No deseo comenzar el año marcando prioridades, mucho menos creando polémicas, pues seguramente que tiempo a eso ya tendremos.
Tampoco seré yo quien decida que pacientes tienen derecho a un tratamiento, y quienes no, eso ya lo hacen desgraciadamente para nosotros, una mal llamada clase política, carente de…. bueno vamos ir despacio, que tan solo estamos a 2 de enero.
Los tratamientos por regla general los deciden los profesionales, eso sí, cuando se les permite hacerlo. En Asturias sin ir más lejos, como es bien sabido, tenemos un buen ejemplo de todo lo contrario. Ya que el Presidente de CCAA en su momento, el cual puso al frente de la Consejero de Sanidad a un seudoprofesional carente de todo. Este a su vez supo rodearse de un grupo de palmeros, los cuales a la sombra de un conclave de dudosa ética, decidieron en algunos casos, que pacientes podían recibir un tratamiento, y quienes quedaban abandonados a su suerte.
Salvo algunos casos muy concretos, los cuales en su momento levantaron cierta polvareda, parece ser, y a la vista del siguiente artículo que hoy publicamos, donde se demuestra que solo la bronca social y las barricadas en la calle, suelen dar sus frutos, o por lo menos suelen ser más eficaces, que la presión mediante la denuncia y los intentos de dialogo.
De otro lado están los juicios sumarísimos que algunos medios de comunicación pre cocinan, y con los cuales son capaces de crispar a las masas, haciendo así efectivas las mal llamadas sentencias de telediario, eso sí, contra un ministro del gobierno de la nación, cuando en la mayoría de los casos, las competencias de sanidad están desgraciadamente traspasadas a las CCAA, siendo Asturias es una de ellas, por lo tanto los culpables, están en casa.
No obstante, este tipo de juicios con sentencia rápida, suelen calar más profundamente en la sociedad, que aquellos otros, que se celebran en sede judicial. Dándose la circunstancia en algunos casos, que cuando se llega a celebrar de verdad el mismo, ya son de dominio público las sentencias condenatorio o absolutoria, dependiendo de las circunstancias, e intereses de algunos responsables mediáticos.
Por no hablar de los publirreportajes preparados por algunas cadenas de televisión, que en su momento fueron claves para soliviantar a las masas, y por extensión a los pacientes afectados por cierto tipo de enfermedades.
Para mí, pacientes son todos aquellos, a los cuales por desgracia la enfermedad llama a su puerta, desgraciadamente la administración socialista de Asturias, utiliza otro tipo de varemos para catalogar a su antojo y capricho a los pacientes.
Así, y a la vista del siguiente documento, todo parece indicar, que existen enfermos de primera, de segunda, de tercera, y claro está, después están los del occidente de Asturias.
Tampoco seré yo quien decida que pacientes tienen derecho a un tratamiento, y quienes no, eso ya lo hacen desgraciadamente para nosotros, una mal llamada clase política, carente de…. bueno vamos ir despacio, que tan solo estamos a 2 de enero.
Los tratamientos por regla general los deciden los profesionales, eso sí, cuando se les permite hacerlo. En Asturias sin ir más lejos, como es bien sabido, tenemos un buen ejemplo de todo lo contrario. Ya que el Presidente de CCAA en su momento, el cual puso al frente de la Consejero de Sanidad a un seudoprofesional carente de todo. Este a su vez supo rodearse de un grupo de palmeros, los cuales a la sombra de un conclave de dudosa ética, decidieron en algunos casos, que pacientes podían recibir un tratamiento, y quienes quedaban abandonados a su suerte.
Salvo algunos casos muy concretos, los cuales en su momento levantaron cierta polvareda, parece ser, y a la vista del siguiente artículo que hoy publicamos, donde se demuestra que solo la bronca social y las barricadas en la calle, suelen dar sus frutos, o por lo menos suelen ser más eficaces, que la presión mediante la denuncia y los intentos de dialogo.
De otro lado están los juicios sumarísimos que algunos medios de comunicación pre cocinan, y con los cuales son capaces de crispar a las masas, haciendo así efectivas las mal llamadas sentencias de telediario, eso sí, contra un ministro del gobierno de la nación, cuando en la mayoría de los casos, las competencias de sanidad están desgraciadamente traspasadas a las CCAA, siendo Asturias es una de ellas, por lo tanto los culpables, están en casa.
