Si hay Fase 2, se quejan.
Si hay Fase 3, se quejan.
Si hay Fase 4, se quejan.
Si hay controles, se quejan.
Si no hay controles, se quejan.
Si el horario es hasta las 17, se quejan.
Si el horario es hasta las 22, se quejan.
Si habilitan los bancos, se quejan.
Si no habilitan los bancos, se quejan.
Si cierran la ciudad, se quejan.
Si abren la ciudad, se quejan.
Si hay un infectado, se quejan y lo escrachan.
Si no hay infectados, se quejan porque la restricción es una coña.
Si solo algunos trabajan, se quejan.
Si trabajan todos, se quejan.
Si no trabaja nadie, se quejan.
Si hay permisos especiales, se quejan.
Si no hay permisos especiales, se quejan.
Si hay recreación, cafés y restaurantes, se quejan.
Y si no hay... también se quejan!
Lo importante para algunos no es buscar la solución y colaborar, sino tener a quien echarle la culpa, para si sentirse más aliviados por no cumplir con su cuota de responsabilidad, más ahora ante una situación que puso al MUNDO ENTERO patas arriba.
Lo más triste es haber pensado que de esto íbamos a salir todos más humanos y caritativos... Todo lo contario, y a la vista está.
Esta pandemia demostró que los miserables y los egoístas seguirán existiendo, los inútiles y los incompetentes seguiran mandando, a pesar de la enorme catastrofe humanitaria que estamos viviendo.
Si hay controles, se quejan.
Si no hay controles, se quejan.
Si el horario es hasta las 17, se quejan.
Si el horario es hasta las 22, se quejan.
Si habilitan los bancos, se quejan.
Si no habilitan los bancos, se quejan.
Si cierran la ciudad, se quejan.
Si abren la ciudad, se quejan.
Si hay un infectado, se quejan y lo escrachan.
Si no hay infectados, se quejan porque la restricción es una coña.
Si solo algunos trabajan, se quejan.
Si trabajan todos, se quejan.
Si no trabaja nadie, se quejan.
Si hay permisos especiales, se quejan.
Si no hay permisos especiales, se quejan.
Si hay recreación, cafés y restaurantes, se quejan.
Y si no hay... también se quejan!
Lo importante para algunos no es buscar la solución y colaborar, sino tener a quien echarle la culpa, para si sentirse más aliviados por no cumplir con su cuota de responsabilidad, más ahora ante una situación que puso al MUNDO ENTERO patas arriba.
Lo más triste es haber pensado que de esto íbamos a salir todos más humanos y caritativos... Todo lo contario, y a la vista está.
Esta pandemia demostró que los miserables y los egoístas seguirán existiendo, los inútiles y los incompetentes seguiran mandando, a pesar de la enorme catastrofe humanitaria que estamos viviendo.
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