Hoy hace quince meses que presente la denuncia ante el Servicio de Salud del Principado de Asturias, la cual estaba dirigida al Consejero de Sanidad Faustino Blanco González, y de la cual nunca tuve respuesta.
Este comportamiento a todas luces es inadmisible en un servidor publico, me lleva a preguntarme si estamos tan solo ante un comportamiento despectivo hacia mi persona, o tras el se puede esconder algo más, y todo responde a un trasfondo estrictamente político llevado al extremo, debido al sectarismo y la irracionalidad de la cual hace gala este personaje, incluso me atrevo a decir más, mi denuncia la acabo convirtiendo en un tema estrictamente personal.
A la vista de todo lo expuesto a lo largo de estos meses, si en Asturias tuviéramos una oposición decente, con principios y responsable, que entre sus signos de identidad no estuviera el principio del “aquí vale todo”, en estos momento todos a una estarían exigiendo el cese del Consejero de Sanidad el socialista Faustino Blanco González, pero ya se ve que les importa más continuar con la mamandurria.
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La Nueva España.- 2 de octubre 2014
UNA CRUZADA MEDICA DESDE VEGADEO
A mediados del año pasado los médicos comunicaron al veigueño Jesús Alonso Penelas que su padre, Félix Alonso, ya no estaba en condiciones de recibir el acetato de abiraterona, una hormona experimental que se administra a pacientes con cáncer de próstata. Aún así hizo de tripas corazón y siguió adelante con una reivindicación iniciada tras conocer que el Servicio de Salud del Principado le denegaba el fármaco a su padre- y a otros pacientes- sin justificación alguna y pese a ser solicitado y recetado en tres ocasiones por los facultativos que se ocupaban del caso. Tras un año sin tregua da por ganada la batalla, al aportar documentos que demuestran que se ha desbloqueado el fármaco y que en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) han comenzado a administrarlo.
Desde la esquina más occidental de Asturias este veigueño se decidió a remover tierra y cielo para probar que la denegación del medicamento a su padre era arbitraria pues se estaba autorizando a pacientes de Jarrio o el Valle del Nalón y en cambio se denegaba en el HUCA, donde más pacientes lo demandaban. Hizo pública su denuncia a sabiendas de que afectaba a un buen puñado de personas y empezó a llamar a todas las puertas posibles para recabar datos y apoyos.
A principios del verano llegó a sus manos un documento del Servicio de Salud (con fecha 4 de junio de 2014) en el que se informa a los facultativos que en el seno de la Comisión de uso racional de los medicamentos y productos sanitarios se ha creado un comité específico para valorar solicitudes para la administración del acetato (Zytiga según su nombre comercial). En la misiva se pide a los médicos que presenten cada solicitud para administrar el acetato ante el comité de valoración de tratamientos. En un segundo documento interno del 8 de julio se indica que los facultativos deben remitir a la Dirección asistencial del área las solicitudes de tratamiento con abiraterona, tanto en prequimioterapia como en postquimioterapia.
El veigueño considera que esta decisión de Sanidad se adopta tras su denuncia ante la Defensora del Pueblo a la que remitió un amplio dossier de casi 270 páginas refiriendo toda su reclamación. Destaca Penelas que lo envía el 30 de abril y que el 3 de junio recibe una carta de la Defensora en la que se le comunica que se han pedido explicaciones al gobierno regional. “El 4 de junio es cuando Sanidad da orden para que se ponga en marcha el proceso y el 8 de julio empieza a administrarse de nuevo”, añade. El veigueño lo considera un triunfo, tras meses de lucha: “Logramos que se haya desbloqueado un fármaco que se dispensa en todas las comunidades autónomas y que aquí se negaba por términos economicistas”.
Desde su primera denuncia presentada en el HUCA el día 2 de julio de 2013 tocó casi todas las puertas posibles. Desde el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, quien nunca contestó a sus protestas ni le citó a ninguna reunión, pasando por todos los grupos políticos con representación en la Junta General del Principado –está especialmente agradecido al diputado de Foro, Albano Longo, pues fue el mayor defensor de su causa-, y hasta la Fiscalía asturiana, que finalmente archivó su denuncia. De la esfera nacional fue de donde obtuvo mayores atenciones, no en vano escribió al Ministerio de Sanidad y la ministra respondió a su queja el día 31 de octubre diciendo que el acetato debía administrarse a los pacientes pues estaba incluido en la lista de medicamentos aptos desde finales de 2011.
En esta cruzada, Penelas no ha estado solo y ha encontrado apoyos fuera y dentro de la sanidad, desde profesionales hasta pacientes en su misma situación. “Aunque mi padre ya no podía recibir el medicamento, decidí seguir porque sabía que había muchos afectados y que se estaba silenciando algo grave que la sociedad debía saber”. Hizo caso a un consejo de un buen amigo que siempre le indica que para defenderse hay que aportar papeles y no ha hecho más que atesorar documentos que prueban su denuncia.
Nunca imaginó llegar hasta este punto pero cuando la vida de un padre está en juego, precisa, se hace cualquier cosa. Se emociona al contar que su padre -que sigue luchando contra la enfermedad- trabajó durante 50 años de mancebo en una farmacia veigueña donde despachó cientos de fármacos y lamenta que “justo cuando necesitó uno se lo deniega”.
El blog “Desde Vegadeo mi punto de vista” es su principal herramienta para difundir su denuncia en la red. La página ya supera las 12.000 visitas. Aunque Penelas da por cerrada la batalla del acetato de abiraterona, sigue en la lucha para defender la sanidad pública para todos: “Voy a seguir denunciando todo aquello que afecte a la sanidad”.
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