Expedientan a un médico en
Candás por dilatar el tiempo de sus consultas
Se trata de
una de las dos vacantes del centro de salud; Pablo Bustamante busca apoyos para
recuperar su puesto tras ser suspendido del servicio
La Gerencia
Área Sanitaria V del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa)
decidió suspender del servicio al médico de Atención Primaria del
centro de salud de Candás Pablo Bustamante. La sanción aplicada al
facultativo obedece a los reiterados retrasos en el tiempo empleado en las consultas
de sus pacientes. Es por esta razón por la que fue expedientado a tenor
de los informes facilitados a la gerencia por el centro candasín por parte de
algunos usuarios. En los mismos documentos se plantean otras quejas como el
alejarse de los motivos médicos que se tienen que tratar en el transcurso de
las consultas.
Esta
decisión de la gerencia del Sespa ha suscitado una gran polémica entre la
comunidad vecinal de Candás. Y no solo por apartar al médico de su puesto, «sino
porque se toma una decisión que afecta a cientos de vecinos que precisan de
atención sanitaria al quedar sin dos plazas de médicos al mismo tiempo sin
planificar su sustitución», comenta uno de los pacientes del doctor Pablo
Bustamante.
«Desconocía
personalmente la existencia de estas quejas, pero lo más llamativo del
informe recibido es que incumplo el plazo de siete minutos que empleo con mis
pacientes, siendo el promedio de diez minutos, según consta en informe que
recibí el pasado día 12 de este mes», explica el doctor. «Si mi culpa
es la de charlar con mis enfermos de manera distendida mientras pasan consulta
y me prolongo el tiempo que sea necesario para efectuar las revisiones que sean
precisas, no puedo entender esta sanción», añade. Pero lo peor de esta
situación es que durante el tiempo que dure la sanción quedará suspendido de
empleo y sueldo. «Soy una persona que tengo personas a mi cargo, esposa, una
hija y mi madre, por lo que necesito esos ingresos. Soy un profesional de la
medicina con una larga trayectoria en el ejercicio y siempre me responsabilicé
de mis pacientes, atendiendo sus demandas a domicilio y fuera de la jornada
laboral sin recibir la menor queja. A mis 62 años, no puedo quedarme en la
calle», lamenta el facultativo.
Ante esta
delicada situación personal, Bustamante la pasada semana inició una campaña de
recogida de firmas con la finalidad de recabar los apoyos de sus pacientes y
vecinos. «Solo busco con ello demostrar la excesiva gravedad que se aplica en
mi caso como médico de familia que soy, solo por emplear más tiempo del debido
con los más de 1.400 pacientes», subrayó.
«Desde hace
seis años que presta el servicio en Candás, mi familia está muy satisfecha
desde el primer momento con el trato recibido por este médico del que solo
podemos decir que es un gran profesional», señala el empresario Ricardo Solís,
mientras rubricaba su firma de apoyo al médico suspendido del servicio.
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