(No dejéis de leer el articulo que adjunto al final de mi reflexión de hoy)
Este artículo es para que lo lean aquellos
que siguieron mi lucha desde el principio, pero sobre todo, aquellos otros que
pensaron que era un loco arribista, al cual algunos estaban manipulando.
En todos estos meses, si bien me
pude haber equivocado en algún momento al hablar sobre algo tan complicado como
es el cáncer, nunca dije nada que no estuviera documentado. Cuando hablaba
sobre un tratamiento y sus efectos sobre el paciente, no lo hacía desde el
desconocimiento, pues antes había recabado la información. Cuando no entendía
algo, siempre conté con personas dispuestas a informarme, las cuales despejaban
mis dudas, y estoy plenamente convencido, que jamás me ocultaron información
alguna, cosa que nunca terminare de agradecerles lo suficiente.
Los motivos por los cuales algunos
profesionales solicitaban una y otra vez un tratamiento para sus pacientes,
queda hoy reflejado en esta carta que adjunto. En ella se explican las secuelas
que la enfermedad va dejando en el paciente, al tiempo que se habla de las diferentes etapas de la
enfermedad, la cual pude vivir muy de cerca.
Sirva esta carta para recordar hoy
más que nunca, quien estaba en posesión de la verdad, y quien mintió de forma deliberada
en la JGP. Desde Javier Fernández, Faustino Blanco, Celia Gomez, J. Antonio Alvarez, pasando por todos aquellos
que ocultándose detrás de la Comisión
del Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios (CURMP), nunca
fueron capaces de dar la cara públicamente.
No
quiero tampoco olvidar a aquellos otros
estómagos agradecidos que antepusieron su poltrona a la dignidad de las personas.
Entre ellos Mercedes Fernández, Victoria Delgado, Noemí Martin, Pilar Alonso,
Ignacio Prendes. Ellos con sus comportamientos mezquinos ante el PJG son
cómplices de todo lo acontecido, pues dispusieron en todo momento de los datos
fehacientes de lo que estaba ocurriendo.
Ayer mismo escribí para comparar el
comportamiento de la Fiscalía de Asturias, con su homónima gallega. Si el
contenido de esta carta que adjunto a continuación llega a sus manos, espero
que por lo menos se sonrojen, eso si son capaces de asimilar lo que en ella se
dice.
Gracias una vez más, a los que
antepusieron su ética profesional, su honestidad y sus principios morales, a
los intereses economicistas del SESPA y sus sicarios. Gracias por haber luchado
codo con codo por proporcionar una mejor calidad de vida a vuestros pacientes.
Pues nadie mejor que vosotros conocía, los devastadores consecuencias que la enfermedad
les podía proporcionar.
Este artículo solo pone de
manifiesto por mi parte que:
“El respeto se gana, la honestidad
se aprecia, la confianza se adquiere, y la lealtad se devuelve”.
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METÁSTASIS ÓSEAS
Tratar metástasis
óseas con las últimas terapias ahorra grandes costes al SNS
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Madrid, 12/4/2016 (EFE).- El presidente de la Sociedad
Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín, ha asegurado hoy que el
coste de tratar con las últimas terapias las metástasis óseas supone un
importante ahorro para el sistema y ha denunciado el criterio económico de los
hospitales a la hora de prescribir un fármaco.
Las metástasis óseas que padecen en España
aproximadamente unos 300.000 pacientes suponen un importante reto para los
oncólogos y un grave problema para los enfermos por las
"devastadoras" consecuencias que acarrean con el paso del tiempo.
Un importante porcentaje de los pacientes con cáncer
avanzado -entre el 50 y el 75 %- desarrollará este tipo de metástasis ya que,
como explica Martín, el hueso es uno de los "sitios preferidos" por
el tumor para anidar y crecer.
Los huesos ejercen una importante función en el
organismo, la de sostén que además nos permite deambular, contiene la médula
espinal y también tiene dentro el sistema hemopoyético, que se encarga de
fabricar la sangre.
El hueso humano se está remodelando continuamente y
esta remodelación es la que aprovechan las metástasis para anidarse en el hueso
y destruirlo.
Los pacientes con cáncer de mama, próstata y pulmón
tienen una mayor posibilidad de desarrollar este tipo de metástasis, en
concreto, según Martín, entre el 20 y el 25 % de los enfermos con cáncer de
mama tiene metástasis y las tres cuartas partes de ellas son en el hueso.
Estas metástasis se aprovechan del sistema de
remodelación ósea para manipularlo, hacerse un hueco e ir creciendo y
destruyéndolo.
"Si no se hace nada, se generan complicaciones de
consecuencias muy negativas para los pacientes", con dolores que pueden
llegar a ser invalidantes, fracturas y compresión medular que puede provocar
incluso paraplejias o tetraplejias.
En los últimos años han aparecido medicamentos con
acción antiresortiva -que aumenta la masa ósea- que consiguen retrasar estos
efectos, e incluso en algunos casos erradicarlos si se administran desde el
primer momento en el que se detecta la metástasis.
"No hay ninguna razón para que estos medicamentos
no estén disponibles para todos los pacientes porque su coste es relativamente
asequible", ha asegurado el presidente de la SEOM, quien ha afirmado que
"lo que evitan cuesta 20 veces más".
Así, se ha referido a los costes de una fractura ósea
-unos 6.000 euros-, o una compresión medular -8.000 euros-.
Sin embargo, ha denunciado que los hospitales son los
que deciden si prescribir o no dicha terapia y, en muchos casos, lo hacen con
un criterio económico y "si miramos el coste inicial estamos cometiendo un
error porque lo que importa es lo que ocurre a medio-largo plazo".
De la misma opinión es la presidenta del Grupo Español
de Pacientes con Cáncer (Gepac), Begoña Barragán, que ha advertido también de
la falta de equidad a la hora de acceder a los tratamientos, no sólo según las
comunidades autónomas, sino entre hospitales de la misma ciudad.
Por su parte, la directora de Atención al Paciente y
Relaciones Institucionales de Gepac, Natacha Bolaños, ha destacado que gracias
a estos tratamientos, un paciente con metástasis ósea puede tener una larga
supervivencia, con una buena calidad de vida.
Martín ha confiado en que en pocos años los estudios
ahora en marcha puedan demostrar que estos medicamentos no sólo previenen las
complicaciones de las metástasis cuando existen, sino que pueden servir para
evitarlas. EFE
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