lunes, 18 de diciembre de 2017

Pacientes en el limbo


Sanidad: listas que desesperan

Según los datos publicados por el SESPA del mes de junio, en la sanidad asturiana nadie espera más de seis meses para someterse a una intervención quirúrgica, lo que en teoría no ocurría desde hacía cinco años, a pesar de que la ley española establece ese plazo máximo como garantía. La demora media es de 96 días. Sin embargo, el dato es una verdad relativa. Y lo demuestran no las cifras, sino las personas.

Patricia del Gallo / Periodista – (I)
Jorge Luis Estrada tiene 56 años. Está jubilado desde que un accidente le fastidió la rodilla y ello ha derivado en un problema de cadera. Apenas dos días antes de que se cumpliera ese plazo de seis meses le llamaron, pero no para que le operara su médico del Hospital de Cabueñes, el que le ha llevado desde hace años, sino alguien de Cruz Roja de Gijón. “Les dije que no, que confiaba en mi médico y que la ley me daba el derecho a elegir, o eso creía yo”. La respuesta a esa negativa llegó días más tarde por escrito: “Dentro de lo que permita la programación, su caso será incluido lo antes posible en el programa”. Ya no figuraba en la lista de espera… ni en ninguna otra. Jorge Luis está desde entonces, hace más de año y medio, en un limbo. Su última cita para atender sus dolencias, que le obligan a llevar muleta y le ocasionan dolores habitualmente, fue hace 11 meses. “A este paso, puede que no me operen nunca”.

Alfonso Jiménez decidió poner en marcha hace unos meses la plataforma Stop Listas de Espera para informar y denunciar lo que considera un “abuso” de la sanidad. Lo hizo a raíz de un caso familiar, el de su suegra. Cuando estaba a punto de cumplir medio año en espera para operarse de una rodilla, la llamaron para ofrecerle una intervención en un centro concertado. Ella se negó, también confiaba en su médico, pero la sanidad pública la siguió llamando para otras pruebas, entre ellas, el preoperatorio. La intervención nunca llegó. Cuando volvió a la cita con su traumatólogo ella figura como ya operada. Nadie se lo podía creer, así que tras varias protestas por escrito, en febrero de este año le llegó una respuesta: “Se la vuelve a incluir en la lista de espera quirúrgica”. “¡La habían sacado!”, recuerda Alfonso atónito. “¡Pero cómo es posible!”. En nuestro país la ley establece para las listas de espera la garantía que obliga al sistema a que el usuario sea intervenido en un plazo de seis meses. También la prioridad: si se niega a una derivación a otro centro, debe seguir en la lista, ocupando el mismo puesto, pero no salir de ella.

A los médicos como el que atiende a Jorge Luis en Cabueñes tampoco les compensa que él se opere en la privada o concertada. Saben que si sus pacientes son derivados, lo único que baja es la lista de espera, pero que ellos tendrán más problemas. Deben seguir llevando los casos y, cuando salen mal, muchas veces pagan las consecuencias. Se negó a ir a la privada por principios, pero hay muchos otros motivos. 

Ángela no quiso someterse a una intervención de corazón en un hospital de Cantabria porque su marido, mayor y con problemas de salud, no podía ir a verla y tampoco podían correr con los gastos que eso supondría. Nunca pensó en las consecuencias. Sigue esperando una intervención, que cada día se hace más necesaria.

Son solo algunos casos, pero hay cientos. “Y ninguno de ellos se niega a una derivación porque cuando les llamaron para operarse les viniera mal la fecha o estuvieran de vacaciones, como recientemente ha dicho en el Parlamento autonómico la diputada socialista Carmen Eva Pérez”, aseguran desde Stop Listas de Espera.
Peor situación se da en las consultas con los especialistas porque ninguna ley o reglamento establece plazos para ellas. Así se dan casos como el de Encarna Suárez. En una revisión ordinaria le apreciaron algo en el colon. Ella, con antecedentes familiares por cáncer, se puso en lo peor. Para saber lo que ocurre necesita una colonoscopia. La acaban de citar. Para marzo de 2019, dentro de 20 meses. Luego un especialista analizará la prueba. Para eso la han citado en mayo de 2019, 22 meses después. En su caso no se lo pensó dos veces. Ha acudido a la privada.

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