Nuria
Martínez Fernández
Viuda
de José Luis Gulias Robledo
En
representación de la familia del fallecido
Los familiares de José Luis Gulias
Robledo, fallecido el 2 de enero de 2018, queremos manifestar lo siguiente.
Primero, agradecer a todas las personas
personal sanitario, medios de comunicación, amigos y allegados, que de una
manera u otra nos han apoyado durante todo este tiempo para superar una pérdida
tan repentina y dolorosa, así como para luchar por conseguir esclarecer su
muerte y así poder exigirlas responsabilidades oportunas.
El daño causado a nuestra familia ha
sido inmenso. Nuestro consuelo ha sido cumplir con nuestra obligación para que
un suceso como el acontecido no vuelva a suceder.
Por esa razón emprendimos la vía
judicial. En primer lugar, para obtener respuestas a nuestras preguntas acerca
de lo ocurrido aquel día. Segundo, para exigir que se depuren las
responsabilidades penales, si se entendía que existían.
Durante la instrucciones del
procedimiento, hemos visto no sólo un hermetismo alarmante por parte del
Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), sino también la ocultación de
información necesaria en el proceso judicial, la tergiversación y la manipulación
de la verdad por parte de personas y vinculadas al mismo, de cara a la opinión
pública. Incluso hemos vivido numerosos intentos de ese servicio para que
abandonáramos el proceso judicial. Durante todo este tiempo, la familia se ha
mantenido al margen de todas las informaciones filtradas a la prensa. Sólo ahora,
tras la notificación del auto de archivo de actuaciones por parte de la
Audiencia Provincial, nos hemos decidido a hablar y a manifestar nuestra
opinión.
El auto de la Audiencia Provincial
refleja perfectamente las realidades que en muchas ocasiones se presentan ante
un tribunal: la verdad real y la jurídica.
La verdad jurídica es la que hemos
vivido, aquello que puede probarse, y según el auto de la Audiencia no hemos
podido probar que la causa directa del fallecimiento de José Luis fuera el
olvido de las gasas, algo que por parte de algunos de los intervinientes en el
procedimiento era claro e innegable.
La verdad real es que a José Luis, en la
primera intervención del 11 de diciembre de 2017, se le dejaron olvidadas dos
gasas quirúrgicas que provocaron la aparición de un hongo llamado “mucor”, y
que esas gasas fueron el caldo de cultivo perfecto para que éste anidara allí.
Este hongo, con el paso de los días, debilitaría y afectaría a la pared de la aorta,
provocando un pseudoaneurisma que le servicio de Radiodiagnóstico del HUCA no
supo detectar, ya que diagnostico solo un hematoma que llevó a una incorrecta
planificación de la segunda intervención a la que fue sometido, en la que,
finalmente, acabaría falleciendo, al no llevarse a cabo está con los medios
humanos y mecánicos y la correcta técnica quirúrgica, debido a un diagnostico
fallido, amén de un al prematura tras la operación.
“Todos
nuestros pasos irán encaminados a hacer justicia a un paciente cuyo erro fue
confiar en su médico y en el resto del engranaje de la institución sanitaría”
La concatenación de errores en el seno
del HUCA fue grave. Pero para esta familia ha sido aún peor la manipulación,
ocultación y tergiversación de la realidad.
Los errores los cometieron personas; la
ocultación y la opacidad de la realidad han sido ejecutados por una institución
llamada HUCA, que conociendo lo que había pasado no hizo nada por conservar las
compresas extraídas para una exhaustiva investigación judicial, algo que a la
luz de lo acaecido era más que previsible para ellos. Esa fue su decisión, y
con ella habrán de vivir el resto de sus días.
El hecho de no afrontar la realidad con
nosotros, de ocultarnos información y de no sentirnos acompañados de la verdad
en este periodo ha sido muy doloroso, ha supuesto una revictimización, que
creemos que no nos merecíamos.
Durante todo el proceso de la operación
de José Luis, así como en su posterior hospitalización, sucesivos ingresos y
finalmente su fatídica operación, nunca encontramos respuesta a su estado: todo
era “normal”. Pero la familia, y el propio José Luis, sabíamos que algo no iba
bien, aunque la respuesta del que se decía su médico-cirujano siempre era la
misma: todo estaba perfecto. Hasta llegar al fatal desenlace. Falleció por
vuestra incompetencia y desidia. Tuvo la peor de las suertes… Vivid con ello,
si podéis, pues eso no podréis ocultarlo jamás.
Ho hemos buscado jamás revancha alguna
ni venganza. Unicamente poner de manifiesto que el expediente de algunos, de
los que se dicen profesionales no es tan intachable como aparecen en los medios.
Aunque legalmente no hemos podido llegar a un juicio en el que manifestar lo
ocurrido, no vamos a cesar en nuestro empeño hasta que todo el mundo sepa en
manos de qué tipo de “personas” ponemos nuestras vidas.
Por nuestra parte, ponemos punto final
al comino de la vía penal por ahora. La sentencia queda abierta a la aportación
de nuevas pruebas. Estas dependen ya de aquéllos que quieran elegir en qué
mundo quieren vivir, en qué verdad quieren transitar: en la real o en la
judicial.
Todos y cada uno de nuestros pasos en
este duro proceso irán encaminados a hacer justicia a un paciente cuyo error
fue confiar en su médico y en el resto del engranaje de la institución
sanitaria, y cuyá única respuesta ha sido la ocultación, la mentira y la eliminación
de elementos relevantes para el esclarecimiento de una muerte que, aunque para
ellos ha sido un expediente más, para su familia ha supuesto el inicio de un
duro camino que, sin duda, afrontaremos con mucha pena, fortaleza y valentía.
Con todo ello, reiteramos nuestro
agradecimiento y solicitamos vuestro apoyo para proseguir en nuestro objetivo.
Y finalizamos diciendo: “Todo esto va por ti, José Luis, donde quiera que estés”.
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