Los médicos "parperos"
Alfredo Rodríguez González (Mieres)
Seguro que los sagaces lectores de esta sección
conocen cómo los ejecutivos de nuestra sanidad pública asturiana califican al
colectivo sanitario en general y al de los médicos en particular como el clan
de las "cuatro pes": pelotudos, pendencieros, perezosos y peseteros.
Para completar "la manita", yo les regalo la quinta "pe":
"parpero". "Dícese del médico de cabecera que es capaz de
consultar a dos pacientes a la par". Sí, sí, astutos lectores, tal y como
lo están leyendo. Como el Sespa cita a los pacientes de dos en dos, los médicos
"parperos" consultan igual, con un fonendo en cada mano. ¿Que no se
lo creen...? Pues les invito a que se den un garbeo por el centro de salud
Mieres Sur y podrán ser testigos directos de conversaciones como ésta:
"Usted, ¿para qué hora tiene la consulta, vecino? Yo, para las 12. ¡Anda,
y yo también". ¿Y quién pasa primero? El médico "parpero"
resuelve la disputa, invitando a que pasen a consulta los dos pacientes a la
vez. "Si el Sespa les cita a pares, habrá que consultar de la misma
forma".
Ante esta propuesta de consultar a la par, los
pacientes se indignan, alegando que dónde queda la confidencialidad e intimidad
del acto médico, y el facultativo "parpero" les indica que al mismo
nivel que los lumbreras del Sespa, que insultan la inteligencia de los
asegurados, asignándoles tiempos de consulta irrisorios, llegando al extremo de
citarlos de dos en dos, con tal de quedar bien, y que no se generen listas de
espera en atención primaria, que bastante tienen, con la mala imagen que
generan las demoras en las especialidades. Yo creo que lo mejor es que los
médicos de cabecera coloquen un reloj de arena en las consultas, para que los
pacientes sepan el tiempo del que disponen y se ciñan al mismo. ¡Doña Engracia,
aproveche bien su tiempo, que le han concedido dos minutos de consulta! ¡Don
Acisclo, cíñase, que tiene un minuto! ¿Que cómo es posible que ocurra esto, se
preguntarán? Pues, porque se utiliza como norma lo que debería ser la
excepción. Que su médico de cabecera tiene la agenda de trabajo llena, pues
nada..., se generan nuevos huecos en la misma, recurriendo a utilizar de forma
perversa "el forzar cita". El tiempo de consulta se va reduciendo de
forma progresiva hasta que llega un momento en que alcanza el cero, y las citas
se solapan.
Así que, audaces lectores, que la salud les acompañe,
y si en alguna ocasión se les quiebra, en vez de pedir que les fuercen cita
para la insufrible cola de su médico de cabecera, mejor que se la faciliten con
fecha del 20 de diciembre para acudir a las urnas, a ver si con la fuerza de
los votos somos capaces de darles a estos gestores arteros de la sanidad
asturiana jarabe de su propia medicina. Se lo tienen bien merecido, por
robarnos lo más sagrado de la relación médico-enfermo, que es el tiempo de
consulta. Son tan torpes que hasta entienden el sabio refranero español al
revés. Para ellos valen más muchas consultas con su médico de cabecera aunque
sean malas que pocas y buenas, y ya se sabe que "el que en medicina mucho
abarca, poco aprieta".
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