Al ver la siguiente noticia, lo
primero que se me viene a la mente, son una serie de nombres. Justamente los de
aquellos paracaidista, que un día tras otro, y ante esos indicadores que muestran una leve mejoría
de nuestra economía, preparan conjuntamente las ruedas de prensa, para
agarrarse al único clavo que les queda, al cual ellos denominan precariedad
laboral.
Hablo claro está, de los defensores de la clase trabajadora, los Méndez y Toxo a nivel nacional, o esa otro par de gemelos que parasitan en Asturias, Braga y Pino. Claro que estos últimos son líderes sindicales más de andar por casa. Sin olvidarnos del que fuera Santo Grial del sindicalismo español, el genio de la “llámpara minera”, el hoy desmemoriado José Angel, antaño apodado el “virrey de les cuenques”.
Es una pena que con los
grandes profesionales que tenemos en la sanidad asturiana, nadie logre poner
solución a sus males, más que nada, para que recuerde donde puso el dinero, y
nos lo devuelva, que era de todos.
Y es que ante el menor atisbo de
repunte de nuestra economía, enseguida salen raudos y veloces a la palestra, para intentar
aguarnos la fiesta. De otro laso se les llena la boca
con la precariedad laboral, pero no nos dicen que son ellos mismos los que las
crean y mantienen. Que nadie lo ponga en duda ni por un momento que son UGT y CCOO quienes desde sus despachos, abonan el terreno
con sus continuas bajadas de pantalones, ya que de por medio están los pingues
beneficios que les proporcionan muchas de sus operaciones encubiertas, eso sí, siempre
buscando engañar al trabajador, para poder subsistir ellos y sus cómplices, al
frente del chiringuito.
No hace falta más que ver lo que
ocurre con los expedientes de regulación de empleo de algunas empresas, la mayoría
de las cuales terminan cerrando, siempre gracias a la impecable negociación que
llevan estas parejas de gemelos y sus sicarios.
CCOO y UGT son unos sindicatos descastados
y anclados en el pasado, que en Asturias viven del recuerdo y el rencor, aprovechándose
de las reminiscencias de un pasado ya lejano para la mayoría, mientras que continuan manipulando todo aquello que encuentran a
su paso.
Si todo lo anterior no es cierto, entonces que le expliquen a Laura, como es posible que desde el año 2006 que comenzó a ejercer la enfermería, a día de hoy tenga ya en su haber firmados más de un centenar de contratos, algunos de ellos, con una duración exigua.
Por tanto, yo
lanzo al aire estas dos peguntas,
¿Quién debería de haber defendido
los intereses laborales de Laura? y
¿Qué hicieron por Laura UGT y CCOO
a lo largo de estos 10 años, para eliminar su precariedad laboral?
Ahora vas y la cascas
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Laura,
enfermera eventual, 100 contratos
El
personal más precarizado del Servicio de Salud denuncia condiciones laborales
de semiesclavitud1
Los
contratos de Laura.
Laura
es enfermera. Terminó la carrera en 2006 y ese mismo año se apuntó a la bolsa
de empleo del Servicio de Salud. Laura, que prefiere no dar su nombre real,
esparce sobre la mesa de su casa los contratos que acumula desde entonces.
"Son más de un centenar", dice. Los más cortos: de apenas un día de duración.
Los más largos: la cobertura de una baja de seis meses.
--Hola,
le llamo del Sespa. ¿Está dispuesta a trabajar?
--Sí.
--De
acuerdo, tenemos una baja para un día en Olloniego.
Laura
señala que en esta comunicación, real, la repuesta a la primera pregunta tiene
que ser siempre afirmativa. De lo contrario, y salvo causa de fuerza mayor, el
trabajador es penalizado. Así figura en el llamado pacto de
contrataciones que, curiosamente, no fue pactado y que plantea a los
trabajadores eventuales del Sespa unas condiciones leoninas.
Auxiliares
administrativos, administrativos, celadores, auxiliares de enfermería,
enfermeros, técnicos, médicos. La precariedad contractual afecta a todas las
categorías profesionales del Sespa.
El
último contrato de Laura fue de
los buenos. "Era una baja. Me llamaron a las 13.30 horas para entrar
a trabajar a las 15.00 horas", señala. De los malos tiene muchos más.
"Tendré diez de un día de duración", añade.
¿Cómo
se trabaja un solo día? "Hola soy Laura, vengo para un día", señala.
"Te encuentras perdida, te sientes perdida", destaca. "Al final
se impone la profesionalidad y sacas el trabajo adelante, se benefician de
ello", asegura.
Los
eventuales se ven además obligados a firmar una declaración jurada donde
señalan que son aptos para trabajar. Paradójicamente, y pese a que trabajan en
el Sespa, no pasan ni un reconocimiento médico, al menos, en el área de Oviedo.
Esta
enfermera, por eso prefiere no revelar su nombre, denuncia también la
arbitrariedad en la selección de personal. "Se han llegado a saltar hasta
a veinte personas de la lista para contratar a la mujer de un cirujano",
comenta. ¿Cómo se hace? "Te saltan ofreciéndote el contrato de un día o te
llaman al móvil y cuelgan para justificar que han llamado", comenta Laura.
Esta profesional afirma que, si no hay denuncias, es por miedo. "Al final
todas queremos trabajar. No quieres que te pongan la cruz", subraya.
También
médicos
La
precariedad laboral del personal eventual salpica a todas las categorías,
también a los médicos. "Empecé hace 14 años y solo he tenido contratos basura". La
denuncia es de una médica que también prefiere no dar su nombre. Esta
profesional ha cursado dos especialidades lo que le ha permitido trabajar en
centros de salud y hospitales.
"En
Primaria, he tenido varios contratos de un solo día. En 15 días de verano
llegué a acumular nueve. En Especializada, los contratos son algo más
largos". "Recuerdo que en una ocasión me sancionaron porque no podía
ir a trabajar a Teverga. El trato es cercano a la esclavitud", comenta.
Esta
médica coincide con su compañera enfermera en que muchas contrataciones se
hacen a dedo. "Profesionales con pocos méritos pasan por delante mientras
tú sigues en el paro", concluye.
Los
sindicatos
Ángel
Colmeiro, presidente de la sección de Atención Especializada del Sindicato
Profesional de Médicos de Asturias (Simpa), coincide en que la precariedad es
un mal endémico de los facultativos eventuales. Los últimos contratos firmados
en septiembre pasado se prorrogaron hasta diciembre y se han vuelto a prorrogar
ahora un año más.
Hay
necesidades especiales que, sin embargo, se cubren con contratos menores, de
uno o dos meses, que pueden encadenarse en el tiempo. Afectan a áreas con gran
demanda de profesionales como Radiología, Anestesiología, Traumatología,
Cirugía General o Hematología. Colmeiro añade que es casi imposible que un
anestesista, por poner un ejemplo recurrente, se traslade de Madrid a Asturias
para un contrato de dos meses sin expectativas de continuar.
El
sindicato USIPA-SICEPA añade además que el problema reside en una mala
planificación de los recursos humanos por parte del Sespa. "No hay retén
ni programación de contratación", concluye una portavoz del
sindicato.
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