De vez en cuando es
inevitable mirar para nuestros vecinos gallegos, y eso que ellos también tienen
sus problemas, pero nada comparable con los que tenemos en Asturias.
Claro que en nuestra
comunidad autónoma doblamos el gasto en muchos casos, y también en algunos
estamentos. Sin ir más lejos, cuando el gobierno de la comunidad autónoma de Galicia
se reúne, comparece en rueda de prensa el mismísimo Presidente Núñez Feijoo. En Asturias, el
presidente no habla ni ante el PJG, como para comparecer en rueda de prensa,
esa función la realiza el ventrículo Guillermin. Ya ven que no hizo falta
buscar mucho, aquí tenemos un claro ejemplo de gasto superfluo, pues uno de los
dos sobra, aunque si lo miramos bien, seguramente que llegamos a la conclusión
de que sobran los dos.
Todo esto viene a cuento
de una conferencia impartida por Enrique González, jefe del Servicio de
Atención al Ciudadano del Area III, el cual al parecer reflexiono sobre el
sistema sanitario en nuestra región, pero mirando de reojo a nuestros vecinos
gallegos.
En un momento de su
intervención llego a decir que, “si Asturias gastase lo mismo por habitante que
Galicia, ahorraríamos 38 millones”. Y es que según parece, los problemas de nuestra sanidad vienen propiciados por una población
muy envejecida, lo que conlleva tener que soportar pacientes con enfermedades
crónicas, que obligan a la administración regional a tener que realizar un
gasto desmesurado.
Que un responsable del
SESPA diga públicamente que, “el hospital ya no puede pivotar en torno a la
actividad quirúrgica” o “las listas de espera son lo que más ruido
mete, pero lo importante es que el perfil de paciente es diferente y la
organización aún no se ha adaptado a ello»
Si no entiendo mal, el
SESPA tiene personas ocupando cargos de responsabilidad, que saben dónde están los
problemas, que incluso ya tienen realizado un diagnóstico, por lo tanto, cabe
preguntarse a que están esperando para enderezar el rumbo que mantienen desde
hace varios años.
El doctor González,
pide aplicar “valentía y decisión” al referirse a temas como la gestión de la sanidad,
con lo cual se pondría solución a muchos de los retos que tiene marcado el
sistema sanitario actual, que además en algunos casos llevaría a una mejora sustancial.
El doctor afirma que trabajar
con la historia clínica es algo fundamental, pero al mismo tiempo pide que se
haga una “comunicación directa con los pacientes”, con lo cual se puede evitar
visitas innecesarias al médico. Involucrar a los a los médicos de atención
primaria en esta labor, permitiría controlar mejor a los
enfermos crónicos, y con ello prevenir las complicaciones de sus procesos.
En otro momento de la charla indico que, “el perfil de paciente ha
cambiado, y la organización todavía no ha sido capaz de adaptarse a ello». Por
tanto los gestores deben actuar, aunque los tiempos que les toca vivir no son fáciles.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la
sanidad es el gasto farmacéutico y los tratamientos llamados de última
generación. Aunque a mi modo de ver en Asturias lo mantienen bien controlado,
pues sin que los pacientes lo sepan, si hace falta evitar el gasto, la CRUMP ya
se encarga de hacer el trabajo, salvo cuando alguien los coja con las manos en
la masa.
González aportó algunas cifras, como el hecho de que el coste medio por receta en Asturias sea un 11% superior a la media nacional, o que el gasto por habitante sea en el Principado de 282,99 euros, mientras que en Galicia, con una estructura de la población muy similar a la asturiana, esa cifra es de 246,62 euros. De lo que podemos deducir, que mientras que en Galicia se gestiona, aquí se despilfarra, cosa que tampoco no nos coge por sorpresa.ETA
En otro momento de la conferencia
se mostró convencido de que “los cambios van a venir y de que seremos capaces
de enfrentarnos a ellos haciendo valer las fortalezas del sistema”. Para continuar
asegurando que “dicha fortaleza pasa por la alta cualificación de los
profesionales de la sanidad pública, su gran dotación tecnológica, su amplio
catálogo de prestaciones”.
Por último añadió que si se
continua con los recortes, esto puede llevar a una regresión, entonces “las
prestaciones puedan volver a ser diferentes en función de si uno es asegurado o
beneficiario”, como ocurría con anterioridad a la Ley General de Sanidad de
1986.
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