Cuando los pacientes alzan la voz
La mayoría de la veces los ciudadanos desde la perspectiva que nos
proporciona la falta de información contaminada, así como la presión y el
servilismo al que algunos son sometidos, somos capaces de ver con más claridad,
ciertas situaciones que nos pueden afectar de una u otra forma, aportando en
muchos casos un alto grado de objetividad.
Por eso que aquellos que permanecen al pie del cañón, que además piensan
que están bien informados, no se dan cuenta que van siendo contaminados por
situaciones y datos que lejos de ser objetivos, suelen formar parte de la
información que el sistema necesita que salga al exterior para difuminar, intoxicar
y si fuera preciso, entorpecer el desarrollo natural de los acontecimientos, eso
si, en beneficio propio.
Es el caso que nos ocupa en el día de hoy, donde un ciudadano que
además es un paciente, nos aporta su punto de vista sobre unas de las
situaciones kafkaianas que se viven en la sanidad asturiana, por otro lado una
más, que yo desconozco, pero que debido a mi experiencia de estos últimos meses
al frente de mi cruzada particular, considero más equitativa que toda aquella
que nos vinieron dando a día de hoy los medios, los cuales bebieron de fuentes
seguramente contaminadas, en unos casos por una información interesad, al
tiempo que manipulad por alguna de las partes en litigio.
Por eso que hoy adjunto la carta publicada en la edición digital
de La Nueva España, donde un usuario de la sanidad, además de paciente, muestra
desde su experiencia en medio del campo de batalla, los avatares vividos en una
situación donde no deja de ser arte y parte de la misma.
Yo continuo
a la espera de que mi última carta enviada a La Nueva España salga a la luz, me
imagino que estarán contrastando datos y comprobando si lo que digo en ella es
cierto, además solicite que sea incluida en todas las ediciones impresas, creo
que el contenido de la misma es merecedor de ello, y los que seguís mi muro en Factbook
y mi blog, cuando se haga publica, os voy a demostrar con otro documento, -uno
más Faustino-, que mis datos son de toda solvencia, es más cuando levanto el
dedo acusador hacia una persona en concreto, la información y documentos de que dispongo,
siempre la avalan.
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La Nueva España.-27/8/2014
Mi verdad y la marcha del doctor Vallejo
27 de Agosto del 2014 - Miguel Ángel Pérez Juárez (Gijón)
En el año 2003 me diagnosticaron un mieloma
múltiple (cáncer de médula ósea). Después de los ciclos de quimioterapia y
radioterapia en septiembre de 2004 me sometí a un autotrasplante de médula. Una
vez “recuperado” decidí involucrarme como voluntario en una asociación de
pacientes con una única finalidad: dar un poquito de apoyo a otros ofreciendo
mi testimonio a aquellos pacientes y familiares que pudieran estar en mi misma
situación.
Mi vida laboral empezó siendo un niño a los 16
años, estudios los justos, más bien ninguno. Las situaciones y dificultades de
la vida es lo que me han enseñado a ser lo que soy, si es que soy algo.
Nunca me pude imaginar que una vez
diagnosticado de cáncer con 44 años, que me dieran la incapacidad laboral
absoluta y que en un momento de mi vida decidiera dar algo de mí (antes nunca
lo había hecho) a los demás, me fuera a suceder todo lo que he vivido desde el
año 2011, el día 3 de febrero más concretamente. En esa fecha se empezó a
fraguar la marcha del doctor Vallejo y lo más cojonudo que después de todo lo
vivido me siento en parte responsable y casi culpable.
Ha sido un plan urdido a la perfección,
fríamente diseñado y calculado, en el que, “ojo”, son todos en parte culpables,
y cada cual sabe bien a qué me refiero. Nunca olvidaré las palabras que el día
22 de noviembre de 2011 me dijo el que en aquella época era subgerente del HUCA
nombrado por el anterior DESgobierno de Foro del que prefiero omitir su nombre:
“Este hombre (por el doctor Vallejo) terminará marchándose”. Al final lo
consiguieron.
Desde esta fecha, 3 de febrero de 2011, el
intento de manipulación hacia mi persona por parte de TODOS, lo pongo en
mayúsculas puesto es lo que los intervinientes en el acto pensaron, ha sido
brutal, despiadado, de una tiranía sin límites.
Ni que decir tiene que todo ello a un paciente
de cáncer, después de los durísimos tratamientos a los que nos vemos sometidos,
me ha pasado y sigue pasando factura (recaída de mi enfermedad en el año 2012,
como consecuencia de ésta nuevos tratamientos de quimioterapia, trasplante
alogénico en octubre del mismo año…), y también a nivel familiar. La única
causa que me impulsó a “utilizar” a todos los bandos implicados para conocer la
verdad de lo que estaba pasando fueron los pacientes, que han sido mi única
prioridad y que he mantenido y los sigo manteniendo al margen de toda esta
porquería. Es más, ni mi propia familia sabe todo lo sucedido. Si alguna
persona es conocedora, sé que mantendrá la confidencialidad.
