jueves, 8 de agosto de 2019

Los trabajadores del ERA, anda o revienta

La falta de enfermeras en residencias del ERA obliga a suspender vacaciones
El sindicato Satse advierte de que la escasez de personal afecta a la calidad de la asistencia: La situación es caótica»
La falta de enfermeras en el servicio de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) ha provocado que la gerencia haya comenzado a suspender vacaciones de la plantilla que ya estaban concedidas. Así lo asegura el sindicato de enfermería Satse, cuya presidenta, Belén García, llegó a calificar la situación de «caótica».
Actualmente, en la plantilla del ERA, un organismo autónomo con un volumen de negocio de 150 millones de euros, que atiende a 3.600 usuarios, cuenta con 1.500 empleados y dispone de 26 centros, hay 120 enfermeras. «Están bajo mínimos de por sí, pero la situación está empeorando», lamenta García. No solo eso, sino que esta escasez de profesionales está afectando ya «a la calidad de la asistencia, que se está viendo resentida». Todo ello pese a que «las enfermeras tratan de tirar por ello». En opinión de la presidenta del Satse, «es algo que la gente tiene que saber».
Para impedir la merma en la calidad asistencial de la que alerta el sindicato, cifra «como mínimo» en 200 profesionales las necesidades de la plantilla de enfermeras. «Las residencias grandes están mejor nutridas, pero en las pequeñas, en la mayoría de los turnos hay únicamente una enfermera para más de noventa residentes», señala García. A esto hay que añadir que «el perfil del usuario ha cambiado mucho en los últimos cinco años». Si antes los residentes en estos centros públicos eran en su gran mayoría ancianos que se encuadran bajo la denominación de 'válidos', es decir, con un alto grado de autonomía, los ancianos que residen en los geriátricos del ERA tienen ahora un marcado perfil dependiente, con la consiguiente presión añadida sobre la plantilla. Una consecuencia directa de la escasez de profesionales en plantilla es que actualmente «se están suspendiendo vacaciones que ya estaban concedidas», algo que en algunos casos se comunica a los afectados «con apenas una semana de antelación».
Cabueñes, con dos plantas cerradas este verano, se ve obligado a instalar camas supletorias
Esta «vulneración de los derechos de los trabajadores» no se debe únicamente, reflexiona García, a la falta de enfermeras en las bolsas de empleo, sino a que el servicio adolece de una «gran falta de organización y planificación». «Si ofrecieran contratos más largos y estables y planificaran las vacaciones con tiempo, aunque hubiera un problema de personal no sería tan grave», opina. Las bolsas de demandantes de empleo están agotadas. Esta situación también ha tenido consecuencias para las enfermeras del Sespa, donde «aunque de momento no consta que se haya denegado ningún permiso de vacaciones, sí han dejado de otorgarse los permisos sin sueldo que antes se daban sin problema», asegura Belén García. Pero preocupan aún más «las revisiones de las reducciones de jornada que se están efectuando, una situación grave y que vamos a judicializar porque aquí ya se trata de interferir en la conciliación familiar».
Según las cifras que maneja la organización sindical, actualmente hay 361 camas cerradas en los hospitales asturianos. En el de Cabueñes permanecen clausuradas dos plantas a pesar de que a día de ayer había veinte pacientes por encima del aforo, lo que obligó, según la Junta de Personal del centro, a instalar una tercera cama en seis habitaciones y convertir en doble doce estancias individuales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario