4.200 pacientes del HUCA se
beneficiarán cada año de las donaciones de Amancio Ortega
Asturias es
de las pocas comunidades en las que estos aparatos para el diagnóstico y
tratamiento del cáncer están ya en funcionamiento
El primer
acelerador lineal con que contó el servicio de radioterapia del Hospital
Universitario Central de Asturias (HUCA) fue donado en 1985 por la
entonces Obra Social de la Caja de Ahorros de Asturias, institución
que durante años también colaboró en la formación de los médicos. La última
incorporación tecnológica de última generación a este servicio, otro acelerador
lineal que se estrenó a mediados de mayo -éste, solo de fotones-, también fue
posible gracias a una donación, la de la
Fundación Amancio Ortega, que «sigue la misma dinámica». Como
ocurrió hace casi treinta y cinco años, «es el resultado de un mecenazgo sin
ánimo de lucro», compara el gerente del HUCA, Luis Hevia. «Y ojalá siga
habiendo más», anota el jefe de radiodiagnóstico, Faustino García Arias.
«La mayoría de los profesionales estamos encantados con disponer de mejor
dotación para tratar a los pacientes oncológicos», apunta el jefe de
radioterapia del HUCA, Germán Juan Rijo.
Los tres
dejan clara así su postura respecto a la criticada filantropía del dueño de
Inditex, cuestionada durante la pasada campaña electoral por miembros de
Podemos, entre ellos el secretario general de la
formación, Pablo Iglesias, que llegó a pedir a la sanidad pública que rechazara
las «limosnas millonarias» del empresario gallego, el sexto
hombre más rico del mundo. «Sinceramente, no entiendo la polémica, porque
donaciones procedentes de instituciones sin ánimo de lucro han existido
siempre, no solo en oncología, sino en otros servicios», afirma Luis Hevia.
«Se le acusa
de hacer ingeniería fiscal para esquivar impuestos, pero es que podría hacerla
igualmente sin donar nada». La presidenta de la Asociación de cáncer de mama metastásico, la
asturiana Pilar Fernández Pascual, dice que en su organización hay mayoría de
quienes piensan como ella, pero aclara que «lo que estoy diciendo lo hago a
título personal». La reciente polémica -réplica de la que ya surgió en 2017
cuando se dio a conocer la decisión de la Fundación Amancio Ortega de destinar
320 millones de euros a la adquisición de 290 equipos oncológicos para
hospitales públicos de toda España- surgió el mismo día que «perdimos a dos
chicas».
«Nos llaman egoístas»
Por eso poco
después, indignada, escribió en un grupo de Facebook que se llama 'Muchas
gracias D. Amancio Ortega' lo siguiente: «No es obligatorio someterse a
tratamientos con los medios donados por el señor Ortega, quien quiera
rechazarlos es libre de hacerlo, pero no nos obliguen a morir a quienes
luchamos cada día contra esta enfermedad para hacer valer sus opiniones
políticas. No salven nuestra dignidad porque de eso ya nos encargamos nosotros
cada día. ¡Salven nuestras vidas!». El comentario le valió alguna que otra
crítica. A ella y a quienes, como ella, defienden estas donaciones. «Nos llaman
egoístas, que solo defendemos nuestros intereses».
Fernández
Pascual insiste: las terapias que los enfermos oncológicos reciben con esos
aparatos «nos permiten vivir mejor, tener más calidad de vida». También
«reducir las listas de espera y atender a más gente», anota la presidenta de la
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Asturias. Margarita Fuente
defiende «cualquier tipo de aportación de la sociedad civil», como las que
permiten a su asociación sostener los programas de prevención, investigación y
apoyo psicosocial a enfermos de cáncer. «Por supuesto que esto no puede
sustituir a la inversión pública, pero sí que es un complemento magnífico y
fundamental», añade.