No obstante, este tipo de juicios con sentencia rápida, suelen calar más profundamente en la sociedad, que aquellos otros, que se celebran en sede judicial. Dándose la circunstancia en algunos casos, que cuando se llega a celebrar de verdad el mismo, ya son de dominio público las sentencias condenatorio o absolutoria, dependiendo de las circunstancias, e intereses de algunos responsables mediáticos.
Por no hablar de los publirreportajes preparados por algunas cadenas de televisión, que en su momento fueron claves para soliviantar a las masas, y por extensión a los pacientes afectados por cierto tipo de enfermedades.
Para mí, pacientes son todos aquellos, a los cuales por desgracia la enfermedad llama a su puerta, desgraciadamente la administración socialista de Asturias, utiliza otro tipo de varemos para catalogar a su antojo y capricho a los pacientes.
Así, y a la vista del siguiente documento, todo parece indicar, que existen enfermos de primera, de segunda, de tercera, y claro está, después están los del occidente de Asturias.
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elEconomista.es – 28/12/2015
elEconomista.es – 28/12/2015
España invertirá más en fármacos de hepatitis C que en todos los de cáncer
Este mercado aumentará más de un 960%, superando los 1.500 millones
Las comunidades autónomas terminarán este año dedicando más dinero a la compra de los nuevos fármacos contra la hepatitis C que a todos los medicamentos para tratar el cáncer. En concreto, según los datos de la consultora IMS Health en el mes de septiembre, el mercado de los medicamentos de hepatitis ha experimentado este año un aumento del 961%, alcanzando ya los 1.515 millones de euros en el último año. Por su parte, todo el mercado de los fármacos oncológicos supone actualmente unos 1.610 millones de euros, con un aumento del 12,7% en el último año.
Con esta tendencia de crecimiento de ambos mercados, los expertos de IMS Health estiman que a final de año la inversión en hepatitis C supera a la de Oncología, un hecho que no había ocurrido hasta ahora en nuestro país con ninguna otra patología. De todas formas, los datos que ofrece esta consultora corresponden al mercado según el precio de venta oficial, al que habría que restar los descuentos a los que llegan las compañías con los hospitales.
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Hay que recordar que la compra por parte de los hospitales de los últimos fármacos contra la hepatitis C ha provocado que el total del mercado farmacéutico se haya disparado en lo que llevamos de año un 28,7%, cuando el año pasado apenas se incrementó un 4,5%. Para poder hacer frente a esta inversión por parte de las comunidades autónomas, el Gobierno anunció hace dos semanas que había habilitado una partida de hasta 1.000 millones de euros para formalizar los préstamos a 10 años e interés cero para que los Ejecutivos autonómicos hagan frente a este gasto extraordinario. El Plan Estratégico Nacional contra la Hepatitis C elaborado el pasado mes de marzo determinó "atendiendo a criterios médicos" que, por el momento, debían recibir estos nuevos fármacos 52.000 de los 95.000 pacientes con hepatitis C que fueron diagnosticados en España. Y hasta el momento, "más de 34.000 ya han recibido tratamiento", según aseguró en ese momento la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
El Gobierno determinó que el tratamiento de estos pacientes tendría un coste de 727 millones de euros, tras las negociaciones que mantuvo con las compañías farmacéuticas que los comercializan. Fuentes del Ejecutivo explicaron entonces a Europa Press que la partida habilitada es superior para poder ayudar a las comunidades a pagar los tratamientos que se administraron antes de negociar con las compañías el abaratamiento de los precios.
Gilead, la más beneficiada
Según los datos ofrecidos de IMS Health, la compañía más beneficiada por el aumento este año del mercado de la hepatitis C será la estadounidense Gilead. Sus fármacos Harvoni y Sovaldi han ingresado este año una media de 76 millones y 34 millones al mes, respectivamente. Por su parte, Viekirax y Exviera, de la farmacéutica Abbvie, ingresan 33 millones al mes, mientras que Olysio, de Janssen, tiene un mercado de 7 millones al mes.
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