Habla quien de esto sabe y no toca
de oído como hacen otros desde sus despachos.
Habla quien un día tras otro esta a
pie de obra viendo, pero sobre todo padeciendo la pésima gestión de unos médicos
metidos a gestores sanitarios.
Habla quien sufre de impotencia por
no poder ejercer su profesión como le hubiera gustado, Dando el cien por cien
de sus conocimientos adquiridos a lo largo de los años, para proporcionar al
paciente los mejores cuidados.
Habla quien tan solo pide que la
racionalidad y el sentido común vuelva a la sanidad pública asturiana, ahora en
manos de políticos que nada saben de sanidad.
Habla quien tan solo pide un mejor
reparto de los fondos públicos, no para beneficio propio.
En definitiva, habla quien también
sufre los recortes, pero al mismo tiempo, vive preocupada de que esos mismos recortes,
en un momento determinado, pueda propiciar una desgracia en su entorno laboral,
la cual a buen seguro a los gestores poco o nada les va a preocupar
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¿A QUIEN QUIEREN ENGAÑAR?
Recién inaugurado el nuevo HUCA se
hizo una provisión de personal de enfermería para pacientes en camas
"normales" de unidades de hospitalización. Estas camas de ocupación convencional
suponen una media de 32 por unidad de hospitalización. El resto de camas hasta
una ocupación de hasta 44 camas y con una ubicación concreta en determinadas
habitaciones, son las llamadas supletorias o "inhabilitadas
estructurales".
Según las normas funcionales para la gestión de
camas, solo se podrán ocupar las camas supletorias en situaciones de ocupación
elevada y siempre que se hayan agotado las posibilidades de ocupación de todas
las camas normales. Hasta aquí parece una forma de proceder razonable, pero
habida cuenta de que la "ocupación elevada" no es una excepción si no
la norma habitual, nos encontramos con que el mismo personal adjudicado para
atender a 32 pacientes, tiene que hacerse cargo habitualmente de hasta 44
pacientes.
Sumado
a esto y como consecuencia de la citada norma "Ocupar prioritariamente
camas normales", cada vez que excedemos el número de camas convencionales
(que es casi siempre), en el momento en que estas se desocupan, nos vemos
obligados a trasladar al paciente de la "supletoria" a la
"normal", para que a continuación nos ingrese otro paciente en la
supletoria que a su vez acabamos de trasladar y así sucesivamente. Y el remate
del despropósito acontece en los fines de semana, durante los cuales no podemos
hacer traslados, por lo que si tenemos las camas "supletorias"
ocupadas y tenemos habitaciones "normales" libres, se nos ocupan
estas últimas con nuevos ingresos sin importar el número de camas totales
ocupadas; dándose la circunstancia de que podemos tener una ocupación de 40
camas mientras la unidad de al lado sólo tiene 30, pero no admite más pacientes
porque tiene inhabilitadas 10 camas de las llamadas "supletorias".
Entonces
es cuando apelando al sentido común, una intenta razonar con
"Admisiones" explicándole que aunque exista esta puñetera norma de
las camas supletorias, estamos en un hospital y lo que debe regir es el
criterio clínico, y que el paciente que me quiere ingresar va a estar mejor
atendido en la unidad que tiene 3 enfermeras para 30 pacientes que en la mía
que con el mismo número de enfermeras ya tenemos 41 pacientes y ya no damos
abasto.
Pero
claro está que la administrativo no establece las normas sólo las cumple y
aunque entiende mi razonamiento se ha de regir por las normas que dictan sus
superiores. El problema está en que los "superiores" establecen las
normas PERO NO LAS SUFREN.
Las
sufrimos las enfermeras y por supuesto los pacientes.
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