacional, solo Cantabria, La Rioja y Navarra pueden presumir, como Asturias, de estar utilizando ya los nuevos equipos para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer adquiridos con la donación del propietario de Inditex. Solo en el HUCA, se calcula que el acelerador lineal, la resonancia magnética y el equipo de radioterapia intraoperatoria podrán tratar a unos 4.200 pacientes al año.
«Es alta tecnología. En España, en instituciones públicas, solo hay otra resonancia magnética como ésta, en Canarias. La tercera la tendrá el 12 de Octubre de Madrid, pero aún no está instalada», presume el jefe de radiodiagnóstico de la quinta resonancia con que cuenta el Hospital Central. Se trata de una General Electric de tres teslas que aún está en proceso de ajuste técnico pero que, a mediados de este mes, empezará a funcionar «a velocidad de crucero» con un uso combinado de radiodiagnóstico, para una media de 70 pacientes a la semana -tanto hospitalizados como ambulatorios, en turnos de mañana y tarde-, y de oncología radioterápica, para unos 500 pacientes al año. En este sentido, el aparato permite un marcaje de tumores mucho más preciso. «Va al milímetro, para afectar lo menos posible» los tejidos sanos, explica Faustino García Arias, que aclara: «Esta resonancia no es solo para pacientes del HUCA sino de toda Asturias».
A mediados de mayo echó a andar la 'joya de la corona' del servicio de radioterapia del HUCA, el cuarto acelerador lineal del Hospital Central. Costó tres millones de euros (sin IVA) y es «más rápido y cómodo» para los pacientes, ya que permite sesiones de ocho o nueve minutos. La mayoría de los casos que se tratan con esta máquina de última generación son tumores de próstata, pero también cánceres de recto, pulmón, ginecológicos y de otorrino. Esta semana empezará a funcionar también en turno de tarde con lo que, al día, se darán de media 50 sesiones. Teniendo en cuenta que cada paciente recibe una media de veinte sesiones, se calcula que en un año completo se podrá tratar a unos 450 o 480 personas.
Reducir derivaciones
Contar con este equipo evitará además la mayor parte de las derivaciones a otros centros -principalmente al IMOMA- de pacientes que debían someterse a radiocirugía y radioterapia estereotáxica extracraneal (SBRT). El año pasado fueron cerca de 170, sumando los del HUCA y los del Hospital de Jove. «La idea es ser autosuficientes en medicina oncológica», se marca como objetivo el gerente. Con la incorporación de este quinto acelerador, el Hospital Central da por completa la dotación de este tipo de máquinas de última generación. Su próximo reto será avanzar en el tratamiento oncológico a través de protones.
Lo que es «algo excepcional» en cualquier hospital del mundo y en breve estrenará el HUCA es el equipo de radioterapia intraoperatoria, que se empleará sobre todo en pacientes con cáncer de mama, y también en tumores cerebrales, digestivos y de piel (salvo los melanomas). Lo que tiene de particular este dispositivo es que permite irradiar la zona donde está alojado el tumor en el propio quirófano. Es decir, en el mismo lecho quirúrgico, el paciente es intervenido y recibe radioterapia. Cada disparo «evita treinta sesiones», destaca Germán Juan Rijo. El protocolo de seguridad ya está aprobado y se está seleccionando a los pacientes que lo estrenarán este mismo mes. El cálculo es tratar a entre cien y 150 pacientes con cáncer de mama al año con este equipo.

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