Desde luego o el mundo está muy mal repartido, o quizás es que estamos en manos de los mayores insensatos e irresponsables que habitan en el globo terráqueo. Es como si se hubieran conjurado todos para venir a parasitar al “Paraíso Natural”, y así poder darnos por el saco de continuo, a todas las horas y a todos los niveles.
Se da la casualidad para quien no lo sepa, que estudios de mayor o menor calado en Asturias existen. Como también existen informes que advierten del aumento de ciertos tipos de cáncer en unas determinadas áreas de la región.
Sirva como ejemplo lo ocurrido hace apenas un mes, cuando se anunciaba al tiempo que se bautizaba como “gen vaqueiro”, uno de estos nuevos descubrimientos vinculado al cáncer de mama, que según parece tiene prevalencia en la zona occidente de nuestra región. Otra cosa bien distinta, es que no se quiera alarmar, que no se quiera decir los motivos, o que no se tengan los recursos necesarios para llevar adelante este tipo de estudios. Que por otra parte no son algo que se pueda hacer de un día para otro. Ya que es necesario en primer lugar disponer de los recursos económicos suficientes, así como de los investigadores que puedan llevar acabo la labor. Sin olvidar que es preciso ciertos periodos de tiempo, para así poder establecer secuencias, analizar diferentes parámetros, sin los cuales no se van poder obtener conclusiones al menos fiables.
Por tanto el señor Del Busto debería de hacérselo mirar. O quizás debería de pensarse un poco más las cosas antes de hablar, sobre todo si va hacer aseveraciones como, “es casi imposible” o “implicaría un seguimiento de miles de personas”. Antes tendría que mirar de lo que estamos hablando, y sopesar lo que dice. Ya que si hay recursos para hacer estudios sobre el lobo ibérico, debería de haberlos para intentar al menos salvaguardar la vida de los asturianos.
Ni es simpleza, ni es tremendismo, es un hecho muy real, pero además está ampliamente contrastado, que la contaminación ambiental juega un papel fundamental en ciertos tipos de cáncer. Como lo tienen demostrado las líneas eléctricas denominadas de alta, media o baja tensión, e incluso algunas de las subestaciones eléctricas, debido a los campos magnéticos permanentes que crean en su entorno.
No es menos cierto que la buena y sana alimentación es otro de los motivos fundamentales, con la salvedad hecha de que a día de hoy es casi imposible saber lo que estamos comiendo, por lo menos en la mayoría de los casos. Algo que tampoco preocupa mucho a las autoridades sanitarias, salvo cuando se ven salpicadas por algún caso, como el de los alimentos transgénicos.
Es bien sabido que la polución ya de por si provoca muertes, y el área central de la nuestra región, es la que mayores índices de contaminación padece. Por tanto, no es descabellado pensar que produce un elevado número de casos de cáncer, y seguramente que no sería difícil recabar esos datos, otra cosa es que no se quieran hacer, mucho menos reconocer su incidencia.
Sin ir más lejos el Instituto Nacional de Estadística, hace mención en su última publicación, a las elevadas cuotas de mortalidad de nuestra región. Entre sus causas destacan las enfermedades respiratorias, circulatorias y tumorales. Sin olvidar el elevado número de asturianos que padecen enfermedades mentales, las cuales en algunos casos los llevan al suicidio.
Lo que no cabe ya la menor duda, es que junto al envejecimiento progresivo de la población en nuestra región, existen otros factores, tales como el estilo de vida, los hábitos alimenticios, el sedentarismo y la contaminación. Todos ellos unidos o por separado, son elementos irrefutables que influyen muy directamente en nuestra calidad de vida.
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