sábado, 13 de diciembre de 2014

¡¡ SOS !! Hospital de Jarrio, ocurrió el martes y se vuelve a repetirse el viernes


¡¡ SOS !!

Hospital de Jarrio, ocurrió el martes y se vuelve a repetirse el viernes 

 En una sola semana ocurre dos veces, aunque a primera vista no parece ser un problema  achacable a un servicio determinado del Hospital Comarcal de Jarrio, lo que no puede ser admisible bajo ningún concepto, es que en estos momentos los pacientes de la sanidad asturiana, sean tratados como meros objetos. De quien es la culpa en este último caso que nos ocupa, eso no soy yo quien debe de responder, es algo que al ciudadano no le incumbe, pero a la vista de los acontecimientos una cosa esta clara, que quien sufre todas estas negligencias medico organizativas y de gestión son los de siempre, los pacientes, va  siendo hora de que alguien de respuestas ¡¡BASTA YA!!

Me gustaría que alguien del entorno de las sanidad asturiana tuviera la decencia de dar explicaciones coherentes sobre algo que ya ocurre con demasiada frecuencia, que no es una casualidad,  tampoco es un caso puntual, pues ya existen casos en el HUCA con  afectados del occidente, y ahora la epidemia se extiende a hospitales más pequeños como el de Jarrio.

Un paciente cuyo diagnostico le fue realizado en el mes de agosto, tras su ingresado por urgencias, habiendo estado hospitalizado durante 27 días, al cual se le diagnostica, piedras en la vesícula, pancreatitis aguda con necrosidad, lleva a la espera de una intervención 120 días, no está en los 180 del calendario lunar de Faustino Blanco, pero se aproxima. Es más, hace apenas unas horas que  el gerente del SESPA, un tal Tácito, anunciaba el ratio de las demoras para una intervención quirúrgica en los diferentes hospitales asturianos, siendo el de Jarrio de 61 días, pero a las primeras de cambio,  las cuentas de la lechera le vuelven a fallar, y queda ampliamente demostrado, que mienten más que hablan.

Después de ver prolongada su espera todo este tiempo, a mediados de noviembre se dirige a los gestores de la sanidad en Jarrio para interesarse “por lo suyo”, le aseguran que si no es para la siguiente semana, que casualidad, máximo quince días.

Poco tiempo después, casi un mes, es por fin citado para ingresar, lo hace el día 11 del presente mes de diciembre por la tarde, estando ya en la habitación,  un familiar se interesa por la hora de la intervención, le dicen que será al día siguiente, y  a primera hora de la mañana.

En torno a las 12,30 horas del día siguiente, el cirujano que lo va operar entra en la habitación para comunicarle que debido a dos urgencias, no puede ser operado hoy, que puede vestirse y marcha para casa, que se le citara en los próximos días, y que lo siente mucho, claro que no tanto como el paciente. Si pretendían desestabilizar emocionalmente al paciente, les aseguro que lo consiguieron, pues se quedo tan descolocado, que ni se planteo presentar una  protesta a la dirección del hospital. En primo lugar porque está en su perfecto derecho, ya que  los pacientes tienen derechos, aunque algunos vayan por la vida pisándolos, y en segundo lugar, porque tiene motivos, no solo para presentar una protesta,  si no para algo más.

Yo ahora me pregunto, si existirá dentro de la sanidad en Asturias algún gestor con un mínimo de sensibilidad, solo hace falta uno que sea capaz de ponerse por un momento en la piel de este paciente, como se tomaría la decisión medico administrativa que se tomo en el día de ayer con él. Me consta que para algunos gestores de la sanidad, tan solo somos un número en un historial médico, pero yo les diría que tras ese número, existe un ser humano, que siente y padece, que lo está pasando mal, tanto él como su familia, pues para ellos el hecho de tener que entrar en quirófano, les produce sus dudas y sus miedos, a quien no.

Este tiene y debe de ser el último desatino de la sanidad asturiana, y no seré yo quien discuta las prioridades ante una intervención de  urgencia, solo les pido que se pongan por un momento en la piel del paciente, el cual, tras ese largo trago de pensar en la intervención, sufrió seguramente una larga noche de  insomnio, un proceso de mentalización que culmino con el amanecer del nuevo día,  cuando ya se veía en el quirófano con el trago pasado, deseando verse pronto recuperado, tras varios meses de dudas y desasosiego. Pero ahora va alguien y la caga, pues guste o no, que se diga en la lengua de Cervantes, Quevedo o el mismo Camilo José Cela, señores, esto es una gran cagada.

A este paso van tener que instalar el mostrador de ingresos, en el Santuario de Villaoril, para que los pacientes de camino al Hospital de Jarrio dejen sus plegarias, en busca de  la tranquilidad necesaria, que a la vista de los acontecimientos la sanidad asturiana no les proporciona.

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