miércoles, 4 de noviembre de 2015

Estoy en contra de los nuevos inquisidores del siglo XXI

Aspecto exterior de la iglesia de La Cadellada
Un edificio en ruinas, por espurios intereses políticos 


Mural que se encuentra en el interior de la iglesia de la Cadellada
Cuyo autor es el artista asturiano Paulino Vicente. - Año 1963



“Los grandes inquisidores de hoy no son los clérigos, si no los laicos descreídos. ¡La de cosas extrañas que he escuchado sobre cosas concreta y conocidas, algunos de primerísima relevancia pública, como la situación de aquella joven divorciada casad antes civilmente, que ha contraído matrimonio católico! Y las críticas que la Iglesia ha recibido por decir públicamente que esa persona era totalmente libre desde el punto de vista canónico para casarse, ha sido tremendas. El inquisidor nuevo es seglar y se integra con grupos fundamentalistas, políticos, que quieren el recorte de las libertades. Los inquisidores ya no son obispos ni frailes. Son los nuevos inquisidores laicos los que quieren poner firme a la Iglesia, creyentes o no creyentes. Los inquisidores son también intransigentes, no le consienten debilidades a la Iglesia en asuntos en los que la sociedad es más permisiva. A cualquiera que en la Iglesia tenga cualquier clase de debilidad, un sacerdote que haga por ahí cualquier pirueta, directamente hay que llevarlo a la hoguera. Afortunadamente son pocos. Por otro lado, los inquisidores actuales son más colegiados que individuales. Están en la política, en la cultura, en la economía, en la Iglesia, pero suelen ser colectivos. A todos se nos llena la boca hablando de libertar, de democracia, de tolerancia, y después se ven unos recortes tremendos de a libertar de expresión, graves faltas de respeto a la persona. Tampoco hay que exagerar: una persona, hoy, con un poco de valentía, puede vivir de modo consecuente con sus ideas. Pero, inquisidores, haberlos, haylos. Ay, y los nuevos inquisidores poseen otra característica: no tienen sentido del humor.

(Extraído del libro, “Cardenal Amigo, perfil y pensamiento” pág. 111- 112)


Seguramente que para muchos la sorpresa es mayúscula, al comprobar que mi escrito de hoy, no lo inicio como vienen siendo costumbre por mi parte.
De este texto se pueden extraer algunas conclusiones, muy validas para nuestro día a día, fáciles de aplicar a todos los niveles de nuestra sociedad, pues son muy pocas las mentes con tanta clarividente en nuestro entorno, como la del hoy Cardenal Carlos Amigo Vallejo, de cuyas reflexiones, siempre se puede aprender algo.
Pero no se desesperen, que todo tiene una explicación, y aunque en el fondo, hoy no pondré en tela de juicio a la sanidad de Asturias, si quiero subir al cadalso, un día más, a aquellos que se encuentran al frente del desgobierno de Asturias, vamos, a los auténticos responsables de todo lo que acontece a mi modo de ver en nuestra región.
Hace unas horas que tropecé de nuevo en las redes sociales con una reivindicación, que para mí no es nueva, pues se lleva hablando mucho de ella en los últimos meses. Desde hace algunas semanas, y por cuestiones de la residencia de algunas personas cercanas a mi familia, es tema es de frecuente conversación, pero me consta, que desde muchos círculos vecinales cercanos al complejo de La Cadellada, se está convirtiendo en una autentica preocupación, claro que no es para menos.
En el antiguo recinto que albergo en su día el psiquiátrico de Asturias, el cual a día de hoy está ocupado por el nuevo HUCA, se hicieron todo tipo de barbaridades, por lo menos, a la vista de aquellos, que años antes tuvimos la suerte de pasear por este recinto. Pues en su perímetro albergaba algunos edificios con cierto valor arquitectónico, o eso dicen los entendidos. Tras la obras de construcción del nuevo hospital, y dentro de aquel perímetro, solo quedaron en pie dos de aquellos edificios. Al haberlos mantenido en pie, nos permiten recordar un pasado no muy lejano, dan incluso una perspectiva bien diferente al entorno, pero son sin lugar a dudas un punto de referencia para quien visita la zona, dando mucho mas empaque a las instalaciones.
Al primero de ellos, se le dejo sobrevivir al paso de las maquinas, pues sería la futura sede de algunas oficinas del nuevo hospital y despachos de dirección. Claro que tiempo después, y cuando ya estaba todo listo, llego un iluminado, y decidió que con el dinero de todos los asturianos, así cualquiera, se remodelara el edificio que todavía no había sido ocupado, para destinarlo como sede de la FINBA. El segundo de estos edificios, es la iglesia que en su día tenía el complejo del psiquiátrico, la cual a día de hoy, permanece totalmente abandonada, seguramente que a la espera de poder declararla en ruinas, por parte de aquellos que ya en su día no se atrevieron a derribarla, aunque seguro que ganas no les faltaron.
No estaría nada mal, que alguien fuera pensando en protegerlo en primer lugar, para realizar una restauración posteriormente, la cual posiblmente no tendría un coste muy elevado. Después, tras haber recuperado como se merece esta parte del patrimonio histórico de Oviedo, guste o no guste a algunos revanchistas, debería dársele un uso para el cual fue concebida en su día. A día de hoy, el local destinado al culto, por llamarla de alguna manera, ubicado dentro del complejo hospitalario, no deja de ser un despropósito más, a la altura de quienes concibieron semejante bodrio, pero además, es un insulto y una provocación en toda regla hacia a los creyentes, que solo puede tener cabida, en ciertas cabezas, que sirven para albergar un pasado revanchista, lleno de perjuicios y odios, alejados de lo que el resto de la sociedad anhela.
Hace poco salió a la luz, que su interior da cobijo a unos frescos de Paulino Vicente, un motivo más para que Patrimonio, o el organismo que consideren oportuno, y tenga ascendencia sobre el mismo, no permita que este símbolo de un tiempo pasado, caiga en el olvido, o en su defecto, bajo la piqueta de algún desaprensivo de la administración que se empeñe en declararlo en ruinas.
De no ser destinado al culto, recuperarse para el uso y disfrute de los miles de vecinos que ahora circundan el complejo hospitalario, pero hagan algo, antes de que sea demasiado tarde.

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