El Principado no
logra cumplir su propio decreto sobre tiempos máximos de espera sanitaria
La cifra de pacientes que aguardan más de seis meses para operarse aumenta.
En mayo había en esta situación 462 personas frente a las 445 del inicio de la
legislatura
Los hospitales asturianos suman hoy más pacientes en
las listas de espera para operarse que hace cuatro años.
Además, la demora media para pasar por quirófano es
ligeramente mayor y el número de personas que aguardan más de seis
meses -límite que el propio Principado fija como asumible- también ha
crecido. Tres de tres. El decreto sobre garantía de tiempos máximos de acceso a
las prestaciones sanitarias del Servicio de Salud del Principado,
información sobre listas de espera y Registro de Demanda
Asistencial del Principado de Asturias, que entró en vigor el pasado
noviembre, no ha podido solucionar los problemas que padece la Sanidad pública,
a pesar que dicho decreto nació para solventarlos. La transparencia, sin
embargo, sí ha mejorado notablemente durante los últimos ejercicios.
El pasado mes de mayo había 22.666 personas en la lista de espera
quirúrgica. De ellas, 19.127 pertenecían a la llamada espera
estructural, que se refiere a aquellos pacientes que, en un momento dado,
se encuentran en situación de ser intervenidos quirúrgicamente y su espera es
atribuible a la organización y los recursos disponibles en el servicio de
salud. Es decir, se omiten las operaciones que no se pueden programar de forma
transitoria y los pacientes que han rechazado su traslado a centros
alternativos. La cifra de espera estructural es pues ligeramente superior a los
18.180 contabilizados en junio de 2015, recién aterrizado Francisco del
Busto como consejero de Sanidad, en la que fue la segunda legislatura
del socialista Javier Fernández. El tiempo medio para ser intervenido era al
inicio del mandato de 63 días. En cuatro años, la demora media ha
aumentado en algo más de cinco días, hasta los 68,05.
Por otra parte, en 2015 un paciente llegó a esperar un máximo de 337 días
para ser operado. Esa cifra la rebasó en mayo de 2019 otro enfermo que aguardó
364 días. Un año menos un día.
El decreto llegó junto al compromiso del Gobierno regional de atajar un
problema difícilmente contenible. El objetivo era que el tiempo de espera
máximo para una primera consulta o para someterse a una mamografía, una
resonancia, una ecografía, una colonoscopia o un TAC no sobrepasase los dos
meses de espera y que las intervenciones de cirugía cardiaca y cataratas,
histerectomías e implantaciones de prótesis de cadera y rodilla no superasen
los 180 días. Sin embargo, el objetivo del Principado era que ningún paciente
sufriese una demora mayor a la que la ley reconoce solo para determinados procesos.
Consultas
En mayo, la demora media estructural para una consulta de anestesia y
reanimación superó los 141 días, casi de cinco meses. En genética la demora se
situó en 88 días; en traumatología 85; en urología 71,5, y en oftalmología,
60,39. Todas ellas, incumpliendo el decreto.
Las listas de espera fueron caballo de batalla durante toda la legislatura.
Hubo, incluso, una comisión parlamentaria que dio lugar a 50 sesiones, más de
doscientas horas de reuniones, 99 comparecencias en la Junta, 173 solicitudes
de información y 7.000 folios de documentación. En las conclusiones del
dictamen, aprobadas por todos los grupos de la Junta a excepción del PSOE, se
apuntaba al anterior consejero de Sanidad, Faustino Blanco, y al exgerente del
Sespa, Tácito Suárez, como responsables políticos del «apagón» informativo «en
su beneficio», sobre las listas de espera entre junio de 2014 y septiembre de
2015. Aunque también se hizo extensible esa responsabilidad a los que fueron
sus sucesores, Francisco del Busto y José Ramón Riera.
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