martes, 5 de agosto de 2014

Listas de espera en la sanidad asturiana




ALTO, CLARO y fácil de entender 


Publicado en El Comercio, 2 de agosto de 2014

Listas de espera en la sanidad asturiana


El barómetro sanitario del Ministerio de Sanidad, de cuyos resultados El Comercio ha hecho un pormenorizado análisis, pone de manifiesto lo que todos sabemos: las listas de espera sanitarias son cada vez mayores. Es una pena porque el Gobierno socialista había recibido un estado de listas de espera envidiable: seis meses seguidos, de diciembre a junio de 2012, en los que ningún paciente tenía que esperar por una operación quirúrgica más de 180 días. Era, sin ninguna duda, el mejor resultado de toda España. Bastaba con mantener la línea que había marcado el Gobierno de Foro para continuar igual. La prueba es que en el primer mes de Gobierno socialista aún se mantuvo esta situación. Duró poco. En septiembre, la lista de espera comenzó a crecer y nunca más se logró volver al estado en el que estaba en mayo de 2012. Perdón, no es totalmente cierto. En diciembre de 2013 se volvió a conseguir que ningún paciente esperara más de seis meses, pero se hizo aplicando el ‘calendario javierano’, con meses que duraban más de 55 días.
El consejero de Sanidad ha empleado su tiempo en justificar por qué aumentaban las listas de espera. Culpó a todo lo que se le ocurrió: una huelga que provocó con su intransigencia, los recortes sanitarios o el traslado del HUCA. Foro no utilizó ninguna varita mágica para encauzar las listas de espera. Simplemente se limitó a utilizar los recursos disponibles, públicos y privados. Utilizar los recursos públicos supone comenzar por establecer un buen ambiente de trabajo en los hospitales. En cualquier empresa en la que hay una sintonía entre la Dirección y los trabajadores, la productividad aumenta. Es lo que hizo Foro: tener una relación laboral normal con los profesionales sanitarios. Nada excepcional, simplemente reconocer su esfuerzo en vez de insultarles.
Cuando la relación es de confianza mutua, es muy fácil saber en qué situaciones es necesario recurrir a las jornadas de tarde para acortar las listas de espera. Son las famosas ‘peonadas’ que en otras empresas se llaman ‘horas extra’. Hay especialidades médicas que deben funcionar en horario de mañana y tarde. El ejemplo más claro es el de la Radiología. No es lógico tener aparatos carísimos sin utilizar durante las tardes. Hay que rentabilizarlos teniéndolos en funcionamiento al menos 12 horas al día. Como no es posible tener una plantilla por las mañanas y otra distinta por las tardes, porque se rompería el trabajo en equipo, no queda más remedio que recurrir a las horas extra. En el fondo, una ‘peonada’ no se diferencia mucho de una guardia médica y no entiendo la reticencia para recurrir a ellas cuando el horario de mañanas es insuficiente para dar respuesta a las necesidades de los pacientes. Como es lógico, a los médicos, enfermeros o celadores que hacen ‘peonadas’ se les tiene que pagar por ello, como a cualquier trabajador.
Asturias dispone de una red de hospitales públicos envidiable, pero no es suficiente para cubrir las necesidades. Por eso, hay que recurrir también a los hospitales concertados. Un hospital concertado es aquel que ha aceptado recibir pacientes procedentes del sistema público y les atiende con un precio pactado, es decir, que ha firmado un ‘concierto’ con el Sespa. Al consejero de Sanidad no le gustan los hospitales concertados privados y les llama «hospitales con ánimo de lucro», como si cobrar por prestar un servicio fuera algo inmoral.
Las listas de espera se han disparado porque la Consejería de Sanidad las ha convertido en un problema ideológico. Si se tiene el prejuicio de que los médicos no trabajan por las mañanas para cobrar ‘peonadas’ por la tarde y que los hospitales privados se lucran a costa de los enfermos, no hay nada que hacer y las listas de espera no se controlarán. Parece un prejuicio intelectualmente pobre, pero es lo que hay.
A mí, cuando fui consejero de Sanidad en el Gobierno de Foro, me funcionó mejor un prejuicio radicalmente opuesto: la mayor parte de los médicos son profesionales con un gran sentido de la responsabilidad y, como no les gusta que haya entre ellos quienes no actúen correctamente, son los propios médicos quienes tienden a aislar a esos colegas que no actúan como es debido. Con los hospitales concertados, el razonamiento es parecido: no son una guarida de bandoleros. Son unos centros sanitarios que desean ofrecer un buen servicio, porque saben que si no lo hacen así se quedarán sin clientes. Es uno de los motivos por los que son muy raras las quejas de pacientes atendidos en centros privados concertados. Como es lógico, quieren obtener el mayor beneficio económico posible, pero no lo hacen a costa de reducir la calidad, sino negociando precios más ventajosos. A estas alturas y con la experiencia de muchos años, se ha llegado a un grado de establecimiento de precios satisfactoria para todas las partes.
El PSOE ha criticado dura e injustamente la política sanitaria de Foro, pero los asturianos saben muy bien quiénes tenían controladas las listas de espera y a quiénes se les han disparado. Son los resultados reflejados en el barómetro sanitario. Pero si alguien tuviera dudas y no creyera en la fiabilidad del barómetro, que pregunte a los profesionales sanitarios con qué Gobierno trabajaron en mejores condiciones.

José María Navia-Osorio
Presidente de la Comisión de Sanidad de FORO. Ex Consejero de Sanidad. 

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