Estimado Sr. Ministro de Sanidad:
GRACIAS!
Gracias por preocuparse de mi salud en estos momentos. Usted ha decidido velar
porque los profesionales sanitarios estemos en
perfectas condiciones para atender a los pacientes infectados por este nuevo
coronavirus.
Ha recomendado suspender todas las actividades
donde se concentren sanitarios para prevenir contagios entre nosotros. Ahora no
tenemos actividades formativas, muchas de las cuales realizamos fuera de
nuestro horario laboral y costeadas por nuestros bolsillos con la única
finalidad de estar actualizados y que nuestra práctica laboral sea la mejor
posible. No asistiremos a congresos ni a jornadas ( supongo que ya habrá
negociado con las compañías de transporte, con los hoteles, etc, la devolución
de las reservas que se cancelen por este motivo). Eso sí, no hay problema si
decidimos viajar, irnos de carnavales, de fallas, de romería, a un concierto o
a un evento deportivo. Gracias por dejarme disfrutar al menos de mi tiempo
libre sin condenarme a ir de casa al trabajo y viceversa por miedo a que me
contagie y me tenga que coger una baja.
Sólo le pido que cuando la novedad del coronavirus
pase y ya circule tranquilamente por nuestras calles y le hagamos el mismo caso
que le hacemos a su prima la gripe y a su tío el VRS (por no nombrar a más
familia) tenga un ratito para acordarse de nuevo de nosotros y piense si
estamos en perfectas condiciones para atender a los pacientes (cualesquiera,
con coronavirus y sin él) cuando hacemos guardias de 24 horas sin apenas tiempo
para hacer una comida medianamente decente o sentarnos a descansar algo las
piernas. Guardias que, por cierto, no contabilizan para la cotización cuando
lleguemos a jubilarnos (si llegamos…)
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando
tenemos un ratio enfermera/paciente de los peores de Europa.
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando
nuestros compañeros médicos tienen que atender diariamente una media de 50
pacientes en una consulta de atención primaria.
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando a
nuestro trabajo diario tenemos que sumar el trabajo del compañero que no han
sustituido.
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando
al personal eventual se le trata como máquinas de producción durante años.
Empatando contratos de semanas, días e incluso horas sin derecho a vacaciones y
empezando a trabajar un lunes en UVI, el martes en planta, el miércoles en
consulta, el jueves en quirófano y el fin de semana de guardia en un SUAP.
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando
se nos suministra a cuentagotas el material que utilizamos diariamente y les
importa un pepino la calidad del mismo con tal de ahorrarse unos eurillos.
Piense si estamos en perfectas condiciones cuando
tenemos que soportar día tras día gritos, insultos, amenazas e incluso
agresiones físicas de pacientes y/o familiares descontentos con el sistema.
Ya que usted es filósofo, piense. Piense un poquito
en nosotros, pero la próxima vez piense en nosotros como personas, no como
máquinas de trabajo.
AUTOR DESCONOCIDO, PERO CON MAS RAZON QUE UN SANTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario