Instauradas y reguladas por primera vez hace 45 años (RD 3110/1977 de 28 de Noviembre), en el inicio de la restauración de la democracia, las guardias médicas perduran aún y constituyen el sistema que garantiza la atención continuada en nuestro país. El Estatuto Marco del año 2003 sustituye el término guardias médicas por jornada complementaria, que pretende cubrir las horas de guardia sin que se consideren horas ordinarias o extraordinarias.
Resisten el paso del tiempo porque suponen una forma muy económica
de tener una cobertura de 24 horas los 365 días del año dado que la
hora de jornada complementaria se paga menos que la de jornada ordinaria. El
salario de la jornada ordinaria es tan ínfimo para la inmensa capacitación requerida
y las enormes responsabilidades asumidas que los facultativos necesitan
las guardias para mantener un poder adquisitivo mínimo.
En base a los dos principios anteriores, ningún político tiene valor para
afrontar este tema, más aún, teniendo en cuenta la fugacidad de nuestros
ministros de Sanidad. La progresiva pérdida de funciones y poder del ministerio
de Sanidad en favor de una descentralización a la que representa para las
comunidades una mayor autonomía, practicidad… y lo que en realidad supone para
el profesional es la consolidación de inmensas desigualdades
laborales y pérdida de movilidad, sin mencionar las
inequidades sufridas por la ciudadanía con diferente accesibilidad a 17
servicios sanitarios.
El planteamiento de médicos trabajando 24h se inició con la idea de la
“expectativa de trabajo”, es decir atender las urgencias que se presentaran
estando presente en el hospital de forma que la asistencia fuera inmediata. La
realidad actual es muy diferente: en infinidad de centros y muchas especialidades suponen
un trabajo a destajo de forma continua, sin descanso. Mención aparte
merecen los servicios de Urgencias modernos que no tienen diferencia en el
trabajo ordinario y la jornada continuada.
El replanteamiento del modelo de las guardias de 24 horas debe hacerse
desde tres perspectivas:
En primer lugar, ¿es lógico y justo que un médico deba hacer
jornadas de 24 horas para conseguir unos ingresos que mejoren su paupérrimo
salario? La respuesta está en la falta de médicos que asola nuestro
sistema. Absurdo: 6 años de carrera, un examen MIR y 4-5 años de
especialización, suponen un esfuerzo y un nivel de responsabilidad cuya
retribución y consideración que están muy alejadas de las retribuciones y
condiciones de ejercicio de los países de nuestro entorno. España cuarto país
con menores retribuciones de los países de la OCDE.
Segundo, ¿es seguro para el paciente y proporciona la calidad
óptima que requieren la atención médica en un país como España? No lo
es.
Tercero, ¿es inocuo para el médico realizar esas extenuantes
jornadas? Bien al contrario: está más que demostrado que producen
incremento en las tasas de cáncer colorrectal y de mama, de infarto de
miocardio, HTA, estrés, alteraciones del sueño en la inmensa mayoría,
cansancio, limitaciones de la conciliación familiar y un largo etcétera.
Recordamos algunas de las características de las guardias. Para empezar,
son obligatorias. Esto significa que desde los 25 años que se empieza en la
residencia MIR hasta los 55 suponen 30 años haciendo guardias:
5 guardias /mes x 11 meses durante 30 años suponen unos 1.650
días, es decir, 4,5 años de tu vida dentro del hospital, además de la jornada
ordinaria. Incluyendo fines de semana.
A pesar de ser una retribución fija, aunque variable, no se
computan en las prestaciones por IT (baja laboral) por lo que
cualquier accidente casero, de tráfico o enfermedad supone una merma de
ingresos muy importante, hasta el 40% de lo percibido en el sueldo
habitualmente. Este punto está en recorrido jurídico y se espera su resolución
a favor de los profesionales.
Su tiempo no computa como tiempo trabajado para la jubilación y
su retribución es inferior a la hora de jornada ordinaria y presenta
importantes variaciones entre comunidades, situándose la Comunidad de Madrid
entre las peor retribuidas (la 13º de las 17 comunidades, un 11% por debajo de
la media y un 25% menos que la mejor pagada, en Murcia) siendo la comunidad más
cara para vivir.
Queda patente, 45 años después, la imperiosa necesidad de establecer
mejoras en las condiciones de las guardias médicas. El primer paso es
dignificar la guardia: démosle una retribución adecuada, incluyámosla
en la baja laboral. Pongamos un sistema que permita mantener
todo el poder adquisitivo cuando alcances los 55 años (a esta edad no
deberían hacerse guardias y después de 30 años es más que merecido). Contabilicemos
el tiempo de la guardia para la jubilación anticipada, aplicando factores
de corrección teniendo en cuenta la nocturnidad y que se trata de profesiones
de riesgo. Y asimismo, premiemos la cobertura de incidencias en la atención
continuada, tan frecuente.
El segundo paso es establecer un nuevo modelo: guardias de 12 horas
pagadas de forma adecuada, manteniendo los ingresos y con flexibilidad por
centros y servicios para poder hacer 24 horas cuando sea razonable y con
carácter voluntario. Para ello será necesario ampliar las plantillas. Sería
medicina de calidad.
Hay que garantizar el descanso adecuado y el respeto a la
legislación europea y española que limita las horas de trabajo. Y, por
último, establezcamos un sistema que garantice al médico sus
ingresos si una enfermedad o accidente le impida hacer las guardias,
temporal o definitivamente.
GUARDIAS DIGNAS = PROFESIONALES SATISFECHOS Y MOTIVADOS= MEDICINA DE
CALIDAD = USUARIOS SATISFECHOS = GANANCIA DE SALUD
Pablo Cereceda delegado de Amyts, y
Javier Ortega presidente de atención hospitalaria de Amyts
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