viernes, 8 de enero de 2016

La precariedad laboral de la sanidad y los contratos de “Laura”



Al ver la siguiente noticia, lo primero que se me viene a la mente, son una serie de nombres. Justamente los de aquellos paracaidista,  que un día tras otro, y  ante esos indicadores que muestran una leve mejoría de nuestra economía, preparan conjuntamente las ruedas de prensa, para agarrarse al único clavo que les queda, al cual ellos denominan precariedad laboral.


Hablo claro está, de los defensores de la clase trabajadora, los Méndez y Toxo a nivel nacional, o esa otro par de gemelos que parasitan en Asturias, Braga y Pino. Claro que estos últimos son líderes sindicales más de andar por casa. Sin olvidarnos del que fuera Santo Grial del sindicalismo español, el genio de la “llámpara minera”, el hoy desmemoriado José Angel, antaño apodado el “virrey de les cuenques”. 


Es una pena que con los grandes profesionales que tenemos en la sanidad asturiana, nadie logre poner solución a sus males, más que nada, para que recuerde donde puso el dinero, y nos lo devuelva, que era de todos.


Y es que ante el menor atisbo de repunte de nuestra economía, enseguida salen raudos y veloces a la palestra, para intentar aguarnos la fiesta. De otro laso se les llena la boca con la precariedad laboral, pero no nos dicen que son ellos mismos los que las crean y mantienen. Que nadie lo ponga en duda ni por un momento que son UGT y CCOO quienes desde sus despachos, abonan el terreno con sus continuas bajadas de pantalones, ya que de por medio están los pingues beneficios que les proporcionan muchas de sus operaciones encubiertas, eso sí, siempre buscando engañar al trabajador, para poder subsistir ellos y sus cómplices, al frente del chiringuito.

No hace falta más que ver lo que ocurre con los expedientes de regulación de empleo de algunas empresas, la mayoría de las cuales terminan cerrando, siempre gracias a la impecable negociación que llevan estas parejas de gemelos y sus sicarios.

CCOO y UGT son unos sindicatos descastados y anclados en el pasado, que en Asturias viven del recuerdo y el rencor, aprovechándose de las reminiscencias de un pasado ya lejano para la mayoría, mientras que continuan manipulando todo aquello que encuentran a su paso.


Si todo lo anterior no es cierto, entonces que le expliquen a Laura, como es posible que desde el año 2006 que comenzó a ejercer la enfermería, a día de hoy tenga ya en su haber firmados más de un centenar de contratos, algunos de ellos, con una duración exigua.


Por tanto, yo lanzo al aire estas dos peguntas,


¿Quién debería de haber defendido los intereses laborales de Laura? y


¿Qué hicieron por Laura UGT y CCOO a lo largo de estos 10 años, para eliminar su precariedad laboral?

 

Ahora vas  y la cascas

 

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Laura, enfermera eventual, 100 contratos

El personal más precarizado del Servicio de Salud denuncia condiciones laborales de semiesclavitud1

Los contratos de Laura.

Laura es enfermera. Terminó la carrera en 2006 y ese mismo año se apuntó a la bolsa de empleo del Servicio de Salud. Laura, que prefiere no dar su nombre real, esparce sobre la mesa de su casa los contratos que acumula desde entonces. "Son más de un centenar", dice. Los más cortos: de apenas un día de duración. Los más largos: la cobertura de una baja de seis meses.
--Hola, le llamo del Sespa. ¿Está dispuesta a trabajar?
--Sí.
--De acuerdo, tenemos una baja para un día en Olloniego.
Laura señala que en esta comunicación, real, la repuesta a la primera pregunta tiene que ser siempre afirmativa. De lo contrario, y salvo causa de fuerza mayor, el trabajador es penalizado. Así figura en el llamado pacto de contrataciones que, curiosamente, no fue pactado y que plantea a los trabajadores eventuales del Sespa unas condiciones leoninas.
Auxiliares administrativos, administrativos, celadores, auxiliares de enfermería, enfermeros, técnicos, médicos. La precariedad contractual afecta a todas las categorías profesionales del Sespa.
El último contrato de Laura fue de los buenos. "Era una baja. Me llamaron a las 13.30 horas para entrar a trabajar a las 15.00 horas", señala. De los malos tiene muchos más. "Tendré diez de un día de duración", añade.
¿Cómo se trabaja un solo día? "Hola soy Laura, vengo para un día", señala. "Te encuentras perdida, te sientes perdida", destaca. "Al final se impone la profesionalidad y sacas el trabajo adelante, se benefician de ello", asegura.
Los eventuales se ven además obligados a firmar una declaración jurada donde señalan que son aptos para trabajar. Paradójicamente, y pese a que trabajan en el Sespa, no pasan ni un reconocimiento médico, al menos, en el área de Oviedo.
Esta enfermera, por eso prefiere no revelar su nombre, denuncia también la arbitrariedad en la selección de personal. "Se han llegado a saltar hasta a veinte personas de la lista para contratar a la mujer de un cirujano", comenta. ¿Cómo se hace? "Te saltan ofreciéndote el contrato de un día o te llaman al móvil y cuelgan para justificar que han llamado", comenta Laura. Esta profesional afirma que, si no hay denuncias, es por miedo. "Al final todas queremos trabajar. No quieres que te pongan la cruz", subraya.

También médicos

La precariedad laboral del personal eventual salpica a todas las categorías, también a los médicos. "Empecé hace 14 años y solo he tenido contratos basura". La denuncia es de una médica que también prefiere no dar su nombre. Esta profesional ha cursado dos especialidades lo que le ha permitido trabajar en centros de salud y hospitales.
"En Primaria, he tenido varios contratos de un solo día. En 15 días de verano llegué a acumular nueve. En Especializada, los contratos son algo más largos". "Recuerdo que en una ocasión me sancionaron porque no podía ir a trabajar a Teverga. El trato es cercano a la esclavitud", comenta.
Esta médica coincide con su compañera enfermera en que muchas contrataciones se hacen a dedo. "Profesionales con pocos méritos pasan por delante mientras tú sigues en el paro", concluye.  

Los sindicatos

Ángel Colmeiro, presidente de la sección de Atención Especializada del Sindicato Profesional de Médicos de Asturias (Simpa), coincide en que la precariedad es un mal endémico de los facultativos eventuales. Los últimos contratos firmados en septiembre pasado se prorrogaron hasta diciembre y se han vuelto a prorrogar ahora un año más.
Hay necesidades especiales que, sin embargo, se cubren con contratos menores, de uno o dos meses, que pueden encadenarse en el tiempo. Afectan a áreas con gran demanda de profesionales como Radiología, Anestesiología, Traumatología, Cirugía General o Hematología. Colmeiro añade que es casi imposible que un anestesista, por poner un ejemplo recurrente, se traslade de Madrid a Asturias para un contrato de dos meses sin expectativas de continuar. 
El sindicato USIPA-SICEPA añade además que el problema reside en una mala planificación de los recursos humanos por parte del Sespa. "No hay retén ni programación de contratación", concluye una portavoz del sindicato.  

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