JANO.es · 2 mayo
2016
La combinación de
radiación e inmunoterapia puede destruir tumores primarios y secundarios
Demuestran cómo el
uso de radioterapia y L19-IL2, un agente de la inmunoterapia, aumenta
significativamente la respuesta inmune cuando se administra a ratones con
tumores primarios de colon.
Añadir un compuesto
de fortalecimiento del sistema inmunológico puede extender la respuesta inmune
inducida por la terapia de radiación contra los sitios del tumor y esta
respuesta incluso tiene un efecto fuera del campo de radiación de los tumores,
según concluye una investigación que se presentó el domingo en la reunión de la
Sociedad Europea de Oncología y Radioterapia (ESTRO 35).
La radioterapia no
sólo mata las células cancerosas, sino que también ayuda a activar el sistema
inmune contra su proliferación futura. Sin embargo, esta respuesta inmunitaria
a menudo no es lo suficientemente fuerte como para ser capaz de curar los
tumores, e incluso cuando lo es, su efecto es limitado a la zona que ha sido
irradiada.
La doctora Nicolle
Rekers, del Departamento de Oncología Radiológica del Centro Médico de la
Universidad de Maastricht, en Países Bajos, expuso cómo una combinación de
radioterapia y L19-IL2, un agente de la inmunoterapia, puede aumentar
significativamente la respuesta inmune cuando se administra a ratones con
tumores primarios de colon.
L19-IL2 es una
combinación de un anticuerpo que se dirige a los vasos sanguíneos del tumor y
una citoquina, una pequeña proteína importante en la señalización celular en el
sistema inmune. Los investigadores descubrieron no sólo que los ratones estaban
libres del tumor tras el tratamiento, sino también cuando se les vuelve a
inyectar células de cáncer 150 días después de la curación, explica Rekers.
"La
radioterapia daña el tumor creando una especie de vacuna específica del tumor
--explica Rekers--. Alimenta el sistema inmunológico y se asegura de que se da
cuenta de que algo está mal. Lo que es único acerca de nuestros últimos
experimentos es que hemos sido capaces de crear un denominado efecto abscopal,
donde un tratamiento de radiación localizada también tiene un efecto en otros
sitios del tumor fuera de este campo de radiación".
Alargar el tiempo
sin progresión de la enfermedad
La vida de los
ratones es bastante corta -unos dos años- por lo que 150 días es un tiempo
relativamente largo. "Por supuesto, estos ratones son modelos de
enfermedad humana y nunca pueden ser al cien por cien comparables con un
paciente, pero el hecho de que los ratones curados no hayan formado nuevos
tumores, en comparación con una formación de tumor del cien por cien en ratones
no tratados de la misma edad, es significativo. Sabremos más después de
analizar los resultados de la fase I/II de estudio clínico en pacientes humanos
que empezamos hace poco", añade Rekers.
Se sabe que L19-IL2
es seguro en pacientes, con efectos secundarios leves limitados a reacciones en
el lugar de la inyección. El nuevo ensayo analizará el tratamiento de
combinación en pacientes con tumores sólidos oligometastásicos. "Nuestro
objetivo final es aumentar el tiempo durante el cual la enfermedad no progresa
mediante el uso de esta combinación para producir una respuesta inmune que
ataque tanto al tumor primario como sus metástasis", adelanta la doctora
Rekers.
Aunque
reprogramar el sistema inmune sólo ha sido factible desde hace relativamente
poco, la investigación hasta la fecha parece indicar que es sin efectos
perjudiciales a largo plazo. "Creemos que la ecuación riesgo/beneficio es
probable que se incline firmemente en el lado de beneficio. Esperamos que este
tratamiento no sólo destruya tumores, sino también permita que el sistema
inmunológico desarrolle un recuerdo que le permita aniquilarlos también en el
futuro", señala Rekers.
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