Sobre lo que estaba pasando en el Servicio de
Hematología del HUCA durante todo este tiempo me han dicho verdaderas
barbaridades. Hasta los propios inspectores encargados de realizar la famosa
auditoría encargada por el flamante consejero de Sanidad nombrado por el tsunami
del Gobierno de Foro dijeron textualmente: “… se trata de comportamientos
impropios por parte de algunos de los profesionales implicados que se sitúan en
el límite de la ética profesional”, pero es sólo eso, ética, no hay ningún otro
tipo de responsabilidad a pesar de las denuncias presentadas y gravedad de los
hechos.
La historia continuó, ya que puestos los hechos
en conocimiento de la Fiscalía, ésta dijo que “… los hechos denunciados, de
acreditarse su veracidad, no son constitutivos de infracción penal. Se trata en
definitiva del deficiente funcionamiento de un servicio público,
correspondiendo con exclusividad a la administración sanitaria su organización
y eficaz funcionamiento, sin perjuicio de las responsabilidades que pudieran
derivarse de su incorrecto funcionamiento”.
Y en esas estamos: estos comportamientos se han
puesto recientemente, una vez más, en conocimiento de las Autoridades
Sanitarias, del también flamante restituido por Sentencia Judicial Jefe de
Servicio de Hematología del HUCA, señor Menéndez-Tévar, y del Señor Director de
Asistencia Sanitaria del Área Sanitaria IV (es que con tanto cargo ya se pierde
uno), señor Antonio Álvarez, para ver si toman nota y comprueban la veracidad
de los hechos y derivan en las responsabilidades correspondientes para las
personas responsables, tal y como señala la propia Fiscalía y no se quedan en
comportamientos fuera de la “ética profesional”.
¡Enhorabuena! a ciertas hematólogas del
Servicio de Hematología del HUCA -ajenas a la Unidad de Trasplante Hematopoyético-;
enhorabuena, cómo no, a la Unidad de Coordinación de Trasplantes del HUCA,
donde se encuentra entre otros el Coordinador de Trasplantes del Principado con
gran éxito por cierto en la gestión de trasplante de órganos sólidos, pero que
no tiene ni puta idea del trasplante hematopoyético; mi enhorabuena también a
la que fue Directora de Atención al Cáncer, a los antiguos responsables
sanitarios de la pesadilla del Gobierno de Foro y a algunos de los actuales
responsables del HUCA (con parte de los aquí nombrados he mantenido contacto
vía e-mail, por poner dos ejemplos con el que fue Consejero y con el Gerente
del HUCA durante el mandato de aquel Gobierno), Lo habéis conseguido. Habéis
conseguido la marcha de un hematólogo que, con sus virtudes y defectos que los
tiene como todos, pero al que no se le puede poner en duda su capacidad de
trabajo, su entrega y su dedicación, pilares fundamentales para haber situado
al HUCA a los niveles de excelencia en materia de trasplante hematopoyético,
junto con el resto de profesionales que componen la Unidad.
Dicho esto, también quiero expresar y decirte,
doctor Vallejo (ha sido mi hematólogo desde octubre de 2012), que, respetando
tu decisión como no puede ser de otra manera, considero y dicho con todos mis
respetos que la has tomado en el momento más inoportuno y que la forma no ha
sido la mejor. Digo esto sabiendo como sabes perfectamente que soy conocedor de
primera mano de todo lo acontecido durante estos años.
Es lo que conozco y siento, es una parte de la
verdad de lo que ha ocurrido y, quizás, es también un desahogo personal que
necesito. El detonante donde se fraguó el acoso hasta la extenuación que
desencadenó la marcha del doctor Vallejo fue un escrito que presenté con fecha
18 de julio de 2012 en el que solamente pedía que consensuaran las decisiones
antes de transmitirlas a un paciente, únicamente esto, siendo éste quizás el
mayor error que cometí en mi vida porque, en parte, me considero responsable de
su marcha, lo que siento no por mí, sino por los pacientes a los que veo
totalmente hundidos y abatidos. Así que después de todo lo pasado solamente
puedo pedir a los demás pacientes perdón y decir que lo siento. Espero que
algún día todas esas personas que me han metido en esta jauría, si no piden
disculpas, al menos les remuerda un poquito la conciencia de lo que han hecho y
siguen haciendo con un paciente aunque lo dudo puesto que, de lo poquito que yo
tengo que es dignidad, honestidad y respeto, a todos ellos les falta por
completo.
Dado el corporativismo generalizado existente
en la clase médica y los lobbys que los politiquillos de turno crean, pueden
estar tranquilas las fieras que quedan en el circo que si nadie lo remedia
cuando venga la recaída de mi enfermedad, que por lógica tiene que venir, pueden
darse una vez más la satisfacción de un nuevo festín.
Miguel Ángel Pérez Juárez,
Gijón
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