Transcurridos los cien días de rigor, a los cuales la cosa institucional llama de cortesía, y regalados otros treinta para ajustar la maquinaria administrativa, es hora de aparcar los paños calientes, y volver sobre la triste realidad que vive nuestra sanidad en Asturias.
Revisados los archivos y cajones del despacho, desempolvados todos los datos, la catástrofe es mucho mayor, de lo que algunos podían presuponer en el peor de los casos.
Los más de 60.000 pacientes incluidos en las diferentes listas, seguramente que tampoco son reales, pues desgraciadamente se incorporan a esas listas más personas todos los, de las que se pueden apear.
Ahora que parecen haber podido cuadrar la curvatura del circulo, el SESPA reconoce que tienen citado tan solo a un 30% de los pacientes que esperan por una prueba diagnóstica. Y es que 37.786 personas están pendientes de un TAC, ecografía, mamografía, resonancia o colonoscopia. Son dos hospitales los que concentran la mitad de estas listas, el de Cabueñes en Gijon y el HUCA.
Por otro lado, no llegan ni a ese 30% los que tienen asegurada la cita, la cual por diferentes motivos de índole organizativo del servicio, puede ser variada previa llamada telefónica unas horas antes de realizase. El 70% restante, saben que se les va hacer algunas de las pruebas antes indicas, pero como dice la canción, no tienen fecha en el calendario. Lo cual no deja causar alarma en la sociedad, pues en muchos casos, el paciente depende del resultado de esa prueba, para saber con certeza cuál es su estado de salud.
El nuevo consejero de sanidad pudo hacer por fin públicas estas cifras, después de 18 meses de total oscurantismo, por parte de su predecesor en el cargo. El cual disfrutó de la complicidad de un alcahuete llamado Javier Fernández, a la sazón, Presidente de la CCAA, pero también de una clase política en la oposición, que ne la mayoría de los casos, deja mucho que desear.
Son entorno a 37.786 pacientes los que están incluidos en alguna de las listas de espera, para por lo menos una prueba de diagnostico. De estos, 10.528 son los que de verdad están citados, los cuales representan el 28% del total. Mientras que el 72% restante, o lo que es lo mismo, 27.204 pacientes, no saben cuando llegara su turno.
En este calvario, el HUCA se lleva como no podía ser de otra forma la palma, ya que 9.782 pacientes están pendientes de pasar por sus dependencias. Mientras que el Hospital de Cabueñes aglutina otros 8.956 pacientes. Llama poderosamente la atención, los números que aporta el hospital de Gijón, el cual teóricamente atiende a una población mucho menos numerosas que el complejo de La Cadella, el cual, al ser el hospital de referencia en nuestra CCAA, recibe muchos más pacientes, pues a el acuden los del resto de las áreas sanitarias de la región. Y es que a día de hoy, en Area V acumula por si sola cifras muy cercanas al total de las otras seis áreas sanitarias, lo que pone de relieve una vez más, que se trata no ya de una mala gestión, si no que la misma tiene que haber sido nula.
De los pacientes citados en Cabueñes, solo 830 tienen cita, lo que representa una 10% del total, mientras que el otro 90% restante, o lo que es lo mismo, 8.126, no saben cuándo serán llamados.
De otra parte, de los 1.731 pacientes pendientes de una resonancia en Cabueñes, solo 14 tienen fijado el día.
Mención aparte merecen las ecografías, pues 15.979 están pendientes de realizarse, para lo cual, la espera en el HUCA se sabe que es superior a un año.
Pero que nadie se ponga nervioso, que a partir de ahora, al frente del Area V va estar Miguel J. Rodríguez, el que fuera hasta hace pocos horas Director del Hospital Universitario Central de Asturias. Si las cosas pueden empeorar, seguramente que el señor Rodríguez será capaz de hacerlo, pues tras su corto espacio de tiempo como director del HUCA, las cifras que deja son su mejor aval.
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