sábado, 6 de febrero de 2016

“Día Mundial del cáncer” SI, pero y los otros 364 días ¿Qué hacemos?



 El pasado día 4 de febrero fue declarado como el “Día Mundial del cáncer”. Es una pena que solo nos acordemos de Santa Bárbara cuando truena. Pero desgraciadamente para la humanidad, con más frecuencia de la que desearíamos, nos vemos en la obligación de recordarlo a diario. Y si no lo hacemos, con tan solo mirar a nuestro alrededor, seguramente que podemos palpar su presencia. Un vecino, un amigo o un familiar, se encargaran de mostrarnos la cruda realidad, la cual está muy presente en nuestra sociedad, seguramente más de lo que cualquiera hubiera deseado, y cuando llega, no pregunta si estamos dispuestos a aceptarla.
El “Día Mundial del cáncer” a mi modo de ver, son los 365 días del año, pues a cada segundo que pasa, en algún lugar del mundo, se está comunicando a un nuevo paciente, que la enfermedad llamó a su puerta. Pero al mismo tiempo, son miles de pacientes los que reciben el alta hospitalaria. En la inmensa mayoría de los casos, tras un periodo de lucha a brazo partido, donde la entereza del enfermo y el apoyo incondicional del oncólogo, permiten que hoy día, miles de pacientes se puedan reincorporar a la sociedad, en la inmensa mayoría de los casos, sin apenas secuelas.
Padecer la enfermedad no debería de asustarnos, pues según marcan los estudios estadisticos en España, una de cada dos personas padecerá la enfermedad en algún momento de la vida. Claro que por el contrario, a día de hoy, la patología en sí, tiene un porcentaje de supervivencia que se ha multiplicado por tres desde los años setenta, gracias a los avances en cribado, diagnóstico precoz y a la mejora de los tratamientos.
Hoy día ya sabemos que el envejecimiento en muchos casos va unido a la patología. En buena parte, debido al deterioro que sufren las células de nuestro organismo, las cuales dentro de ese periodo de envejecimiento, realizan mutaciones que terminan por permitir que se desarrolle la enfermedad.
Otros factores que intervienen son los relacionados con el medio ambiente, principalmente debido a la contaminación de las zonas industriales, donde está ya demostrado que las partículas en suspensión del aire que respiramos, son portadoras de altos contenidos de toxicidad, dando pie a un buen número de estudios científicos, que terminaron por demostrar, que son el punto de ignición para desarrollar la enfermedad.
De otro lado están los hábitos saludables, como una alimentación sana, la práctica diaria del ejercicio físico moderado, todo ello esta demostrando que nos permiten asegurar a día hoy, una mejor calidad de vida. Por su parte entre los factores de riesgo, están la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaquismo y la exposición a los rayos del sol y una vida sedentaria.
Pero dejando de lado todas estas circunstancias, y volviendo a la celebración del “Día Mundial del cáncer”. No siempre nos acordamos de los cuidadores de la enfermedad, y cuando lo hacemos, solo vemos la parte hospitalaria y el entorno de los especialistas médicos. Pero existen otros trabajadores, que de forma incansable, son fundamentales en hacer que la enfermedad del cáncer paso a paso deje de ser una pesadilla para millones de personas en todo el mundo, son los investigadores.
Por eso que hoy es también para ellos el día Mundial de la enfermedad del cáncer. Su trabajo incesante y en silencio en sus despachos, alejados del mundanal ruido de los medios de comunicación y los falses de los reportajes, va dando sus frutos.
Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a su infatigable labor, pocas veces conocida y escasamente reconocida, salvo algunas excepciones. Pero sin ese trabajo minucioso, nada de lo que se está consiguiendo sería posible.
En Asturias tenemos la suerte de contar con uno de los más prestigiosos investigadores, cuyos éxitos transcienden nuestras fronteras, y es un punto de referencia a nivel mundial, cuando de investigación del cáncer se habla, es D. Carlos López Otin.
Vaya desde aquí nuestro pequeño homenaje a él, como cabeza visible que es de decenas de investigadores, los cuales desde Asturias, están poniendo los cimientos para erradicar esta y otras enfermedades, con el objeto de proporcionar a la sociedad una mejor calidad de vida, y quién sabe si en un futuro no muy lejano, nos puedan anunciar el final de la misma.

 

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