En marzo de
2017, la Fundación Amancio Ortega anunció su decisión de destinar 320 millones
de euros a la adquisición de los equipos oncológicos más punteros para
hospitales de toda España. Un mes después, se firmaba el acuerdo con el
Principado por el que la región recibiría el 2% de esa cantidad. En total, 6,7
millones de euros destinados a dotar al HUCA de un nuevo acelerador lineal -el
cuarto-, una nueva resonancia magnética -que se sumó a las cuatro ya existentes-,
un equipo de radioterapia intraoperatoria y cuatro mamógrafos digitales de
última generación para los hospitales de Cabueñes, San Agustín, Valle del Nalón
y Jarrio.
«Alta tecnología»
Los siete
aparatos están ya operativos. De todo el territorio nacional, solo Cantabria,
La Rioja y Navarra pueden presumir, como Asturias, de estar utilizando ya los
nuevos equipos para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer adquiridos con
la donación del propietario de Inditex. Solo en el HUCA, se calcula que el acelerador
lineal, la resonancia magnética y el equipo de radioterapia intraoperatoria
podrán tratar a unos 4.200 pacientes al año.
«Es alta
tecnología. En España, en instituciones públicas, solo hay otra resonancia
magnética como ésta, en Canarias. La tercera la tendrá el 12 de Octubre de
Madrid, pero aún no está instalada», presume el jefe de radiodiagnóstico de la
quinta resonancia con que cuenta el Hospital Central. Se trata de una General
Electric de tres teslas que aún está en proceso de ajuste técnico pero que, a
mediados de este mes, empezará a funcionar «a velocidad de crucero» con un uso
combinado de radiodiagnóstico, para una media de 70 pacientes a la semana
-tanto hospitalizados como ambulatorios, en turnos de mañana y tarde-, y de
oncología radioterápica, para unos 500 pacientes al año. En este sentido, el
aparato permite un marcaje de tumores mucho más preciso. «Va al milímetro, para
afectar lo menos posible» los tejidos sanos, explica Faustino García Arias, que
aclara: «Esta resonancia no es solo para pacientes del HUCA sino de toda
Asturias».
A mediados
de mayo echó a andar la 'joya de la corona' del servicio de radioterapia del
HUCA, el cuarto acelerador lineal del Hospital Central. Costó tres millones de
euros (sin IVA) y es «más rápido y cómodo» para los pacientes, ya que permite
sesiones de ocho o nueve minutos. La mayoría de los casos que se tratan con
esta máquina de última generación son tumores de próstata, pero también
cánceres de recto, pulmón, ginecológicos y de otorrino. Esta semana empezará a
funcionar también en turno de tarde con lo que, al día, se darán de media 50
sesiones. Teniendo en cuenta que cada paciente recibe una media de veinte
sesiones, se calcula que en un año completo se podrá tratar a unos 450 o 480
personas.
Reducir derivaciones
Contar con
este equipo evitará además la mayor parte de las derivaciones a otros centros
-principalmente al IMOMA- de pacientes que debían someterse a radiocirugía y
radioterapia estereotáxica extracraneal (SBRT). El año pasado fueron cerca de
170, sumando los del HUCA y los del Hospital de Jove. «La idea es ser
autosuficientes en medicina oncológica», se marca como objetivo el gerente. Con
la incorporación de este quinto acelerador, el Hospital Central da por completa
la dotación de este tipo de máquinas de última generación. Su próximo reto será
avanzar en el tratamiento oncológico a través de protones.
Lo que es
«algo excepcional» en cualquier hospital del mundo y en breve estrenará el HUCA
es el equipo de radioterapia intraoperatoria, que se empleará sobre todo en
pacientes con cáncer de mama, y también en tumores cerebrales, digestivos y de
piel (salvo los melanomas). Lo que tiene de particular este dispositivo es que
permite irradiar la zona donde está alojado el tumor en el propio quirófano. Es
decir, en el mismo lecho quirúrgico, el paciente es intervenido y recibe
radioterapia. Cada disparo «evita treinta sesiones», destaca Germán Juan Rijo.
El protocolo de seguridad ya está aprobado y se está seleccionando a los
pacientes que lo estrenarán este mismo mes. El cálculo es tratar a entre cien y
150 pacientes con cáncer de mama al año con este equipo.
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