La Junta responsabiliza a Faustino Blanco González y a Tácito Virgilio Suárez de ocultar las listas de espera
Los datos no se hicieron públicos por no ser favorables al Gobierno que presidia Javier Fernández Fernández, y no por cuestiones técnicas como alegaron ante la comisión, al menos según señala el dictamen. Es decir, mintieron ante la comisión.
La comisión que durante más de un año investigo las listas de espera, y ante la cual comparecieron casi un centenar de responsables del entorno de la sanidad asturiana, hizo ya públicas las conclusiones.
Señalan como responsables de todo lo acontecido, al entonces consejero de sanidad Faustino Blanco González, y a su mano derecha, el gerente del Sespa Tácito Virgilio Suarez, al cual algunos señalan como la autentica mente pensante del Sespa.
Aunque en este dictamen solo se les acusa de ocultar durante el periodo comprendido entre junio de 2014 y octubre de 2015 las listas de espera. Otras fuentes aseguran que se hizo al menos durante 18 meses. Lo cierto es que con la llegada de Faustino Blanco a la consejería de sanidad, también llego el caos, el despotismo y la chabacanería.
No es tan solo responsable de haber ocultado los datos de las listas de espera en un primer momento, también es responsable de haberlos manipulado a su antojo y capricho, desvirtuando con ello la más cruda realidad, con el objeto claro de obtener unos réditos electorales.
La manipulación y ocultación de datos afecta por igual a las listas de primeras consultas, como a aquellas otras que recogían los datos de pacientes pendientes de una prueba de diagnostico, TAC, resonancia, etc. Sin olvidar claro está, la referida a los pacientes que se encuentran pendientes de una intervención quirúrgica. Pero también se mintió sobre los tiempos de espera, los cuales fluctuaban al antojo y capricho de los maquilladores.
El listado de mentiras y manipulaciones informativas llevadas a cabo por parte de Faustino Blanco es muy extenso. Por eso que hoy no quiero dejar pasar la ocasión, sin recordar que también es culpable entre otras cosas, de haber denegado tratamientos oncológicos a un cierto número de pacientes, escondiendo tras ello, un único afán economicista y carente de toda ética.
Tiempo después, con la llegada del nuevo consejero, la metodología cambia, pero desgraciadamente las consecuencias son muy parecidas, ya que "los incumplimientos e irregularidades en materia de transparencia" en ciertos momentos permanecen prácticamente inalterables. A lo que ahora debemos de añadir, la incorrecta gestión de las derivaciones quirúrgicas, que en el caso de ser rechazadas por parte del paciente, pueden llevar a la pérdida de la prioridad en la lista".
Las trabas que la administración puso desde el primer momento a la comisión parlamentaria, merecen ya de por si un comentario a parte. Más si cabe, ahora que todos los grupos que conforman el arco parlamentario en la Junta General, a excepción del PSOE, parecen haberse puesto de acuerdo para señalar a los auténticos responsables, ahora también culpables.
De nuevo la miseria humana que agrupa la denominada izquierda progresista en nuestra región (PSOE). Deja patente a trabes de los comentarios llevados a cabo en el día de ayer por su vocera portavoz en la comisión, su escasa catadura moral. La cual sin ruborizarse lo más mínimo, se atrevió a asegurar que "no existió un hecho que permita imputar ninguna responsabilidad". Seguramente que si a la ignorancia le añadimos una buena dosis ce cinismos, nos encontramos de frente con Carmen Eva Pérez. A la cual no vamos a tachar de “grosera”, como ella sí hizo con otros grupos del parlamento, seguramente porque dentro de su supina ignorancia, también desconoce el verdadero significado de esa palabra.
En definitiva, el apagón informático existió, fue intencionado, y se hizo con el claro objetivo de obtener réditos electorales. Los responsables de semejante tropelía, tienen nombres y apellidos. Por tanto, solo resta dar un paso más, para exigirles otro tipo de responsabilidades, pero ahora hacerlo ante otras instancias.
Falta por saber, si a la vista de todo ello, nuestros representantes políticos en la JG, tendrán el suficiente valor para exigir por un lado, la destitución inmediata del Gerente del área sanitaria VIII (Langreo) Tácito Virgilio Suarez, motivos no faltan. De otro lado, no sería descabellado que cogieran el toro por los cuernos, para que algunos terminen sentándose de una vez por todas delante en el banquillo de los acusados.
Claro que no es lo mismo predicar, que dar trigo.
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