Las nuevas terapias logran que
la mortalidad en cáncer caiga a niveles históricos
Ha
disminuido un 29 por ciento desde que se recogieron los datos por primera vez
en 1991
Los datos del informe que presenta cada año la American Cancer Society
(ACS) ha arrojado que la tasa de mortalidad en cáncer ha caído a niveles
históricos en 2019. Las cifras confirman que se consolida la tendencia
descendente de esta variable; además el documento refleja que el punto de
inflexión está en el período comprendido entre 2016 y 2017, cuando el descenso
fue más notable, alcanzándose un descenso del 2,2 por ciento en términos
absolutos. Este dato es mucho más notable si se tiene en cuenta que, desde que
se recogieron los datos por primera vez en 1991, la mortalidad derivada del
cáncer ha disminuido un 29 por ciento.
El agente responsable de esta reducción en la
mortalidad tiene un nombre propio: innovación. La proliferación de tratamientos
innovadores en oncología ha sido lo que ha impulsado que, cada vez en menor
medida, el cáncer esté asociado con mortalidad. Y esta innovación se manifiesta
en múltiples formas. Y es que, además de la gran cantidad de técnicas y
tratamientos que han surgido durante los años para abordar los casos de cáncer,
tencologías como las dedicadas al screening y la detección han tenido un
impacto muy positivo en esta enfermedad. En materia de tratamientos, las
terapias dirigidas y la inmunoterapia han sido las responsable de esta mejora
en las cifras.
Mortalidad por tipos
Aun así, en función del tipo de cáncer, los datos
varían sustancialmente. En base a datos de ejercicios anteriores, la ACS ha
estimado cómo pueden evolucionar las cifras durante el año 2020. Así, se prevé
que en este año se detecten 1.806.590 casos de cáncer en Estados Unidos, y que
el número de fallecimientos como consecuencia de esta patología sea de
alrededor 606.520.
Al observar la incidencia en función de la
localización del tumor, los datos varían mucho en función de cada tipo. En
términos de incidencia, los primeros puestos los ocupan los cánceres
localizados en el aparato digestivo, genitales, mama y aparato respiratorio,
por ese orden. Parece evidente exponer que, por tanto, estos cuatro tipos de cáncer
son los que en términos absolutos se cobran más víctimas aunque en este caso el
orden cambia; los tumores digestivos son los que registrarían un mayor número
de fallecimientos, seguidos de los de respiratorio, genitales y mama.
Si analizamos la tasa de fallecimientos de los
diferentes tipos de tumores, hay cambios. Los tumores cerebrales y del sistema
nervioso son los que tienen un mayor porcentaje de mortalidad (75,4 por
ciento), seguidos de los relacionados con el sistema respiratorio (56,9 por
ciento) entre los que destaca el cáncer de pulmón en sus múltiples
subcategorías; la tercera posición estaría ocupada por los del tumores del
aparato digestivo (50,2 por ciento) entre los cuales el que más incidencia y
número de fallecimientos registra es el de colon.
En la otra cara de la moneda, aquellos tumores que
registran una menor incidencia son los oculares y óseos, mientras que los
tumores endocrinos y el cáncer de piel en sus múltiples formas son los que
tienen un menor porcentaje de fallecimientos (5,9 y 10,6 por ciento
respectivamente).
Durante el transcurso de los últimos años el
melanoma es el tipo de cáncer que ha experimentado una mayor reducción de su
tasa de mortalidad. Esto ocurre por el surgimiento de tratamientos innovadores
como la inmunoterapia, del que el melanoma se ha visto especialmente
beneficiado. También destaca la mejora del pronóstico en cáncer de pulmón como
consecuencia de la inmunoterapia, puesto que al ser un tipo de cáncer que
presenta una gran cantidad de mutaciones, es más fácil hallar las dianas
terapéuticas hacia las que dirigir este tratamiento.
División por sexos
Si observamos los datos por sexos, hay diferencias
entre las localizaciones que más afectan a cada uno. En el caso de los hombres,
el cáncer de próstata es el que aglutina una mayor incidencia mientras que en
mujeres el que registra un mayor número de casos es el de mama; en segundo y
tercer lugar, para ambos sexos, aquellos con más incidencia son el cáncer de
pulmón y el colorrectal.
Para las mujeres hay un dato negativo, y es que
tanto el cáncer de útero como el de cuello uterino son los dos tipos en los que
menos se ha reducido la tasa de mortalidad desde 1970. Esto ocurre porque es
necesario que existan más tratamientos para tratar estas enfermedades en las
etapas más avanzadas.
Cabe destacar que por especialidades, en mayor o
menor medida —a excepción del cáncer de mama— tanto en términos de incidencia
como en mortalidad, las cifras son más negativas para los hombres; este
fenómeno ocurre en todas las categorías en que la enfermedad afecta a ambos
sexos. Aun así, el cáncer de mama sigue teniendo a día de hoy una incidencia
tan alta que, sin distinguir por la localización del tumor, se prevé que se
detecten durante este 2020 más casos de cáncer en mujeres (912.930) que en
hombres (893.660). En términos de mortalidad, sin tener en cuenta la
localización, el número de fallecimientos es ligeramente superior entre los
hombres, con una previsión que alcanza un total de 321.160 fallecidos por esta
enfermedad, mientras que en el caso de las mujeres la cifra desciende hasta las
285.360 muertes.
Fuente documental:

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