“Vimos las
compresas en el corazón”, dice el equipo que operó al paciente del HUCA
Los médicos y
enfermeros de la segunda intervención rechazan el informe del hospital y
aseguran que tienen “pruebas concluyentes” para dar al juez
ARGUMENTOS
1.- Las
compresas. “Los cuatro las hemos visto
personalmente y las hemos documentado”
2.- Comisión de
investigación. “Aportamos al presidente pruebas concluyentes de lo que declaramos”
3.- Acciones
judiciales. El contenido del informe oficial del HUCA “atenta contra nuestro
honor y dignidad”
Oviedo, Pablo
ALVAREZ
Las compresas estaban allí, en la cavidad torácica del paciente, cuando
fue abierto para ser operado, y eso explica su muerte. Ellos, los cuatro,
aseguran d forma taxativa que las vieron con sus propios ojos y que disponen de
“pruebas concluyentes” que así lo demuestran. Y advierten a quienes lo nieguen
que deberán verse las caras con ellos ante el juez, pues consideran que están
atentando “contra nuestro honor y dignidad, causándonos un notorio perjuicio
personal y profesional”.
Así se expresan,
al unísono y en un escrito oficial, los cuatro trabajadores del Hospital
Universitario Central de Asturias(HUCA) que participaron en la intervención quirúrgica
que el pasado 2 de enero desemboco en la muerte de J.L.G.R, un ovetense de 44
años, padres de dos hijos. Falleció desangrado en el propio quirófano al sufrió
un desgarro de la arteria aorta. Previamente, el 11 de diciembre, había sido
operado para sustituir la válvula aortica. Las dos intervenciones fueron
llevadas a cabo por equipos distintos. Las compresas de uso quirúrgico son
empleadas a menudo para contener hemorragias.
El documento en
el que el equipo que realizó la segunda operación manifiesta su versión de los
hechos fue presentado en el registro del Principado el pasado día 15. Desde
entonces, obra en poder del gerente del HUCA, Luis Hevia Panizo, y éste lo ha
remitido a la jueza de instrucción que investiga el caso tras la denuncia
presentad por la familia del fallecido. Los parientes del finado defienden que
el fatal desenlace fue causado por “una negligencia penal”. El cirujano que
efectuó la primera operación ha sido llamado a declarar como investigado.
En el escrito,
al que ha accedido La Nueva España, el cirujano cardiaco, el anestesista, el
enfermero y la enfermera intrumentista que efectuaron la segunda operación dan
su versión acerca de lo ocurrido ese día en el quirófano. Su testimonio
manifiesta su “más absoluta disconformidad” con el informe que realizó semanas atrás
la comisión interna de investigación creada por el HUCA para investigar el
suceso, “al no ajustarse a la realidad de lo acontecido”.
Dicho informe
señala: “Se descarta la presencia de compresas quirúrgicas en la cavidad
torácica tras la primera cirugía”. Como ya adelantó este periódico días atrás,
la comisión investigadora apoya esta versión sobre el argumento de que, Si
estuvieran, “las habrían detectado las pruebas radiológicas, y no las detectaron”.
“esto no es una opinión: es irrefutable”, sostienen fuentes hospitalarias, que
puntualizan que las compresas están dotadas de un dispositivo “que permite
detectar su presencia incluso con una simple radiografía”.
Los autores de
la segunda operación replican en su documento que “no alcanzamos a comprender
cómo se puede afirmar rotundamente” dicha aseveración, “cuando los cuatro
comparecientes las han visto personalmente y, asimismo, documentado”.
La historia clínica
del paciente recoge, en relación a la segunda operación, un relato que concuerda
plenamente con lo que ahora declaran los miembros del segundo equipo: “Apertura
esternal. Retirada de coágulo justo encima de tubo de dacron, sin retirar los
coágulos al completo. Se produce sangrado profuso e incohercible. Se siguen
retirando coágulos para intentar controlar sangrados, retirando dos compresas
de raíz de aorta del anillo aórtico (se observa prótesis aórtica), con sangrado
masivo que no da tiempo a tomar medidas contra el mismo. El paciente es “éxitus”.
En el argot sanitario, a la muerte de un enfermo se la denomina éxitus.
El equipo de la
segunda intervención subraya que, cuando se llevó a cabo la investigación
interna del HUCA, ellos prestaron declaración y, además, entregaron al
presidente de la comisión “pruebas concluyentes de lo declarado y, más en
concreto, de la presencia de compresas quirúrgicas en la cavidad del paciente
tras la primera cirugía”. De ahí su sorpresa al leer el informe del citado grupo
de trabajo y encontrarse que defiende otra versión.
Los firmantes
de esta declaración no especifican en qué consisten esas “pruebas concluyentes”
de las que hablan, pero en algunos ambientes hospitalarios se indica que puede
tratarse de fotografías en las que las compresas aparecen en la cavidad torácica
del paciente. El equipo ofrece en su escrito
una pista de por donde deberían ir, a su juicio, las indagaciones del
caso: “Echamos en falta un estudio más detallado de la evolución clínica del
paciente tras la primera cirugía, ante la presencia de ciertos datos que quizá
deberían ser objeto de un examen más completo”. Pueden estar refiriéndose –es una
hipótesis- a la infección que sufrió el paciente pocos días después de la
primera operación.
El caso está
suscitando una notable tensión en el servicio de Cirugía Cardíaca del HUCA, al
que pertenecen los integrantes de los equipos que practicaron ambas
operaciones. Con el agravante de que se trata de una unidad relativamente
pequeña y cuyo trabajo suele circunscribirse a las dependencias quirúrgicas,
razón por la cual es inevitable que los miembros de los equipos tengan que cruzarse,
y de alguna manera que trabajar juntos, por difíciles que sean las relaciones
entre unos y otros.
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