El tiempo pasa, pero las cosas no cambian, o por lo menos es lo que podemos deducir, tras haberse hechas públicas, ¡por fin!, los datos de las listas de espera, eso sí, según fuentes de la consejería de sanidad, que además ahora aseguran que son ciertos.
sábado, 14 de noviembre de 2015
“Pasmao pasmao pasmao”
El tiempo pasa, pero las cosas no cambian, o por lo menos es lo que podemos deducir, tras haberse hechas públicas, ¡por fin!, los datos de las listas de espera, eso sí, según fuentes de la consejería de sanidad, que además ahora aseguran que son ciertos.
Veamos, la primera en la frente, es precios que
transcurran 14 meses para que a un paciente le realicen una resonancia. Ahora
podemos entender mucho mejor, porque el anterior “okupa” de la consejería, no
las quería hacer públicas y las mantuvo ocultas. Y eso que esta misma semana en
una entrevista en la TPA, “Vidas públicas, vidas privadas”, nos volvió hablar
de todo, pero de nada al mismo tiempo. La prepotencia, chulería y cinismo del personaje, no tienen parangón. Parece
como no querer darse cuenta, que para el
resto de la sociedad, sus formas y comportamientos nos parecen más bien
vomitivos.
Las cifras asustan
Si el problema está relacionado con el servicio
de dermatología, estamos de enhorabuena, solo tendremos que esperar 11 meses. A
todas estas, no hace tanto tiempo que el fundamentalista que aseguraba dirigir
la sanidad en Asturias, juraba y perjuraba, que en nuestra comunidad autonómica
no había esperas por encima de los seis meses, como mucho, algún caso puntual.
Ahora me viene a la mente, cuando este mismo
miserable, decía en el PJG, (12/9/2013) que él no quería hablar sobre “casos
puntuales”, en aquel momento se refería a la denegación de algunos tratamientos
oncológicos.
Señores, este cañalla, es el responsable de la
situación que estamos padeciendo en Asturias un millón de habitantes, bueno,
ahora ya somos unos cuantos menos,
gracias a su inestimable labor, como brazo ejecutor de un holocausto sanitario
sin precedentes en nuestra región.
Pero lo antes comentado es para una consulta,
que si necesitamos una intervención quirúrgica, estamos hablando,… de otros 11 meses en el caso de Traumatología.
Esta demora puede bajar a 7 meses o 210 días para los de la LOGSE, siempre y
cuando en el servicio lo cataloguen como preferente.
Si necesitamos atención en el servicio de
Digestivo, volvemos a los 210 días (7 meses). Si deben de tratarnos en Vascular
o en Urología, la espera es de 6 meses (180 días).
Todo esto está ocurriendo en Asturias, más
concretamente en el newHUCA, donde alguien hace unos días hablaba de 52 días de
espera para una consulta médica, y 89 días para una intervención quirúrgica.
Claro que en aquel momento, no le preguntaron a
las pacientes que están esperando por una reducción de estomago, debido a que
padecen de obesidad mórbida. El pasado día 1 de noviembre LNE hablaba con tres
de ellas. Mª Josefa G. P. de 53 años, tiene
ya fijadas consultas para 2017, pero además en dicha entrevista se reseñaba que
es preciso esperar 3 años para ser intervenida en el HUCA.
Por lo que se puede ver, a día de hoy, nadie
puso en la balanza el coste que suponen al servicio de salud del Principado de
Asturias estas pacientes. Alguien debería de sopesar que resultaría más
rentable, realizar la intervención, o mantenerlas con tratamientos que están
produciendo en las pacientes secuelas de
todo tipo.
Sin ir más lejos, Cristina S. S. de 43 años, ahora
también debe de operarse de la vesícula, pero los cirujanos decidieron realizar
las dos intervenciones a la vez, en tanto su calidad de vida deja mucho que
desear, sufre migrañas y no hace mucho tiempo sufrió un ictus, la Inspección de
Trabajo hace una semanas la obligo a reincorporarse a su puesto de trabajo.
Como cifra reseñable de gestión sirva indicar,
que al año entran en lista de espera para una intervención de obesidad mórbida unos
100 pacientes, y se operan en torno a 40,… blanco y en botella, nunca mejor
dicho.
Por cierto, otro de los grandes caballos de
batalla del ínclito consejero, ahora en proceso de reciclaje en Jove. Es casi
tan recurrente en su discurso, como su necedad. Pues cuando no sabe de qué hablar,
inmediatamente tira de las cifras macroeconómicas de las compañías aseguradoras
americanas. Es algo que hace tan a menudo, que ya resulta empalagoso, aunque
seguramente que con ello pretende mostrar a la opinión publica sus grandes
dotes de gesto.
Pero se olvida de puntualizar una cosa, que EE.UU.
no le dejan vender palomitas al primer indocumentado que llega pidiendo
trabajo, mucho menos lo ponen al frente de la fabrica. Esa es la gran
diferencia que tenemos en España, donde hasta el más tonto tiene una
oportunidad, que no me parece mal, pero cuando se comprueba su manifiesta
incapacidad para sacar punta a un lápiz, nada resulta más rentable para el
contribuyente que lo mantiene a través de sus impuestos, que enviarlo a su casa.
Pero no, en el caso que nos ocupa, lo
dejan tres años al frente de la nave, a
sabiendas de lo que está ocurriendo, convirtiéndolo entonces en un personaje
altamente peligros para la sociedad, pero sobre todo para la salud de los asturianos.
Ahora vas, y lo cascas.
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