viernes, 24 de octubre de 2014

Para desmantelamiento, el que se lleva acabo en oncología radioterapia.




Para desmantelamiento, el que se lleva acabo en oncología radioterapia. 

Es llamativa la obsesión que algunos sufren para poner todo lo que los rodea patas arriba, claro que cuando de verdad es necesario no se hace, véase el caso de la política en Asturias, donde hace falta una limpieza general y desinfección a fondo, pero no interesa, por mucho que algunos se les llene la boca con palabras como regeneración, o higiene democrática.
Pero es que esta limpieza, si se esta producción en algunos ámbitos de nuestra sociedad, sin que nosotros nos damos ni cuenta, salvo que nos veamos involucrados en medio del torbellino. Esto es lo que esta ocurriendo en el caso de la sanidad, donde ayer por culpa de unos, hoy por culpa de otros y mañana por culpa de los que lleguen, los servicios están siendo desmantelados, y los pocos recursos humanos de que se disponen desperdiciados.
Que la estructura de las altas esferas se desarmen una y otra vez, es lo que menos nos debe de importar a los ciudadanos, pues en ellas se cumple la premisa, hoy por ti, mañana por mí, o lo que es lo mismo, quítate tú, que me pongo yo.
Lo que de verdad debería de preocuparnos a los ciudadanos en general, es el progresivo deterioro que están sufriendo los servicios, pues en algunos de ellos, y es cuestión de una pequeña investigación por parte de quien corresponda, no por parte de las autoridades sanitarias, mucho menos por parte de las autoridades políticas de la región, pues como ya esta más que demostrado, todos forman parte del sistema, y este, esta corrompido hasta el tuétano, pero insisto alguien debería de investigar lo que esta ocurriendo.
Uno de los casos más sangrantes, porque yo lo pude vivir en primer persona, y lo sigo muy de cerca, es el que se lleva a cabo en el servicio de oncología y radioterapia. Aquel que se inauguro el pasado 21 de enero en el nuwHUCA, donde la tecnología punta es una de sus premisas y debe de ser así, pero es el mismo donde son muchas las personas que se encontraron con un problema, no sabiendo en muchos casos lo que ocurre, o si se enteran, no saben que hacer para colaborar en ponerle remedio. 
Las lumbreras que iluminan la sanidad asturiana, no contentas con escatimar recursos a los profesionales, y en vistas de que algunos no se doblegaban a sus cicateras pretensiones, decidieron separar del servicio a dos de los médicos que trabajaban en el, sin medir o si lo hicieron, las graves consecuencias que pudieran ocasionar tanto a nivel de consultas, como de intervenciones quirúrgicas, lo que por otro laso hace medrar de forma considerable las listas de espera para la atención del paciente, estamos hablando del cáncer, donde una semana o un mes de espera, puede ser cuestión de vida o muerte, pero eso a los gestores del SESPA, así como a los colaboradores más directos y necesarios para justificar tales decisiones, poco les importa, y a los hechos me remito.
Hace apenas un mes, pude ver con mis propios ojos, como un paciente aborda en los pasillos a uno de los profesionales represaliados de este servicio para pedirle explicaciones, el cual se dirigió a el, más o menos en estos términos:

“Buenos días doctor, ¿Por qué no me quiere atender ahora usted? …

La respuesta por parte del facultativo fue más que contundente, no la voy a transcribir, porque tampoco me quede a escucharla en su integridad, pero ya es muy triste sufrir una enfermedad devastadora como es el cáncer, para que encima se nos prive de la atención de los profesionales, por el mero hecho y capricho personal, de algunas personas incapaces de gestionar algo que parece les queda muy grande, o simplemente, porque se convirtieron en los peones de un sistema carente de escrúpulos, donde ellos, a cambio de un sueldo a final de mes, son capaces de jugar con la vida de las personas, olvidando por otro lado su Juramento Hipocrático y todo lo que conlleva el haberlo realizado.. 
Pues así estamos en la sanidad de Asturias, profesionales represaliados, servicios saturados donde no se pueden prestar atención a los pacientes, intervenciones quirúrgicas como las braquiterapias que apenas se hacen desde hace un año por falta de especialistas capacitados para llevarlas a acabo, cuando los que están capacitados para ello fueron apartados del servicio desde hace once meses, y todo ello por caprichos personales, llevados a terrenos más propios de la mafia, donde conviven de por medio vendettas al más puro estilo de la camorra napolitana o la mafia siciliana, pero que no deberían de tener cabida en la sanidad asturiana. 

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EL COMERCIO.- 23 /10/2014

Manuel Matallanas desmantela el equipo de Jaime Rabanal en el Hospital Central

L. F. | GIJÓN
La nueva cúpula del Hospital Central, con Manuel Matallanas al frente de la Gerencia del Área Sanitaria IV, ha desmantelado el equipo que lideró Jaime Rabanal para llevar a cabo el traslado del antiguo HUCA a las instalaciones de La Cadellada con la destitución de las subdirectoras Isabel González y Beatriz Camporro. Los ceses comunicados esta semana se producen casi un mes después de que el propio Rabanal y el director de Atención Sanitaria, Antonio Álvarez, decidieran abandonar sus cargos por discrepancias con los responsables de la Consejería de Sanidad.
Isabel González, subdirectora de Atención Sanitaria y Salud pública, y Beatriz Camporro, subdirectora de Calidad, llevaban dos años en los cargos contribuyendo de manera activa en la aplicación del plan para la puesta en marcha del nuevo HUCA.
La doctora González Fouces estaba encargada, entre otros cometidos, de la gestión del área quirúrgica del área sanitaria de Oviedo, una de las actividades más sensibles del complejo de La Cadellada, y que incluía también el Hospital Monte Naranco. Con anterioridad a estas destituciones, Matallanas había procedido al cese de María Jesús García de la Fuente, directora de Gestión del área sanitaria IV e igualmente persona de confianza de Rabanal.


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