En primer lugar decir como usuario de la Sanidad pública, que es una vergüenza que la justicia española tarde más de tres años en emitir una sentencia. No es menos cierto que la desvergüenza que demuestran los gestores de la Sanidad pública asturiana sobrepasa con creces todos los limites establecidos. Pues no contentos con llevar a cabo una caótica gestión, cuando por desgracia surgen problemas de extrema gravedad, como puede ser el fallecimiento de un paciente por falta de atención, son incapaces de reconocer el fallo, metiendo a las familias de los fallecidos en cuantiosos litigios, que como se esta viendo una y otra vez, son ganados por estos últimos, saliendo casi siempre el Sespa condenado a pagar suculentas cantidades.
El Sespa está gestionado desde hace años por un grupo cerrado de apesebrados con carne de partido, cuando no, son afines al sindicato más corrupto de Asturias y de España. Ellos hicieron del pesebre una forma de vida. Son también conocidos como los profesionales del chiringuito.
Por lo tanto no debería de extrañar a nadie, que las resoluciones de todos estos litigios, en su mayoría sean condenatorias, teniendo que pagar el Sespa cuantiosas indemnizaciones, que bien administrada podían resolver algunos problemas de los existentes hoy en la Sanidad pública. Claro que como el dinero no es de nadie,... así nos luce después el pelo a los asturianos.
ooOoo
Condenan al
Servicio de Salud del Principado por la muerte de una paciente que se atragantó
con su saliva
El TSJA falla que Sanidad tendrá que pagar 67.000 euros al entender que el
HUCA no actúo de modo correcto ante los síntomas que presentaba la mujer
El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha condenado al
Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) a indemnizar con 67.000
euros a la familia de una mujer de 58 años que falleció en 2015 en el HUCA.
Según afirma el juez en el auto, la paciente acudió hasta en tres ocasiones al
centro hospitalario durante el 31 de diciembre de 2015 aquejada de una quemazón
en las manos y la lengua, entumecimiento de miembros inferiores y dificultad
para hablar. La tercera vez que fue al HUCA, los médicos decretaron su ingreso
en planta. Durante varias horas la paciente alertó de que se estaba ahogando
con su saliva y de que no podía respirar. En vista a estos síntomas, la
enfermera a cargo procedió a aspirarle en varias ocasiones, lo cual no fue
suficiente. Al cabo de unas horas la mujer quedó en muerte cerebral. Apenas un
mes después, falleció.
No ha sido hasta cuatro años después de que la familia interpusiese la
denuncia, cuando el TSJA reconoce, en una sentencia que ya es firme, que los
síntomas de la paciente eran criterios que orientaban a una «alta probabilidad
de precisar intubación». Por ello, el juez considera que la mujer debía haber
sido «vigilada en una unidad de cuidados intensivos» y no en planta. Por este
motivo, el Sespa tendrá que indemnizar tanto al viudo como a los dos hijos de
la fallecida.
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