Hace ya algún tiempo que hablamos
de este tema, por aquel entonces se lanzó al aire una denuncia pública como aviso
a navegantes, la cual parecía haber llegado a los destinatarios. Estos por su
parte habiéndose dado por aludidos, pusieron fin a la situación de acoso
laboral, mediante la cual tenían sometidos a los trabajadores, que no obstante
eran además sus compañeros.
Pero como es bien conocido el
hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, incluso en
el caso que hoy nos ocupa, las hay que ya sobrepasan con creces los tropezones, pues
la situación se repite de nuevo y prolonga en el tiempo, cuando se pensaba que había cesado. Pero la
gravedad de los hechos van más allá, pues nadie parece estar interesado en tomar
cartas en el asunto.
Por tanto, es bueno recordar
ciertos conceptos que parecen haber caído en el cajón del olvido de algunos/AS.
Todo ello dicho desde el mayor de los respetos, y solo a modo de orientación por
si resultara de interés de alguien.
“El acoso laboral, conocido también como “mobbing”, es un tipo
determinado de acoso que afecta a aquellas
conductas habituales dentro del ámbito de trabajo que, en su
conjunto, provocan una situación de violencia
psicológica contra una determinada persona. Estas actitudes
abusivas pueden desarrollarse por un superior jerárquico, un subordinado o
compañero de trabajo de forma verbal, escrita o con gestos que atentan contra
la dignidad e integridad del trabajador. En función de cada uno de los casos,
existen varios tipos de acoso laboral”.
Las conductas más habituales que se dan en los casos de acoso
laboral son difíciles de determinar porque varían según la situación de cada
víctima, pero se pueden resumir en las siguientes premisas generales:
1. Discriminación
laboral del trabajador
2. Aislamiento laboral
3. Respecto a las
tareas asignadas
4. Sobrecarga de
trabajo
5. Rebajar las
funciones del trabajador
6. Culpabilizar al
trabajador
7. Faltas de respeto
en el trabajo e insultos
8. Difamación
profesional y/o personal
La situación que en estos momentos padecen algunos
trabajadores/AS digamos que tiene un poco de todo lo anteriormente enumerado, y otras muchas cosas que por ahora no
van a salir a la luz pública, pero que quedan pendientes en el tintero, quizás a la
espera de que otras fuentes más acreditas y de mayor solvencia tomen cartas en el
asunto, y ejerzan las medidas y acciones que consideren más oportunas, porque ¡¡YA ESTA
BIEN !!
Lamentable de nuevo la postura que adopta la empresa, la cual
prefiere mirar para otro lado, a pesar de tener constancia y conocimiento del comportamiento
de alguno de sus esbirros/AS. Claro que estos le hacen al trabajo sucio, aunque
sea a costa de vulnerar las más elementales normas del trabajador en el ámbito laboral y en el
desempeño de su puesto de trabajo.
Vergüenza ver como esos entes llamados sindicatos que dicen defender
a la clase obrera, siguen más pendientes de lo suyo, o del reparto de
subvenciones y prebendas, que de ejercer una defensa clara y contundente de sus
afiliados. Incluso alguno de estos sindicatos prefiere pactar primero con la empresa, para así mal vender al trabajador, antes que ejercer una defensa coherente y honrada
de sus afiliados. Que bien empleados estarían en este caso que hoy nos ocupa los fondos de formación, esos que
la UCO da por “cambiados” de sitio o desaparecidos.
No podemos olvidar en toda esta cuestión a GISPASA, la empresa que extiende los contratos, que como ya viene siendo costumbre no sabe, no contesta. Esperemos que no surja algún desagradable imprevisto, el cual bien pudiera ser dificilmente cuantificable, pues esta vez les va servir de poco montar una comisión de investigación, ni a ellos, ni a el Sespa. Avisados quedan.
No podemos olvidar en toda esta cuestión a GISPASA, la empresa que extiende los contratos, que como ya viene siendo costumbre no sabe, no contesta. Esperemos que no surja algún desagradable imprevisto, el cual bien pudiera ser dificilmente cuantificable, pues esta vez les va servir de poco montar una comisión de investigación, ni a ellos, ni a el Sespa. Avisados quedan.
Por último solo me
queda añadir, que espero que no me ofrezcan pasarme de eventual a fijo, no es que no
lo agradezca en el fondo, es que más bien lo que no me gustarían serían las formas. Algunos todavía tenemos principios.
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