La realidad que hay detrás de los
trasplantes se oculta a la ciudadanía, sustrayéndola del derecho a una
información transparente y veraz
Los registros que publica el Consejo
de Europa dando cuenta de la actividad mundial de donación y trasplante de
órganos, desmienten sin paliativos el escenario triunfal que la Organización NAcional de Tranasplantes (ONT)
y el Ministerio de Sanidad despliegan todos los años al presentar los
resultados del sistema español de trasplantes.
Un desmentido
rotundo pero ignorado por los medios (tan críticos en otros asuntos), los
colegios de médicos, las organizaciones profesionales y los sindicatos. Contemplamos
atónitos que nadie impugne la crónica de
la Administración, nadie cuestione su impostura y asistan todos
calladamente a la representación.
La realidad que hay detrás de los
trasplantes se oculta a la ciudadanía,sustrayéndola del derecho a una
información transparente y veraz. Una suerte de omertá encubre
el fraude que sostiene y alimenta el sistema español de trasplantes, un fraude
que hay que descubrir en todas sus variantes: Fraude informativo.
La ONT acaba
de afirmar por enésima vez que España es líder mundial en
trasplantes durante 27 años consecutivos. Radicalmente falso.
Solo posee el título desde 2015. Antes lo fueron Austria (11 años), Estados
Unidos (9), Bélgica (3) y Noruega (2). Es decir, la Administración se adjudica
fraudulentamente un récord inexistente. Pero más grave aún es omitir que Estados
Unidos realiza casi tantos trasplantes con 33% menos donantes,
mejor elegidos: los donantes no útiles (13%) y los órganos desechados (24%) en
España son el triple y el doble porque más de la mitad de los donantes tienen
más de 60 años (el 31% más de 70 y el 9% más de 80), mientras que en Estados Unidos
solo la cuarta parte tienen más de 50 años (el 4.9% más de 65). Aparte de su
ineptitud en exceso, los trasplantes de órganos envejecidos presentan más
rechazo agudo y más complicaciones.
“La ineficiencia del modelo español está ligada a la
existencia de jugosos incentivos por proceso que perciben médicos, enfermeras y
coordinadores”
Un análisis detallado de la
supervivencia de estos trasplantes, demandado hace nueve meses
en 'The New England Journal of Medicine' por eminentes cirujanos de la Universidad
de Harvard y el Hospital Johns Hopkins, resulta capital antes de ponderar la
política de donación de órganos en nuestro país. Pero la ONT no incluye estos
datos en sus memorias de actividad. Tampoco la evolución comparada de la lista
de espera: mientras que en España apenas ha sufrido variación, en Austria,
Bélgica, Holanda, Reino Unido o Croacia ha disminuido en los últimos 15 años
entre un 20% y un 50%. Lo cual significa que un paciente tiene cada
vez menos probabilidad de ser trasplantado en España que en otros países
europeos.
Una realidad
incómoda que las autoridades han ocultado a la opinión pública al tiempo que sostienen
con trofeos espurios la creencia en una supuesta excelsitud del
sistema. Fraude presupuestario. La ineficiencia del modelo español está
íntimamente ligada a la existencia de jugosos incentivos por proceso que
perciben los médicos, enfermeras y coordinadores de trasplantes (unos 1.000
profesionales en todo el país). Gracias a estos incentivos, únicos e
irregulares en el Sistema Público de Salud, sus nóminas duplican y hasta en
ocasiones triplican las de los demás profesionales.
“Las consejerías de Sanidad pactan partidas sin control
presupuestario con los hospitales, al margen de parlamentos y gobierno
autonómicos”
El resto de empleados, aún pudiendo
realizar un trabajo tanto o más meritorio (por poner solo un ejemplo, cirugía
neonatal de alta complejidad en malformaciones congénitas de la vía aérea,
pulmonar y digestiva), solo cobran el salario ordinario sin incentivos extra. La
ONT no explica la razón por la que los trasplantes deban ser considerados una
tarea que haya que separar del resto y remunerar aparte. Pues
es claro que no solo de trasplantes depende la salud de los ciudadanos. Sin
embargo, se destinan cuantiosos fondos, cerca de 100 millones de euros al año
(más de 2.000 millones en los 30 de historia de la ONT), para potenciar y
estimular financieramente esta actividad en detrimento de un
sistema público de salud abrumado por numerosas
necesidades insatisfechas (con dicha cantidad podría dotarse, por ejemplo, un
hospital público de 200 camas).
Unas partidas
sin control presupuestario, pactadas por las consejerías de Sanidad con los
hospitales al margen de los parlamentos y los gobiernos autonómicos. Y que
adolecen de graves deficiencias denunciadas, entre otros, por la Cámara de
Comptos de Navarra, la Intervención General de Asturias y la Cámara de Cuentas
de Aragón, cuyos informes consideran no ajustados a la
legalidad los incentivosque perciben los profesionales de los
trasplantes. En suma, irresponsabilidad financiera por valor de millones de
euros, un fraude de ley que sobrevive a los distintos gobiernos y
administraciones sin que nadie considere pertinente desmontar. Fraude ético.
Los incentivos por proceso son moralmente inadmisibles.
“Tanto el Juramento hipocrático como el Código de ética y
deontología médica condenan el lucro a expensas del altruismo de los donantes”
Un sistema de 'pago por acto'
incentiva a hacer más, sea o no necesario, justo lo contrario de lo que se
necesita para tratar de contener el gasto evitable (el que
no aporta valor al paciente). Ningún país occidental admite estos incentivos, y
en el caso de los países nórdicos los prohíben estatutariamente. Discriminan a
unos profesionales frente a otros y genera graves desigualdades. Además, se
sufragan de manera encubierta.
En Andalucía
se paga casi 3.000 euros por cada donante detectado, 1.500 por cada órgano
extraído y entre 4.500 y 8.000 por cada órgano implantado. Si fueran tan
legítimos como afirma la ONT, ¿por qué se ocultan
deliberadamente a las familias cuando se les solicita el consentimiento para la
donación? La declaración de potenciales conflictos de intereses
es una obligación deontológica. Tanto el Juramento hipocrático como el Código
de ética y deontología médica condenan el lucro a expensas del altruismo de los
donantes. ¿A qué esperan los Colegios de Médicos, con la Organización Médica Colegial
al frente, para intervenir en un asunto que es de su plena incumbencia?
Rafael
Bornstein Sánchez, Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela
Fuente documental:
https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2019-03-03/trasplantes-ont-espana_1858730/?fbclid=IwAR0xqatkrFvfV3QSq55Vtto7xHjpVhHlGXbt92nfqW78TGctSJ8qbs7705g
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