Fuga de médicos:
“Nos vamos a la sanidad privada porque en la pública nos maltratan”´
Cada vez más especialistas optan por trabajar exclusivamente en
clínicas y hospitales privados. La Administración subraya que, por ahora, la
tendencia no genera inquietud
José Angel Gómez Pascual, jefe de urología, dejó la sanidad pública. Alejandro Rodríguez Morata, jefe de cirugía vascular,
dejó la sanidad pública. Rafael López Arévalo,
jefe de traumatología, dejó la sanidad pública. Primitivo
de la Quintana, jefe de cirugía maxilofacial, dejó la sanidad
pública. César Ramírez, jefe de cirugía general y digestiva, ha
dejado la sanidad pública... El Hospital Quirón de Málaga -privado-
está hoy en manos de profesionales provenientes de hospitales públicos. La
“fuga de médicos”, subrayan, no es un problema exclusivo de su ciudad, sino una
tendencia creciente en todo el país que amenaza con descapitalizar uno de los
mejores sistemas sanitarios del mundo.
Ramírez, el último en marcharse, hizo pública su decisión el
pasado 3 de septiembre en esta carta abierta remitida
al Diario Sur. “La decepción, el cansancio y el hastío de un sistema de salud
imposible han machacado mi vocación de servicio público, que he
defendido siempre como hijo de funcionarios que soy y grandes valedores de lo
público”, dice. La queja, viralizada en redes sociales, ha generado un
terremoto en Málaga. “Decenas de compañeros me han dado la razón”, continúa,
“pero no todos se atrevan a hacerlo en público”.
EN LA SANIDAD PUBLICA SE ESTA
PERDIENDO LA ILUSION, NO HAY SALIDAS. Y MUCHA GENTE CON AMPLITUD DE MIRAS
INTENTA MARCHARSE
No existen
registros para cuantificar el fenómeno pero en todos en los hospitales
consultados -en seis regiones españolas distintas- comparten una sensación
parecida: marcharse a trabajar en la sanidad privada cada vez es una opción más
frecuente. Algunos se van para ganar más dinero, otros porque creen que su carrera profesional no despega a causa del
corsé funcionarial. Se esfuman de las consultas públicas jóvenes aburridos
de sumar contratos temporales e interinidades, doctores de renombre en busca de mejores sueldos
y veteranos obligados a jubilarse a los 65 por imperativo burocrático.
El
urólogo Gómez Pascual argumenta que intentó compatibilizar
ambos sectores durante años. “Estuve dos décadas en la sanidad pública. Lo hice
de manera exclusiva hasta los primeros recortes de Zapatero,
que nos hicieron un destrozo. Un
amigo me ofreció redondear el sueldo con una consulta fuera, en la Quirón de
Málaga, que empezaba a ser ya un referente. Era una decisión difícil porque al
entrar en el régimen mixto pierdes inmediatamente la prima de exclusividad, que
son casi 800 euros al mes. Aún así me merecía la pena. En pocos meses tenía
jornadas de 12-14 horas todos los días, así que pedí la reducción y me la
concedieron”.
"Son casos puntuales"
Trabajando
a media jornada, el salario público de Gómez Pascual no pasaba de los 900
euros. “Aunque estaba muy descompensado con lo que ganaba en Quirón, lo hacía
encantado, por seguir teniendo contacto con la gente y con el hospital".
En 2015, sin embargo, llegó un nuevo jefe de servicio de Sevilla y le retiró el
permiso para la reducción de jornada. "Me lo hizo sin avisar. Tuve que
dejarlo todo en la Quirón de la noche a la mañana. Mis pacientes se creían que
me habían echado y mis ingresos se redujeron mucho porque encima no me
permitieron volver a hacer transplantes. Lo estaba pasando muy mal, mi familia
también. El 12 de octubre de 2016 exploté. Pedí mi baja y me marché para
siempre. Me fui sin excedencia porque era interino y no
me arrepiento en absoluto. En la sanidad pública se está perdiendo
la ilusión, no hay salidas ni futuro. Y mucha gente con amplitud de miras
intenta marcharse”.
La jefa de
Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad andaluza, Celia Gómez, niega que se esté produciendo una fuga de
médicos en el sector público. “En términos globales seguimos teniendo los
mejores profesionales más allá de las dificultades de la crisis. Nuestra
preocupación se centra ahora en determinadas zonas y especialidades, sobre todo
en los hospitales comarcales alejados.
Tenemos problemas con plazas de pediatría de La Línea, por ejemplo. En estos
sitios queremos redoblar esfuerzos. Pero son casos puntuales, no algo
generalizado”.
EN TERMINOS GLOBALES SEGUIMOS
TENIENDO LOS MEJORES PROFESIONALES MAS ALLA DE LAS DIFICULTADES DE LA CRISIS
Un doctor
que durante años ocupó cargos de gerencia en Madrid opina que, “en condiciones
ideales, la mayoría de los médicos todavía prefiere la sanidad pública”. La
diferencia, argumenta, es que ahora existen buenas alternativas en el
sector privado, oportunidades que ya pasan por irse a “clínicas
pequeñitas y sin medios en las que jubilarse tratando juanetes”.
“Antes,
cuando un médico tenía problemas, se aguantaba. Ahora puede marcharse. Por
ejemplo, si un superior que te hace la vida imposible, si se perpetúa una
situación de precariedad... Incluso gente a la que le van bien las cosas se
puede acabar yendo. Pasa, por ejemplo, con los especialistas de servicios
muy demandados como la cirugía estética, la medicina
laboral o las operaciones de varices. Hay quien ve que va a ganar más dinero y
a tener más posibilidades de crecer. Y se marchan”.
10 millones de pacientes
El auge de
la sanidad privada es una realidad desde hace varios años. Se espera que el
número de españoles con algún tipo de seguro médico supere la cifra de los diez
millones en 2017, lo que supone un gasto cercano a los 4.000 millones de euros en primas. Y con una tasa de
crecimiento superior al 3,5 por ciento, desarrollo similar al que experimentan
clínicas y hospitales fuera de la órbita pública.
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