Llevo
varios días leyendo y escuchando las necedades que se dicen con relación a la
donación realizada por la Fundación de Amancio Ortega. Esto me lleva a pensar
que la sociedad o está muy enferma, más
de lo que nos podíamos imaginar, o los
gusanos de la imbecilidad le están comiendo “el coco” a la gente de una manera
difícilmente entendible, al menos por una buena parte de los mortales.
No
hace tanto tiempo que el presidente de cierto grupo bancario español, aprovechando la coincidencia del color corporativo
de la entidad que presidia, con los colores de una marca deportiva de automóviles
de altísima gama, lanzo una campaña de patrocinio a nivel mundial, que
seguramente le produjo unos enormes beneficios. Este señor se gasto lo que no
está en los escritos luciendo palmito por los circuitos de todo el mundo, de la
mano del denominado por algunos, circo de la F1.
Por
eso que desde hace días ronda por mi cabeza una pregunta ¿Qué se hubiera dicho entonces si esta entidad destinara todos aquellos
recursos económicos, o una buena parte de ellos, a potenciar el equipamiento de los hospitales
españoles?... No se
si el rédito publicitario obtenido por la empresa que representaba hubiera sido
el mismo. Seguramente que a la hora de
repartir beneficios la entidad entre sus accionistas, los dividendos no
hubieran sido tan abundantes. Pero lo que ya no me cabe la menor duda, visto lo
que ocurre con el dueño de Inditex, es que a nivel personal como poco, lo hubieran
puesto a parir. De lo que podemos deducir, que el presidente santanderino hizo
lo que más le interesaba a sus accionistas, dejando de lado a la sociedad, que
dicho sea de paso, le aporta una parte de esos beneficios a trabes del negocio
bancario. Por tanto no hubiera estado de más revertir en la misma una parte de
dichos beneficios. Y ojo, no digo que la entidad bancaria no lo esté
haciendo ya a través de actuaciones de índole
benéfico. Solo pretendo hacer una reflexión con la critica desmesurada que se
está haciendo con Amancio Ortega. Si bien estoy por asegurar que la campaña publicitaria diseñada por unos y por los otros, al final va dar los frutos que se persiguen. Pues a fin de cuentas es lo que buscan las empresas cuando invierten en publicidad,
encubierta esta o no.
Pero
en el caso que nos ocupa, de un lado están los oportunistas, esos que se apuntan
a todo, con el único propósito de salir
en la fotografía. De otro lado están los que pasan de todo, y que solo se
quejan cuando les toca de cerca a ellos. Ahora apareció una nueva subespecie, la
forman unos entes que no están contigo,
pero que tampoco saben estar sin ti. Su
entrada en escena nos está proporcionando
momentos y situaciones, que si bien son difíciles de calificar, más difícil resulta encontrar lógica en alguno de sus posicionamientos.
Desde
mi humilde punto de vista, lo que algunas informaciones esconden tras de sí, es
un claro intento de mezclarlo todo, para confundir a la sociedad. Lo que me lleva
a pensar, que o bien adolecen de una
información clara y concisa que les permita crear su propia opinión, o que por
el contrario, su único interés se centra en intoxicar. La desinformación proporcionada de forma
interesada por algunos grupos de presión
y medios de comunicación es clara, además de malintencionada, su único fin es desinformar y distorsionar la
realidad. Son muchos los planteamientos que hacen, donde se puede comprobar la carencia de un mínimo de ética, que unido a la escasa catadura moral de quienes los hacen
tales comentarios, dejan a las claras que su único interés es crear el caos.
Los
datos
Algunas
fuentes indican que con 280 millones de euros
se pondría poner fin al déficit existente en la actualidad relativo a
los equipos de radioterapia de que adolecen los hospitales públicos de toda
España.
Esta
inversión permitiría que en torno a un millar de pacientes que padecen el cáncer, pudieran ser tratados cada año de una forma más idónea. Al mismo tiempo se señala que se podía reducir
en la mayoría de los casos el tiempo de tratamiento, en al menos dos semanas
por paciente.
Desde
la Fundación Amancio Ortega se reconoce que las comunidades tienen planes para luchar contra el cáncer. Pero sus
limitados recursos económicos, no les permiten hacerlo como debieran, esto
alarga los periodos de inversión, no pudiendo ejecutarse esas inversiones antes de cinco años. Por eso que la Fundación
aporta los fondos necesarios para que esta renovación se hiciera en tan solo en
dos años, y lo hacen de forma altruista. Yo al menos no veo el problema por ningún lado.
En
un primer paso la fundación se pone en contacto con las comunidades y les
ofrece su ayuda, aportando la información necesaria donde se indica cuáles son
sus planes en el mundo de la oncología. La Fundación advierte que los fondos de su donación, deben de dedicarse a la compra de equipos que hagan posibles los diagnostico, pero también para otros equipos que sirvan para el tratamiento de la enfermedad en sí.
Yo
solo me me hago una pregunta, ¿dónde está el problema?....
Quizás el señor Amancio Ortega
debiera haber invertido estos fondos en el patrocinio de la Copa América
de vela o el Campeonato del Mundo de Rally,... mientras los ciudadanos son abandonados a su suerte por los gestores
de la sanidad pública.
Guste o no guste, esta es una decisión personal de Amancio Ortega, con la cual se va beneficiar a miles de personas, esto último es un hecho incontestable. Pero solo el tiempo como siempre, da y quita razones.
Guste o no guste, esta es una decisión personal de Amancio Ortega, con la cual se va beneficiar a miles de personas, esto último es un hecho incontestable. Pero solo el tiempo como siempre, da y quita razones.
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