Son ya demasiadas las ocasiones, independientemente del área sanitaria en que nos encontremos, donde a los familiares de los pacientes no nos cuadran algunas de las situaciones vividas, las cuales se repiten una y otra vez.
Hoy de nuevo aparece en el diario La Nueva España otra carta, la cual reproducimos a continuación. Por medio de ella, se quiere sacar a la luz pública, otra de esas situaciones que se vuelven kafkianas, pero que ya son desgraciadamente demasiado frecuentes, por lo que alguien debería de tomar las medidas oportunas.
Hoy es de nuevo en el HUCA, pero bien pudiera extrapolarse a cualquier otro hospital de la red pública de nuestra región.
Para el SESPA y sus gestores, los pacientes no dejamos de ser un número en una historia clínica. Pero dadas las precarias circunstancias que nos toca vivir, ahora somos también un número en una de las múltiples listas, que gracias a la pésima gestión realizada por ellos, y consentida por otros, nos toca padecer a “casi” todos los ciudadanos.
Ser paciente hoy día en Asturias, es como mínimo comparable, al juego de la ruleta rusa. Pues dependiendo de las prestaciones que uno necesite, y de la humidad que se respire en el servicio donde nos van atender, podemos estar hablando de días, semanas, meses, o incluso de años de espera.
Pero cuando llega el momento de ser atendido, es necesario hasta tener suerte, y rezar para que no se tuerza con alguna “urgencia imprevista” nuestra intervención programada, ya que después de haber soportado una larga espera de varios meses, no siempre se puede realizar. No es la primera vez que un paciente es enviado a casa después de llevar ingresado varias horas. Y tampoco sería la primera vez que en un intento de rizar el rizo, alguno de ellos, tuviera que soportar que hasta en dos ocasiones que se le hiciera pasar por el mismo trance. Demostrando con ello, una total falta de sensibilidad por parte de quien debería de intervenirlos, pero sobre todo, por los responsables de la gestión del centro hospitalario, pues nada ocurre por casualidad.
Esto nos lleva de nuevo a la situación que hoy se denuncia. Una paciente de elevada edad, la cual posiblemente ocasiona un elevado gasto sanitario a las arcas regionales,…. etc. etc. Pero es que también nos encontramos con otro tipo de ahorros en el gasto sanitario, como pueden ser la disponibilidad de camas, por eso el apuro en dar las altas hospitalarias. Cada día es más frecuente un corto periodo de estancia en el hospital, con ello se está evitando otro gasto sanitario, el que ocasiona la cama de un hospital ocupada. A esta lista tenemos que añadir los recursos materiales, una demanda que llevan haciendo los profesionales desde hace tiempo, y que a pesar de las muchas denuncias surgidas, a día de hoy la administración continúan haciendo caso omiso. No podemos olvidar el ahorro que propicia el bloqueo de algunos tratamientos, o el de los consumibles más imprescindibles en el día a día, tales como los pijamas de los pacientes, las batas de los profesionales, el ajuar de las camas y un largo etc., con el cual se busca evitar el gasto.
Si a todo esto unimos la escasez de personal, el agotamiento que este sufre, y no solo físico, sino que también mental, al estar sometidos a una fuerte presión asistencial, las consecuencias son las que son. Y con ello no quiero disculpar a los profesionales que atendieron a la paciente que se menciona en la cara, ni mucho menos. Quiero con ello explicar, que las situaciones que en algunos caso nos toca vivir como pacientes o familiares de los mismos, las cuales nos llaman poderosamente la atención, tiene en si una explicación lógica.
Para los gestores de la administración sanitaria esto no es lo más importante, claro que para los que les toca vivir este tipo de situaciones,.. eso que se lo pregunten a ellos.
------------------------------------------------
La Nueva España.- 6 de Marzo de 2016
Mi experiencia en el HUCA
Josefa Velázquez Suárez (Oviedo)
El pasado 12 de febrero, acudí con mi madre de 91 años a urgencias. Tras un par de horas en que me informaron de que tenía la vesícula inflamada y estaban realizándole pruebas, una médica me avisa de que le van a dar el alta. Me dice que la inflamación puede deberse a algún medicamento, pero que, por lo demás, todo está bien y que nos podemos ir. A mí me extrañó, ya que lo lógico es que mirasen qué causaba esa inflamación. Al momento (estando a la espera de firmar el alta), vuelve la misma médica a decirme que, por favor, la disculpe, que se trata de un error, que "miraron mal las carpetas" (cito textualmente) y que debía seguir en urgencias. ¡Me parece increíble un error así! ¿Qué hubiese ocurrido si llegamos a irnos a casa? Y es que, finalmente, mi madre se quedó ingresada en planta, el sábado empeoró y fue operada de urgencia por una "colecistitis aguda gangrenosa".
Por si esto fuera poco, tras una semana ingresada, al volver a casa nos damos cuenta de que tiene varias llagas por la zona de las nalgas. Me parece totalmente indignante que nadie nos haya comunicado nada, ¡no sabíamos nada! Las llagas no salen de un momento a otro, las auxiliares, al cambiarla, deberían haberlas visto y avisado tanto a nosotros como a enfermería. Simplemente, le habían puesto una especie de parche, como para ocultarlas. No creo que se deba mandar a casa a una persona estando aún así y siendo de edad tan avanzada. ¡Es vergonzoso!
A pesar de que nos habíamos ido agradecidos por el trato recibido, estas situaciones dejan bastante que desear. Espero que los responsables tomen medidas al respecto, ya que me parecen errores imperdonables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario