El sindicato Satse advierte de que la escasez de personal afecta a la
calidad de la asistencia: La situación es caótica»
La falta de
enfermeras en el servicio de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA)
ha provocado que la gerencia haya comenzado a suspender vacaciones de la
plantilla que ya estaban concedidas. Así lo asegura el sindicato de enfermería
Satse, cuya presidenta, Belén García, llegó a calificar la situación de
«caótica».
Actualmente,
en la plantilla del ERA, un organismo autónomo con un volumen de negocio de 150
millones de euros, que atiende a 3.600 usuarios, cuenta con 1.500 empleados y
dispone de 26 centros, hay 120 enfermeras. «Están bajo mínimos de por sí, pero
la situación está empeorando», lamenta García. No solo eso, sino que esta
escasez de profesionales está afectando ya «a la calidad de la asistencia, que
se está viendo resentida». Todo ello pese a que «las enfermeras tratan de tirar
por ello». En opinión de la presidenta del Satse, «es algo que la gente tiene
que saber».
Para
impedir la merma en la calidad asistencial de la que alerta el sindicato, cifra
«como mínimo» en 200 profesionales las necesidades de la plantilla de
enfermeras. «Las residencias grandes están mejor nutridas, pero en las
pequeñas, en la mayoría de los turnos hay únicamente una enfermera para más de
noventa residentes», señala García. A esto hay que añadir que «el perfil del
usuario ha cambiado mucho en los últimos cinco años». Si antes los residentes
en estos centros públicos eran en su gran mayoría ancianos que se encuadran
bajo la denominación de 'válidos', es decir, con un alto grado de autonomía,
los ancianos que residen en los geriátricos del ERA tienen ahora un marcado
perfil dependiente, con la consiguiente presión añadida sobre la plantilla. Una
consecuencia directa de la escasez de profesionales en plantilla es que
actualmente «se están suspendiendo vacaciones que ya estaban concedidas», algo
que en algunos casos se comunica a los afectados «con apenas una semana de
antelación».
Esta
«vulneración de los derechos de los trabajadores» no se debe únicamente,
reflexiona García, a la falta de enfermeras en las bolsas de empleo, sino a que
el servicio adolece de una «gran falta de organización y planificación». «Si
ofrecieran contratos más largos y estables y planificaran las vacaciones con
tiempo, aunque hubiera un problema de personal no sería tan grave», opina. Las
bolsas de demandantes de empleo están agotadas. Esta situación también ha
tenido consecuencias para las enfermeras del Sespa, donde «aunque de momento no
consta que se haya denegado ningún permiso de vacaciones, sí han dejado de
otorgarse los permisos sin sueldo que antes se daban sin problema», asegura
Belén García. Pero preocupan aún más «las revisiones de las reducciones de
jornada que se están efectuando, una situación grave y que vamos a judicializar
porque aquí ya se trata de interferir en la conciliación familiar».
Según
las cifras que maneja la organización sindical, actualmente hay 361 camas
cerradas en los hospitales asturianos. En el de Cabueñes permanecen clausuradas
dos plantas a pesar de que a día de ayer había veinte pacientes por encima del
aforo, lo que obligó, según la Junta de Personal del centro, a instalar una
tercera cama en seis habitaciones y convertir en doble doce estancias
individuales.
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