miércoles, 7 de octubre de 2015

Quién dijo miedo, pero sobre todo ¿a quién?




Esto es lo que debió de pensar esta enfermera, que además es una trabajadora del Sistema de Salud del Principado de Asturias. La cual seguramente que cansado, por no decir que asqueada, por el ninguneo al que se están siendo sometidos todos los trabajadores, a todos los niveles, ha decidido dar un paso al frente, para poner blanco sobre negro, lo que de verdad está ocurriendo, y hablar en primera persona, para que no quede lugar a dudas, demostrando una vez más, que cuando se critica algo como es el caso, no se toca de oído.
Me imagino que esto lo hace muy a su pesar, pero sobre todo, con el propósito de acallar algunas voces del entorno de la administración. Las cuales a día de hoy, continúan insistiendo que aquí no pasa nada, que son casos puntuales de personas inconformistas, y que todo ello se debe al traslado, eso sí, dieciséis meses después, de la bajada del Cristo al newHUCA, al parecer la culpa de todo lo que pasa, fue del apresurado traslado, que todo hay que decirlo, sin darse cuenta, de que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Claro que todo ello solo viene a demostrar, que lo que ocurre de verdad, es que los gestores son pésimos, que no se puede, y mucho menos se debe, poner al frente de un servicio o un departamento al amigo a fin, o al primer estomago agradecido que nos viene impuesto por algún miembro de la administración.
El resultado de lo que ocurre esta a la vista de todos, la sanidad asturiana en su conjunto, se mire por donde se mire, esta manga por hombro, mientras que las bajas ocasionadas por tamaño descontrol, no dejan de sucederse.
Las coartadas hace tiempo que se les terminaron, el chantaje muy a su pesar ya no sirve, los profesionales y los ciudadanos hace tiempo que perdieron el miedo, pues la verdad es una, mientras que la mentira, por mucho que se repita una y otra vez, tiene las piernas muy cortas.
Es cuestión de tiempo que todo estalle, como ya ocurrió en el año 2012, entonces llevaran de nuevo las culpas los profesionales, mientras que los verdaderos causantes del cataclismo, solo les seguirá importando el poder permanecer con sus posaderas pegados a el sillón. Por no hablar de los consentidores que parasitan en la Junta General, a los cuales todo les importa un pito, salvo cuando ellos sufren una indisposición, entonces se paralizan todas las urgencias, y se da prioridad a sus señorías.
Deberían de dejar de actuar de una vez por todas, como simples charlatanes de feria, y tendrían que hacer caso a los profesionales, pues el día menos pensado, pueden ser ustedes los afectados, entonces se darán de bruces con la triste realidad, la cual estamos padeciendo por su culpa, el resto de los mortales.

Pues ahora ya veremos si la dignidad de alguno, en este caso D. Ramón Corral, a quien va dirigida la estocada de la siguiente carta que aquí reproduzco, tienen la entereza moral y profesional, que no política, de salir a los medios y dar cumplida respuesta al envite.
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La Nueva España.-7/10/2015

A Ramón Corral, director de enfermería del área IV
Graciela Martínez Barbero. Oviedo

Tras casi 15 años trabajando como enfermera, me gustaría plasmar en papel y públicamente la sensación que me lleva recorriendo el cuerpo una larga temporada. Recientemente, y con la incorporación de la OPE de enfermería, han sido muchos los cambios acontecidos en relación a los recursos humanos del Sespa, sobre manera en el área IV, y más en concreto en el HUCA, de la que usted es director. Mi intención es que sepa de primera mano el "mal" trato al que nos vemos sometidos a diario el personal de enfermería eventual o interino con la excusa de nuestros cambios de contrato o de unidad. En el último mes he sido privada de 4 descansos rigurosamente generados por mi cartelera y he recibido excusas vagas cuando he querido saber el motivo de esta usurpación de mis derechos laborales. Me pregunto cuán indefensos se sentirán aquellos que además desconozcan que los tienen...

Señor Corral, el hecho de que usted y esta dirección de enfermería utilicen al personal a su cargo como si de temporeros se tratase demuestra el poco respeto que tienen a la profesión y a la vida familiar de cada uno de los compañeros que trabajan, sobre todo en el HUCA. No se extrañe del nulo sentimiento de apego, de la desmotivación y de los previsibles "motines" a los que podrían verse sometidos.

Recientemente, y en conversaciones mantenidas con el señor Del Busto, consejero de Sanidad, yo misma le manifesté mi perspectiva para la búsqueda de la excelencia en relación con el paciente, y ésta pasa inequívocamente por que el personal realice su trabajo alegre, concentrado, fruto del "mimo" con el que debería ser tratado por parte de los mandos intermedios y las direcciones varias (sí, ambos numerosos).

Me reitero en la idea expuesta al señor consejero y le pediría encarecidamente que así fuera: trate bien a su personal. No le quite descansos. Respete sus carteleras. Procure garantizarle el mismo sitio de trabajo al menos en el mismo turno y rotación. Todo lo que sea distinto a esto va a ir en su contra y, muy a pesar de todos los que creemos en una sanidad pública de calidad, en la del paciente.

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